Diez medidas para reducir la discriminación y el estigma que sufren las mujeres en la menopausia

Sofocos, pérdidas de memoria, dificultad para concentrarse, cambios de humor, incontinencia urinaria o dolor articular. Son algunos de los más de cien síntomas asociados a la menopausia, una etapa natural que experimentan todas las mujeres cuando se interrumpe la ovulación y se detiene la menstruación, entre los 45 y los 55 años.

Al estigma y la discriminación que padecen al transitar por este período biológico, se suman el impacto físico y psicológico que comporta, que puede mermar no solo su calidad de vida, sino también su productividad laboral. 

En ese sentido, un nuevo estudio en abierto realizado por la investigadora Clara Selva Olid, del grupo Behavioural Design Lab (BDLab), adscrito a la unidad de investigación de Salud digital, salud, bienestar de la UOC, y publicado en la revista científica Frontiers in Reproductive Health, concluye que el establecimiento de medidas públicas en los ámbitos político, social y organizacional puede reducir la discriminación y el estigma social que padecen las mujeres, contrarrestar la invisibilización de esta etapa vital y mejorar notablemente su calidad de vida y la atención sanitaria que reciben.

 

Dar voz a las mujeres

A partir de entrevistas realizadas a veinte mujeres de edades comprendidas entre los 45 y los 60 años que han padecido síntomas, tanto físicos como mentales, relacionados con la menopausia y la posmenopausia en los últimos cinco años, Selva Olid, también profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, ha establecido un decálogo de propuestas articuladas en torno a tres ejes clave de acción: sensibilización social, educación, y medidas laborales y sanitarias.

«El objetivo que perseguía era dar voz a las mujeres en el diseño de políticas más inclusivas y eficaces que las acompañen mejor en este tránsito«, explica Selva Olid. Para la investigadora, es crucial que las mujeres participen en el diseño, la implementación y la evaluación de las políticas públicas para que estas recojan realmente sus necesidades y realidades.

El trabajo, asimismo, pone sobre la mesa el debate de cómo adaptar esas iniciativas a las diferentes realidades sociales y económicas de las mujeres españolas.

 

Propuestas de acción

Según datos del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat), en Cataluña hay cerca de un millón de mujeres con edades comprendidas entre los 45 y los 60 años, el periodo en el que suele iniciarse esta transición. Elementos como la salud, la genética, el contexto sociocultural y la exposición a factores ambientales acaban determinando la edad en la que se retira definitivamente la menstruación, aunque la perimenopausia, una fase anterior caracterizada por periodos irregulares y fluctuaciones hormonales, puede comenzar varios años antes. Tras la retirada de la regla, durante la posmenopausia, los síntomas —que afectan a ocho de cada diez mujeres— pueden alargarse varios años.

A pesar de ser un proceso natural que afectará a todas las mujeres, a menudo falta información. Asimismo, la visión que se tiene de este periodo desde el sistema de salud público está muy medicalizada y se siguen perpetuando mitos y discriminación.

En este sentido, el estudio de Selva Olid perseguía identificar y analizar propuestas de acción que las organizaciones públicas del país pueden adoptar para mejorar la transición por la etapa de la menopausia. El trabajo concluye con un decálogo de medidas articuladas en torno a cuatro ámbitos distintos: esfera social, salud pública, ámbito laboral, e investigación médica.