“Descubriendo una forma de mirar a la humanidad, de vivir la Fe y de ser Útil”

Acaba de finalizar una nueva edición del curso de Formación Básica en Identidad y Misión el 17 de enero en Salamanca y compartimos el testimonio de una de sus integrantes. Este curso se enmarca en el Plan de Formación de la Provincia y se realiza por parte de los distintos sectores para acoger a quienes se incorporan a nuestras instituciones universitarias.

He llegado hace muy poco a la Universidad Loyola, una Universidad Jesuita. Llegar a Loyola está siendo uno de esos recodos en la línea vital que cada mujer y cada hombre dibuja mientras estamos en la Tierra y que se identifican claramente cuando, como si nos subiéramos a un punto alto, nos miramos «desde arriba».

Hasta octubre del 2022, los Jesuitas para mí, eran solo un nombre en la historia de la Iglesia y del mundo. En este tiempo transcurrido, la convivencia y en especial los dos cursos que he tenido la oportunidad de vivir, en Azpeitia y Salamanca, me están descubriendo una forma de mirar a la humanidad, de vivir la Fe y de ser Útil que, no sé podría llamar «nueva», pero si complementaria a la que he ido descubriendo a lo largo de mi vida y que va esculpiendo mi vocación.

«Estos cursos nos dan la oportunidad de sentirnos parte de una comunidad coherente en su Fe, en sus acciones y su misión, ¡desde hace tanto!».

Estos cursos nos dan la oportunidad de sentirnos parte de una comunidad coherente en su Fe, en sus acciones y su misión, ¡desde hace tanto!. Me asombra lo vigente que resulta, la inteligencia y la visión de hombres tan lejanos en el tiempo como San Ignacio y sus compañeros. Te hace sentir parte de una cadena que no se ha roto en 500 años. ¡Lucky me!

Enseñar al que no sabe, y a la vez hacer nuestros, Utilitas, lustitia, Humanitas y Fides, ilumina, da más sentido a nuestra agenda y horario, y te despierta la necesidad de hacer que esa cadena no se rompa, y que la comunidad (alumnado, trabajadores, familiares, visitantes y otras tribus) sean partícipes de ella. Compartir es fundamental cuando una encuentra un buen paisaje, una buena canción o un buen libro. Las alegrías compartidas se multiplican, decía mi amigo Pedro Alurralde.

«Te hace sentir parte de una cadena que no se ha roto en 500 años. ¡Lucky me!»

Otro gran regalo de la Compañía es su incombustible ejemplo de ecumenismo y de hermandad, que hoy parece que tantos que mandan han olvidado. Saber mirar a través de los ojos de la mujer y el hombre que tienes enfrente, sea una alumna, un paciente, una compañera de trabajo o un transeúnte, te descubre con sorprendente facilidad las respuestas que parecen a veces oscuras y te desvela el por qué y para que de lo que haces, y cada minuto que «gastas» cobra sentido. Cada gesto cuenta, «Ad Majorem Dei Gloriam».

H. Romero.