Un proyecto internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo adscrito al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, ha creado una novedosa tecnología enzimática para una producción industrial sostenible. El consorcio FuturEnzyme ha desarrollado una metodología innovadora para el descubrimiento, fermentación y procesado de enzimas microbianas, que actúan como catalizadores químicos naturales. La tecnología enzimática desarrollada se encuentra cerca de su entrada al mercado y podría ahorrar un 30% de la emisión de C02 con respecto a los sistemas tradicionales.
“El uso de enzimas en la producción industrial podría reducir las emisiones de CO2 en 42 millones de toneladas al año, el consumo de energía en un equivalente a medio millón de toneladas de petróleo y ahorrar 16.000 millones de litros de agua en toda la Unión Europea”, señala Manuel Ferrer, investigador del CSIC en el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP) y coordinador de FuturEnzyme.
Un sistema innovador, eficiente y rentable
Aunque ya se sabía del potencial de las enzimas, no eran lo suficientemente rentables para la industria por desafíos con su eficiencia, escalabilidad y coste de producción. “Uno de los principales retos es encontrar y producir la enzima adecuada para procesar cada producto”, indica Patricia Molina, investigadora del CSIC en el ICP. “No todos los productos tienen la misma composición o características, por lo que las enzimas empleadas deben tener propiedades adaptadas específicamente a cada caso”, añade.
FuturEnzyme ha desarrollado un enfoque innovador para el descubrimiento de nuevas y eficaces enzimas. Este proceso se ha apoyado en plataformas de nano-biotecnología, supercomputación e inteligencia artificial, que han permitido optimizar las propiedades de estas moléculas según las necesidades específicas de cada producto. Además, se han utilizado plataformas de fermentación y procesamiento para desarrollar métodos escalables y seguros para la producción e integración de enzimas en productos de consumo.
Productos de uso común
En FuturEnzyme se han descubierto y procesado varias enzimas que serán útiles para la creación de distintos bienes de uso común en el futuro, pero, además, han aplicado tres de ellas en productos listos para consumirse: un detergente líquido, tejidos de poliéster y elastano libres de compuestos químicos y un cosmético derivado del ácido hialurónico.
Las enzimas empleadas en el detergente permiten descomponer y eliminar manchas reduciendo el consumo de energía y agua y las utilizadas en la producción del cosmético permiten ahorrar energía durante la fragmentación del polímero de ácido hialurónico. “Además, hemos desarrollado un método en el que enzimas específicas se añaden a la solución acuosa aplicada a las telas para eliminar los productos químicos introducidos durante la fabricación”, explica Ferrer. “Estos compuestos se eliminan normalmente con intensos lavados con agua a muy alta temperatura, mientras que con el uso de nuestra tecnología se emplean temperaturas mucho menores”, añade.
En definitiva, las enzimas son proteínas biodegradables con un “superpoder”. “A través de las reacciones que provocan, permiten obtener productos de consumo más sostenibles y reducir el impacto ambiental de los procesos de producción”, manifiesta Ferrer.
El proyecto FuturEnzyme es uno de los cuatro proyectos financiados en 2021 por la UE en el programa H2020 para el desarrollo de productos de consumo sostenibles y ecológicos mediante el uso de tecnologías enzimáticas. FuturEnzyme recibió casi seis millones euros. En un evento reciente los cuatros proyectos presentaron sus resultados más notables y ofrecieron recomendaciones para el futuro.
Proyecto financiado por el programa de investigación e innovación H2020 de la Unión Europea 101000327.
CSIC Comunicación