Criterios unificados, coordinación universitaria y compromiso institucional: claves para la accesibilidad universal

Foto de familia en la clausura del XIV Encuentro SAPDU en el Jardí Botànic de la Universitat de València. FOTOS: Universitat de València.

Foto de familia en la clausura del XIV Encuentro SAPDU en el Jardí Botànic de la Universitat de València. FOTOS: Universitat de València.

La Universitat de València ha sido sede del XIV Encuentro de la Red de Servicios de Atención a Personas con Discapacidad de las Universidades (SAPDU) durante los días 3 y 4 de abril, reuniendo en el Jardí Botànic UV a más de un centenar de especialistas procedentes de 49 universidades españolas para analizar y diagnosticar el estado actual de la atención universitaria a la discapacidad, así como actualizar protocolos y medidas, e introducir nuevas herramientas de mejora de la accesibilidad y la inclusión en igualdad de oportunidades.

Para ello, se ha establecido un intenso debate y reflexión sobre los temas más candentes que atañen a un contexto en continuo cambio y que exige adaptaciones inmediatas.

Organizado por la Red UNIDISVAL que integran las cinco universidades públicas valencianas (Universitat de València, Universitat Politècnica de València, Universitat d’Alacant, Universitat Miguel Hernández d’Elx y Universitat Jaume I de Castelló) y con el patrocinio de Fundación ONCE y Fundación UNIVERSIA, el encuentro anual SAPDU se ha detenido en asuntos, como el uso de la Inteligencia Artificial para la accesibilidad digital; el análisis técnico del entorno actual de la inclusión de personas con discapacidad en la educación superior y el empleo, a través de la normativa vigente y otros aspectos; las claves para abordar el diagnóstico, el tratamiento y la adaptación de trastornos del neurodesarrollo (TEA, dislexia y TDAH) desde la educación primaria y secundaria hasta la universidad; o la importancia y la urgencia de mejorar los servicios universitarios de atención psicológica.

La primera de las mesas ha abordado la Inteligencia Artificial aplicada a los departamentos de atención a la discapacidad, a cargo de los técnicos responsables especialistas Javier Francés, de la Fundació General de la Universitat de València, y José Luis Ortego, de la Universitat de les Illes Balears, presentados por la vicerrectora de Arte, Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universitat Politècnica de València, Salomé Cuesta.

Uno de los principales objetivos era mostrar la IA como una herramienta eficaz y necesaria en términos de accesibilidad digital en tanto que ofrece “oportunidades significativas” que, por extensión, permiten la personalización de servicios en los departamentos de discapacidad.

¿Y cómo ocurre esto? De acuerdo con Francés y Ortego, la IA mejora la accesibilidad en contenidos académicos y documentos, y permite la asistencia a estudiantes con discapacidad visual en la lectura de documentos no accesibles, la automatización de tareas repetitivas (responder correos, redactar informes, generar encuestas…), la traducción y adaptación de materiales, o el análisis predictivo, favoreciendo así la personalización de la atención a las personas con discapacidad.

Según han sostenido los expertos, “es fundamental elegir herramientas que se adapten mejor a las necesidades de accesibilidad, siendo ChatGPT y Gemini las más recomendadas” y, por lo tanto, “la formación en IA es clave para los profesionales del sector, permitiéndoles evaluar y supervisar soluciones tecnológicas con un enfoque inclusivo”.

Diversidad funcional y discapacidad en España
Por otro lado y teniendo en cuenta el contexto educativo del encuentro, han intervenido en una mesa especializada, moderada por el vicerrector de Estudiantes y Empleo de la Universidad de Alicante, Raúl Ruiz, Isabel Martínez Lozano, directora de Programas con Universidades y Promoción del Talento Joven de Fundación ONCE, y Beatriz Arribas, directora de Fundación UNIVERSIA.

Ambas han desarrollado un diagnóstico de la diversidad funcional y la discapacidad en España, una situación que afecta a 966.000 estudiantes del sistema preuniversitario. Isabel Martínez Lozano ha considerado que “la educación es el elemento más empoderante e integrador” en el camino hacia la inclusión y, por ello, define la LOSU como “un marco normativo que ayuda a dibujar un nuevo modelo universitario con palancas de cambio para la inclusión: derechos y oportunidades para todo el mundo”.

Ha subrayado que la LOSU obliga a todas las universidades, públicas y privadas, a trabajar por la inclusión, reservando y manteniendo las medidas positivas para garantizar la accesibilidad en todos los programas universitarios; contempla el artículo 37 de equidad y no discriminación, que incluye que todas las estructuras curriculares resulten inclusivas y accesibles; recoge la definición de los servicios de atención a la discapacidad; y presenta un “desafío” en el artículo 65 de promoción de la equidad entre el personal docente e investigador, pudiendo ejercer actividades académicas las personas con discapacidad.

Martínez Lozano ha destacado el avance del trabajo de integración, puesto que en España los y las estudiantes con discapacidad ya suponen el 2,6% del total del estudiantado (presencial y a distancia), así como el reto de que “no se quede nadie por el camino”, ya que del cerca de millón de estudiantes de primaria y secundaria solo son 22.000 los que llegan a la universidad.

Por otra parte, se ha referido al estudio sobre ‘La inclusión de las personas con discapacidad en el sistema universitario español’, cuyos resultados arrojan “luces y sombras” sobre esta situación: falta de recursos, un problema de formación y actitud, y saturación en los servicios de atención. Sin embargo, sobresalen como desafíos la participación -para seguir desarrollando la igualdad con un sentido holístico-, el reconocimiento de la ANECA y la eliminación de prejuicios -se han superado barreras ideológicas, pero persisten obstáculos estructurales.

Beatriz Arribas ha señalado el trabajo de Fundación UNIVERSIA por la igualdad efectiva a través de tres ejes de actuación: educación, mediante becas y programas de apoyo económico; impulso del empleo de calidad con formación en competencias digitales o mentoring; y entornos accesibles a través de estudios sobre inclusión y proyectos de accesibilidad, como Lengua de Signos con IA o Change Dyslexia.

Son objetivos para UNIVERSIA superar el estancamiento en la progresión profesional de personas con discapacidad, mejorar las oportunidades de empleo con ferias y eventos específicos, e impulsar acciones de mentoring y coaching para facilitar la inclusión en el mercado laboral.

El debate ha finalizado reconociendo los programas de empleo como esenciales, si bien supone “un reto” que las personas con discapacidad no solo accedan a este, sino que puedan progresar en él profesionalmente. ¿Cómo? Desarrollando carreras sostenibles a largo plazo durante la etapa universitaria.

Claves del progreso en trastornos del neurodesarrollo
La tercera mesa, moderada por la directora de UVdiscapacidad, Celeste Asensi, ha convocado a expertos, todos ellos psicólogos, en trastornos del neurodesarrollo: Manuel Martín, de la Fundació Mira’m, especialista en TEA (Trastorno del Espectro Autista); Javier Roca, profesor doctor en Psicología de la Universitat de València y experto en dificultades específicas del aprendizaje (Trastorno en Lectoescritura); y Amanda Meliá, psicóloga y científica, directora de Estudio de Conducta, experta en TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).

La discusión ha girado en torno a cuatro aspectos claramente diferenciados: un primero, el diagnóstico y la evaluación de este tipo de trastornos; un segundo, los desafíos en la educación universitaria; un tercero, sobre las adaptaciones que requieren las universidades para atender las necesidades del TEA, TDAH y la dislexia; y en cuarto lugar, las competencias universitarias.

Si bien es cierto que tanto cada tipo de trastorno como cada persona exigen una atención particular y muy específica, tanto los componentes de la mesa, que han realizado una radiografía de las realidades que tratan a diario, como el auditorio han coincidido en concluir que las claves en el progreso de la atención a los trastornos del neurodesarrollo pasan por “mejorar la coordinación institucional” que facilite la gestión y la toma de decisiones; “definir criterios claros para los diagnósticos” por un principio de equidad; y “adaptar los entornos universitarios” para garantizar la igualdad de oportunidades sin comprometer la exigencia académica.

En este punto, expertos y técnicos han estado de acuerdo en revisar la ‘Guía de buenas prácticas para la transición, el acceso y la acogida del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo (NEAE) en los estudios universitarios’ (Guía SAPDU de la CRUE), un documento técnico para la transición del alumnado con discapacidad y NEAE desde la enseñanza obligatoria y bachillerato hacia la universidad, los recursos que se pueden encontrar en ese trayecto y algunos consejos sobre cómo afrontar la nueva etapa, publicada en el año 2017 con la participación de la Red SAPDU, Fundación ONCE y CRUE.

Atención psicológica universitaria
La cuarta y última mesa, a cargo del presidente de la Asociación Española de Servicios Psicológicos y Psicopedagógicos Universitarios (AESPPU), Miguel Ángel Rando, se ha centrado en la atención psicológica universitaria, un aspecto que exige cierto nivel de interés teniendo en cuenta cuál es la situación de la salud mental en estos momentos en España. Rando ha afirmado que el 25% de la población “sufrirá a lo largo de su vida un trastorno mental, principalmente de ansiedad o depresivo”, basándose en los trastornos más frecuentes, como la ansiedad crónica (que presenta el 6,7% de los adultos), la depresión (que refiere el 6,7%, mientras que el 17% de la población asegura padecerla) y el deterioro cognitivo (presente en el 31,3% de las personas mayores de 65 años).

De acuerdo con la última encuesta de diagnóstico de la salud mental del estudiantado universitario en España (2022-23), uno de cada dos estudiantes aseguraba presentar síntomas depresivos y de ansiedad moderada o grave, mientras que al 17% se le había prescrito tranquilizantes y ansiolíticos.

En su rango de edad, entre 18 y 23 años, los y las estudiantes experimentan desafíos, como la definición de la identidad propia mientras se incorporan al mundo adulto, cambian de domicilio, mantienen sus primeras relaciones íntimas con los problemas que pueden conllevar, empiezan a moverse por el mundo y sufren una importante presión por las exigencias de la excelencia académica.

Todo ello evidencia una evolución necesaria de la atención psicológica universitaria desde que se inició en 1985 como espacio de prácticas clínicas hasta convertirse en un servicio “esencial” para la comunidad universitaria en el presente. La AESPPU, que se constituyó en 2009, reconoce que la salud mental del estudiantado universitario es “preocupante” y que se relaciona fundamentalmente con la presión académica, los cambios vitales y una educación emocional insuficiente en un contexto social cambiante.

Miguel Ángel Rando ha concluido, finalmente, que, a pesar de las labores de contención de los servicios universitarios, la atención psicológica no es suficiente en tanto que no estos servicios no pueden ofrecer terapia clínica integral, algo que exige más recursos, una formación específica del profesorado y del personal técnico, así como protocolos de actuación unificados y que en la actualidad no existen. Otras claves para una respuesta eficaz es la intervención entre iguales y la coordinación entre servicios, y gestionar de manera adecuada la incorporación de estudiantes con trastornos mentales graves al entorno universitario.

El XIV Encuentro SAPDU, que ha tenido lugar en el marco del 525 aniversario de la Universitat de València, se ha clausurado con la presencia de la rectora Maria Vicenta Mestre, quien ha valorado esta reunión en el camino hacia la construcción de “universidades más inclusivas, igualitarias y justas” porque “lo más importante somos las personas”; y ha recordado el liderazgo de la Universitat en atención a la discapacidad al acoger a más de un millar de estudiantes presenciales cada año, además de ser pionera en el servicio a profesorado, personal investigador y técnico, siendo ejemplo, matriz, para otras instituciones académicas españolas.

No obstante, la rectora ha insistido en la necesidad de la implicación en esta materia de las políticas públicas a través de los gobiernos en todos los estamentos (municipal, autonómico y estatal), porque la igualdad de oportunidades “no es un favor, es un derecho de todas la ciudadanas y todos los ciudadanos”.

La rectora Maria Vicenta Mestre ha estado acompañada por el vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, presidente de la Red SAPDU y coordinador del grupo de trabajo de la sectorial Diversidad y Discapacidad de la CRUE, Asuntos Estudiantiles, David Sánchez, e Isabel Martínez Lozano, de Fundación ONCE.

Organizado por los Servicios Universitarios de Apoyo a Personas con Discapacidad de las Universidades Valencianas (Red UNIDISVAL), con el patrocinio de Fundación ONCE, Fundación UNIVERSIA y las cinco universidades públicas de la Comunitat Valenciana: la Universitat de València, la Universitat Politècnica de València, la Universitat d’Alacant, la Universitat Miguel Hernández d’Elx y la Universitat Jaume I de Castelló; el XIV Encuentro SAPDU se ha producido en 2025 en València tras la suspensión en la fecha prevista inicialmente el pasado mes de noviembre como consecuencia de la trágica dana que asoló el territorio.

Ahora, toma el relevo la Universitat de les Illes Balears, sede en Mallorca del XV Encuentro que se celebrará en junio de 2026.

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