A casi un millón de personas de ocho países -Afganistán, Eritrea, Irán, Irak, Somalia, Siria, Venezuela y Sudán- se les han ofrecido permisos de entrada en 38 países de destino a través de permisos de trabajo, familiares y de estudio entre 2019 y 2023.
Según un nuevo informe, Vías seguras para los refugiados, publicado este martes por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) los permisos de reagrupación familiar representaron la mayoría de los visados expedidos (63%), seguidos de los permisos de trabajo (19%) y estudio (18%), registrándose aumentos en las tres categorías.
«Detrás de estas cifras hay refugiados que utilizan los mismos sistemas que millones de personas utilizan cada día para emigrar por trabajo, estudios o para reunirse con la familia”, declaró Ruven Menikdiwela, Alto Comisionado adjunto del ACNUR para la Protección.
“No es necesario crear estructuras paralelas para los refugiados, basta con proporcionarles vías seguras y flexibles para acceder a los sistemas existentes«.
2023: el año más exitoso con 255.000 permisos concedidos
Solo en 2023 se expidieron casi 255.000 permisos de entrada a refugiados procedentes de esos países, que ya cuentan con altas tasas de petición de asilo, lo que supone un aumento del 14% con respecto a 2022, que se suma al ya significativo aumento del 39% de 2021.
Otras 30.000 personas de las nacionalidades cubiertas se beneficiaron de planes de patrocinio a otros países, superando así los niveles anteriores a la pandemia y convirtiéndolo en el año más exitoso registrado desde que ACNUR y la OCDE comenzaron a hacer un seguimiento de estos datos en 2010.
Países como Alemania, Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Suecia son los principales países de destino.
Colectivamente han contribuido a que la comunidad internacional haya recorrido más de la mitad del camino hacia la consecución del objetivo de 2,1 millones de permisos trazado como parte de una estrategia para ampliar el acceso a soluciones de terceros países para los refugiados, uno de los objetivos del Pacto Mundial sobre los Refugiados.
«Estos programas permiten a los refugiados dejar de depender de la ayuda humanitaria y labrarse un futuro estable e independiente. Son planes mucho más amplios que el reasentamiento tradicional y ofrecen vías adicionales hacia una solución”, dijo Menikdiwela.
“Si los países van más allá y eliminan más obstáculos a los que se enfrentan los refugiados para acceder a vías legales relacionadas con la documentación, la certificación de competencias y otras, más personas recuperarán sus vidas», afirmó.
Recursos limitados y prioridades cambiantes
Aunque la necesidad de soluciones sostenibles, incluidos el reasentamiento y las vías complementarias, es cada vez mayor, muchos países se enfrentan a recursos limitados y prioridades cambiantes, lo que pone en entredicho su capacidad para mantener o ampliar las vías legales existentes para los refugiados.
En este contexto, salvaguardar los avances logrados y encontrar formas prácticas de reforzar y ampliar estos esfuerzos exigirá una cooperación y un compromiso constantes.
ACNUR insta a los Estados a integrar a los refugiados en sus sistemas de migración regular y a adoptar herramientas prácticas que permitan a las personas desplazarse de forma segura e independiente a través de las fronteras internacionales.
Además, pide que se refuercen las asociaciones con el sector privado, las instituciones educativas y la sociedad civil para ampliar el acceso de los refugiados a la migración legal.