De este modo, se amplía el diferencial entre la inflación general y subyacente, mostrando una dinámica muy diferente entre ellas en los últimos meses. Las previsiones en 2025 apuntan a que la inflación será más moderada que en 2024, aunque con oscilaciones, al verse condicionada, entre otros factores, por la evolución de los precios de las materias primas en los mercados internacionales y por el efecto base respecto a 2024.
La reversión de medidas de reducción de impuestos para moderar la inflación -IVA de electricidad y alimentos- explica siete décimas de la inflación general.
A impuestos constantes, respecto a 2024, el incremento del IPC general habría sido del 2,3% y el de la subyacente habría sido del 2,1%.
Este efecto escalón se mantendrá a lo largo de todo el año, pero desaparecerá en enero de 2026, y afecta fundamentalmente a los componentes de productos energéticos y a los alimentos.
La desaceleración de la inflación subyacente en febrero se ha debido a la menor tasa de incremento de los precios de los servicios, del 3,2% frente al 3,4% del mes anterior. No obstante, continúan siendo el componente con un mayor incremento de precios dentro de la subyacente. Los otros componentes del IPC subyacente mantienen tasas moderadas de crecimiento.
En la Unión Monetaria, la inflación también ha mostrado una desaceleración de una décima, hasta el 2,4%, mientras que en España el IPCA de febrero mantuvo su tasa interanual en el 2,9%, por lo que se registró un diferencial positivo de cinco décimas, lo que supone un ligero empeoramiento de la competitividad-precio para España.
Análisis desagregado
El fuerte incremento de los precios energéticos (9,0%) se ha debido, fundamentalmente, a la vuelta a la tasa de IVA habitual del 21%, frente al IVA reducido de la electricidad (a impuestos constantes la tasa de variación habría sido del 4,1%). Así, la electricidad presenta un incremento de sus precios del 28,1%, mientras que carburantes y combustibles presentan caídas de precios ( 2,8%), en línea con la evolución del precio del petróleo.
En febrero, el precio del crudo Brent se situó en 75,4 dólares/barril, un -4,8% inferior al precio el mes anterior (-5,4% en euros). En tasas interanuales, el descenso fue del -9,6% en dólares y del -6,3% en euros. El anuncio de la OPEP+ de retirar los recortes voluntarios en su producción y la incertidumbre sobre el crecimiento mundial por las tensiones arancelarias están presionando los precios del petróleo a la baja. En marzo, la tendencia continúa, con el precio oscilando alrededor de los 72 dólares/barril, que de mantenerse supondría un descenso en tasas interanuales del -15,7% en dólares y del -12% en euros.
Los precios de los alimentos sin elaboración registran una aceleración y elevan su tasa interanual en 2,3 puntos porcentuales, hasta situarse en el 5,0% (a impuestos constantes su variación habría sido del 3,3%).
Dentro de la inflación subyacente, destaca la contención de los precios de su componente de servicios, que disminuyen su tasa interanual en dos décimas, hasta el 3,2%. Por su parte, los alimentos con elaboración, bebidas y tabaco aumentan dos décimas, hasta el 2,3%, y los precios de los bienes industriales sin productos energéticos mantienen su tasa de variación en el 0,5%.