CEF.- UDIMA, en la presentación en España de la Fundación Internacional Ratzinger (FIR)

Tres décadas después de su paso por Madrid (en la misma sala, con su nombre) se celebró recientemente la presentación de la Fundación Internacional Ratzinger (FIR), en la que estuvo presente el Grupo CEF.- UDIMA. La fundación, que preside la doctora de UDIMA Marcela Jiménez Unquiles, arrancó su andadura en la Fundación Universitaria Española (FUE), donde trasladó su propuesta de valores y misión por preservar y difundir la obra y pensamiento del teólogo papa Joseph Ratzinger (1927-2022). Varios de los vocales de su patronato respaldaron la gran tarea que esta organización sin ánimo de lucro se pone por delante, coincidiendo hoy con el comienzo oficial del Año Jubilar 2025.

Redacción CEF.- UDIMA

Fue allí mismo donde Joseph Ratzinger (entonces Prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe) presentó el Catecismo de la Iglesia Católica. Aquel 9 de julio de 1993 el pensador de Marktl recibió la Medalla de Oro de la Fundación Universitaria Española. Un reconocimiento que la FIR quiso conmemorar más de treinta años después, con la firme intención de mantener vivo su legado.

Durante la presentación oficial en España de la FIR, 8 de los 12 patronos nombrados acudieron a formar parte de este comienzo histórico: el patrono de honor, cardenal y arzobispo emérito de Madrid, don Antonio María Rouco Varela, la presidenta de la Fundación Universitaria Española, doña Lydia Jiménez González, el exministro de Interior y exeurodiputado, don Jaime Mayor Oreja, el presidente de honor y fundador del Grupo CEF.- UDIMA, don Roque de las Heras Miguel, el filósofo, historiador y catedrático don Dalmacio Negro Pavón (quien tristemente falleció mientras se escriben estas líneas), el catedrático emérito de la UCM y miembro de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, don José Tomás Raga Gil, y la doctora en filosofía y miembro del Círculo de Estudiantes de la Nueva Escuela Joseph Ratzinger/ Papa Benedicto XVI, doña Sara Gallardo González. [Puedes consultar aquí el listado completo de patronos].

La FIR comienza su andadura tras haber organizado ya en abril de 2024 el Primer Congreso Internacional Cooperatores Veritatis en colaboración con la Universidad Panamericana (UPM), institución que recibió tres premios Ratzinger. Un congreso que Jiménez Unquiles describió como «un espacio de reflexión sobre el encuentro entre fe y razón en la sociedad actual, desde una búsqueda de la verdad al servicio de la humanización del mundo», defendía Jiménez Unquiles.

Al acto asistieron también la presidenta de UDIMA, doña Arancha de las Heras, su rector, don Eugenio Lanzadera, y su secretario general, donRicardo Romero, entre otras miembros del Grupo CEF.- UDIMA.

El lema que da nombre al congreso (que cogió Ratzinger de la tercera Carta de San Juan), es una máxima que sigue muy vigente, decía la presidenta, pues «no hay programa más exigente que ser colaborador de la verdad, como lo fueron los grandes maestros del teólogo alemán.».

En sus palabras de apertura, la doctora (cuya tesis El pensamiento de Joseph Ratzinger a la luz del discurso de Ratisbona: ampliar los horizontes de la razón, aborda directamente su concepto de ‘razón abierta’) destacó el carácter «profético» de sus recomendaciones ante los retos actuales de la humanidad y la actitud combativa de su discurso, frente a la globalización, la revolución digital y el arrinconamiento del cristianismo, cuyas tradiciones «parecen reliquias de una época pasada».

Razonar «más allá de la ciencia»

Como recordó Jiménez Unquiles (quien además dirigirá la nueva Cátedra Joseph Ratzinger en la Universidad Católica de Ávila, UCA), Ratzinger nos recomendaba sabiamente que «la calma no es la primera obligación de un ciudadano». E incumplir esa premisa «sería como vivir anestesiados por aquellas ideologías que adormecen el pensamiento crítico».

La presidenta subrayó la crítica del teólogo alemán de una cultura meramente positivista «que no observa como científica la pregunta sobre Dios», y que se posicionó en contra de la opinión mayoritaria «sin dejarse condicionar ni manipular por ella».

Ratzinger «trabajó sistemáticamente en una nueva articulación de razón y fe, una razón capaz de razonar más allá de la ciencia y la tecnología, la diosa actual que absolutiza una razón incapaz de explicarse a sí misma», desgranó la presidenta de la FIR. Y aclaró dos de los grandes pilares que sostienen la fundación.

Por un lado, ser un contrapeso que pueda para «dar alimento intelectual y espiritual en estos tiempos convulsos y de profunda apatía existencial», siguiendo la máxima aristotélica que sostiene que «todos los hombres por naturaleza desean saber». Una búsqueda de la verdad que a la que la FIR contribuirá, por otro lado, reflexionando sobre las grandes preguntas de la humanidad: el sentido del progreso, la verdadera conciencia de la razón humana, el cristianismo y su papel, la pérdida de los valores o el impacto del relatividad.

Un trabajo que llegará a través de la preservación y promoción del legado intelectual de Joseph Ratzinger: la difusión de su pensamiento y obra a través del estudio, la investigación, la docencia y cualquier otro medio que permita la conexión del ámbito académico nacional e internacional con los diversos contextos culturales, sociales, políticos, económicos y religiosos del mundo, explicaba la presidenta.

Recuperar la fe para alcanzar la verdad

El patrono de honor, cardenal y arzobispo emérito de Madrid, don Antonio María Rouco Varela, tomó la palabra después para recordar cuál ha de ser la principal función de la FIR: enfrentar la creciente secularización de la sociedad, un fenómeno que comenzó con la Ilustración al intentar entender al hombre, el mundo y la historia «prescindiendo de la fe», con una razón que a menudo se ha mostrado «desbordante y super soberbia».

Entre sus tareas fundamentales, el arzobispo emérito destacó el «recuperar la fe» y «volver a hablar claramente de Dios», reconociendo que la fe no se opone a la razón, sino que la complementa. La fe permite a la razón trascenderse a sí misma, para comprender «el encuentro del hombre con el Dios vivo», presente en la historia, la vida y la cultura.

Por su parte, la presidenta de la Fundación Universitaria Española, Lydia Jiménez González, entiende que esta fundación es lo que Ratzinger decía: «lo que cambiará el mundo serán minorías creativas», que generen un pensamiento que contrarreste la irracionalidad en que vivimos muchas veces, por esa falta de uso correcto de la razón que proponía el teólogo alemán. Aquella medalla de 1993 fue un hito en las actividades de pensamiento y divulgación de humanidades de la FUE, pues desde entonces se han sucedido distintos ciclos de conferencia sobre el pensamiento de Benedicto XVI.

Esos ciclos vinculados a su pensamiento han cristalizado en publicaciones de esta nueva fundación. «Habrá muchas sinergias, una de ellas ya está en marcha: en 2026 celebraremos aquí los 75 años de esta FUE, con un bloque de actividades de pensamiento, dedicado específicamente a teólogo alemán».

Mientras, el exministro Jaime Mayor Oreja considera que esta Fundación no se centra únicamente en el pasado de Ratzinger, sino que enfrenta un reto de futuro: «recuperar a Dios en la vida pública». Durante su pontificado (2005-2013), Benedicto XVI fue «el mejor diagnosticador de la sociedad occidental», ponderó Mayor Oreja, siempre acertando con sus mensajes, ya fuera en Ratisbona, Westminster o la ONU. Sin embargo, mientras él vivió como si Dios existiera, «la sociedad ha hecho todo lo contrario», normalizando su ausencia en la esfera pública.

El gran desafío actual es por tanto revitalizar su pensamiento como proyecto de regeneración, impulsado por esas «minorías creativas», capaces de contrarrestar la incomparecencia cultural en la defensa de principios y valores. La misión de esta Fundación es trazar ese camino, para que la presencia de Dios en el ámbito público vuelva a ser una realidad tangible.

Roque de las Heras Miguel hizo un alto en el camino para dedicar unas palabras, no al teólogo, sino a la presidenta y responsable de la FIR. «Marcela destaca por su formación multidisciplinar» decía: licenciada en Empresariales (UNED), Máster en Dirección Económico-Financiera (CEF.-), titulada en piano, licenciada y máster en Ciencias Religiosas (San Dámaso), posgrado en Filosofía y doctora en Derecho y Sociedad (UDIMA, cum laude y Premio Extraordinario). Superó oposiciones de Técnico de Hacienda y Auditoría, ejerciendo diversos cargos en la Administración. Hoy lidera el Servicio de Gestión Presupuestaria en el Instituto de Salud Carlos III.

Además, el presidente honorífico del Grupo CEF.- UDIMA catalogó a Jiménez Unquiles como «brillante docente» desde 1989, cuando comenzó en CEF.-. Actualmente imparte filosofía y teología en UDIMA y la UCA de Ávila. Investigadora destacada, participa en proyectos internacionales y congresos. «Polifacética, organizada y entregada», combina excelencia profesional, académica y personal con un carisma único en la enseñanza, resumió De las Heras Miguel.

Teología frente a ideología

Dalmacio Negro Pavón protagonizó uno de los momentos más emotivos del acto, y siéndolo más aún al ser esta su última aparición pública. El pensador e historiador fallecía este martes, una semana después de la presentación de la FIR. Durante su intervención, Negro Pavón se mostró ante todo «agradecido» por participar de esta fundación, pues la consideraba clave para «rescatar el legado de Ratzinger», quien fue no solo un teólogo, sino «uno de los mayores pensadores contemporáneos». Como bien trajo a la memoria de los presentes, la base de toda civilización es la religión, configuradora del ethos. Y en Europa la teología ocupó el rango más alto entre los saberes, hasta que la metafísica y luego las ideologías la desplazaron, culminando en la Revolución Francesa.

«Hoy vivimos bajo el dominio de ideologías utópicas, como la woke que, como utópicas que son, «carecen de sentido de la realidad». Frente a esto, Ratzinger devolvió a la teología su lugar central, recordando que el hombre, creyente o no, siempre busca trascenderse. Por ello defendió que el reto para esta fundación será «reestablecer la relevancia de la teología», en este mundo ideologizado.

José Tomás Raga Gil desplegó a continuación las razones por las que debemos tener presente, entre otros aspectos, la singular e histórica renuncia de Ratzinger como como Papa. «Si algo define al Papa Benedicto XVI es su humildad, esa virtud que lo llevó a presentarse como un simple trabajador en la viña del Señor y a renunciar al Papado con un mensaje tan sencillo como poderoso». Su decisión, que sorprendió al mundo entero, fue «una lección en un tiempo marcado por la ambición y el materialismo»: renunciar al poder para dedicarse a la oración y la meditación.

Durante su pontificado, y antes de él, Benedicto XVI defendió incansablemente la unión entre fe y razón, aseveraba Raga Gil, como «las dos alas que elevan al ser humano hacia la verdad». Siempre promovió el diálogo con pensadores avanzados, incluso con quienes no compartían su fe, y subrayó la importancia de conectar el Evangelio con las inquietudes del hombre contemporáneo. «El hombre tiene sed», decía, y es necesario ofrecerle el agua viva de la verdad revelada frente a falsas promesas efímeras, trasladó el catedrático.

Su renuncia no solo consternó, sino que fascinó por su ejemplaridad: abandonar los honores y la visibilidad de su posición para abrazar la simplicidad. «Un mensaje de desprendimiento», que nos invita a reflexionar sobre lo esencial y a buscar nuestro encuentro con Dios.

Sara Gallardo González culminó con su intervención, en la que llamó a la Fundación Internacional Ratzinger a continuar el legado del teólogo, prefecto y Papa Benedicto XVI, expandiendo la obra de divulgación y conocimiento de uno de los grandes pensadores de nuestro tiempo. «Como miembro del Círculo de Discípulos de Ratzinger, he sido testigo de cómo promovió la búsqueda compartida de la verdad, siempre desde la gracia de los sacramentos y con un diálogo abierto, incluso con perspectivas no creyentes», alabó la doctora en filosofía.

«Ratzinger entendió la teología como un diálogo, acogiendo diferentes formas de pensar, y decía que ‘la verdad no puede imponerse’, sino que se busca y comparte. La Fundación tiene la misión de internacionalizar este enfoque, inspirando a investigadores, creyentes y no creyentes, en la búsqueda común de la verdad».

Para cerrar el acto de presentación, la fundación contó con la intervención musical de Paz Grosso de la Lama y Ana de la Herrán Piñar (Inspectora de Hacienda y presidenta de la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado). Ambas interpretaron a capella el tema Aleluya de Leonard Cohen, acompañados al teclado por Francisco Javier Moreno López.

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