Cariño es una de las bandas emergentes del pop nacional. Tienen sus raíces en el indie, tal y como explica en esta entrevista su bajista, Alicia Ros, la tercera (o primera) en discordia de un grupo que completan Paola Rivero y María Talaverano. El de Cariño es uno de los casos de éxito más vertiginoso de la música española: apenas habían grabado su primer sencillo cuando una discográfica les encargó su primer disco.
“Todo fue muy rápido, como un sueño”, comenta al teléfono Alicia, con un tono pausado que contrasta sobremanera con el ritmo urgente que sale de las cuerdas de su bajo. Para el concierto que ofrecerán el próximo 14 de mayo en el auditorio Miguel Ríos, abriendo las fiestas de Rivas, prometen las canciones “más bailables y alguna del último disco”. Y tal vez algún tema con Natalia Lacunza que, junto a Ladilla Rusa, cierra el cartel de la jornada.
Abren las fiestas de Rivas el miércoles 14 de mayo. ¿Les motiva el reto?
Sí, las fiestas de un municipio son siempre un reto porque tienes que mantener a todo el mundo contento. Por lo general, el público no te conoce de antes y es un reto, desde luego.
Comparten cartel con Ladilla Rusa y Natalia Lacunza. ¿Les gusta la compañía?
Nos encanta. De hecho, con Natalia Lacunza tenemos una canción, ‘Modo avión’. Supongo que nos juntaremos. Y Ladilla Rusa son siempre muy divertidos, son una apuesta segura para unas fiestas.
¿Qué va a encontrar el público ripense que se acerque hasta el Miguel Ríos?
A finales del año pasado sacamos nuestro último disco, ‘Tanto por hacer’, y todavía tenemos el ímpetu de presentarlo. Pero sonarán también nuestras canciones más bailables y alguna canción del último disco.
«Nos encanta el cartel del comncierto en Rivas. Con Natalia Lacunza tenemos una canción, ‘Modo avión’. Supongo que nos juntaremos. Y Ladilla Rusa son siempre muy divertidos»
¿Cuál es el secreto para abrirse hueco en el panorama musical actual?
Por suerte, nuestras canciones entraron muy bien en el público. Además, entramos un poco antes de que se pusiese todo un poco más complicado, en la pandemia. La gente aprovechó para hacer un montón de música y ahora hay más proyectos para presentar. Creo que conseguimos entrar antes de que se pusiese todo más complicado y aquí seguimos.
Hay quien les enclava en el pop, en el indie, en el punk… ¿Cómo definen su música?
Depende de a quién le preguntes. Para mí es claramente pop, pero, desde luego, nuestra música bebe del indie. Nosotras nacimos ahí, en los sellos indie y el pop underground de Madrid. Pero si hay que definirla de forma general, es claramente pop.

El grupo madrileño Cariño. LOLA ERRANDO
Cada vez son más habituales los grupos formados solo por mujeres. Por fin se están rompiendo determinados moldes.
Totalmente. Ya no hay sorpresa cuando aparece una banda nueva de chicas. Eso ya está ganado y tenemos el mismo hueco que las bandas de chicos o las mixtas. Creo que ya no hay cuestiones de género que nos separen.
Antes había muchas solistas, vocalistas de un grupo de hombres.
Sí, pero eso está ganado desde hace tiempo. No sé si nosotras hemos servido para animar a más gente. Espero que sí y que siga siendo así.
Empezaron grabando sus primeros sencillos en su propia casa. ¿Cómo fueron aquellos inicios?
Empezamos en casa de María y Paola, que eran vecinas, sin grabar nada, con la guitarra. Luego nos juntamos con nuestro amigo Martín y, al cabo de un mes de grabar nuestra primera canción, grabamos un disco, porque nos fichó Elephant. Todo fue muy rápido, como un sueño, porque nada más sacar la canción ya nos pidieron un disco. Entonces nos encerramos ese verano a grabar y componer y todo fue muy rápido.
¿Cómo se conocieron? ¿Qué relación tenían antes?
María y Paola se conocieron en Tinder hace ya algunos años y mí me conocen del Contemporánea, de la fiesta por Madrid.
Son de Lavapiés. ¿Cuánto les ha marcado el barrio?
Vivíamos allí cuando empezamos todo. Era muy buen barrio para empezar una banda, teniendo en cuenta que estábamos muy cerca las tres. Es un barrio que invita mucho a estar en la calle y en ese momento nos encantaba estar con nuestros amigos, salir de fiesta y estar siempre por ahí y era el barrio perfecto para eso.
«Lavapiés era muy buen barrio para empezar una banda, teniendo en cuenta que estábamos muy cerca las tres. Es un barrio que invita mucho a estar en la calle y en ese momento nos encantaba estar con nuestros amigos»
En sus letras intentan relativizar aquellas cosas que la mayoría de los mortales creemos más importantes: “Ni un examen, ni un ascenso laboral vale más que un día a tu lado”.
En este disco queríamos poner esto de manifiesto, que nos da igual un poco todo. A lo largo de los años, este trabajo nos ha alejado mucho físicamente de nuestros amigos y familia. Queríamos reivindicar ese amor y la importancia que tienen las relaciones para poder seguir adelante. Sin eso, no vale nada lo demás.
¿Pensaban llegar hasta aquí en tan poco tiempo?
Desde luego que no. Como ya te digo, fue todo muy rápido. Al primer mes nos pidieron un disco, al año nos llamaron de Coachella… La pretensión siempre fue dar conciertos, que fuesen lo mejor posible y pasar un buen rato con nuestros amigos, pero no esperábamos que esto fuera a convertirse en nuestra profesión al año de empezar, ni mucho menos que nos fuese a llevar por todos los sitios donde nos ha llevado.
¿Qué supuso su paso por Coachella?
Hizo que en España se interesase más gente por nosotras, porque nadie sabía quién era ese grupo de chicas, pero sobre todo nos abrió público en Latinoamérica. Al final, en Coachella, la mitad son hispanohablantes y eso nos abrió mucho en México, en Colombia. De hecho, al final de esta semana (la entrevista se realizó el 25 de marzo) nos vamos para allá.
¿Y cómo les han recibido en Latinoamérica?
Muy bien. Solo hemos estado en México y en Chile y han sido experiencias muy enriquecedoras porque a lo mejor es un poco tópico, pero la gente vive más la música. Lo viven más intensamente, son muy fans de lo que les gusta.
De ahí a su último disco, ‘Tanto por hacer’. ¿Qué ha supuesto en su carrera? ¿Es el mejor que han hecho?
Yo creo que no es el mejor disco que hemos hecho. A mí, personalmente, me gusta más el primero. Me parece el más auténtico porque no teníamos ni idea de nada y no teníamos presiones de otras cosas. Este último disco era un ejercicio de intentar hacer música más calmada y combinarla con otros estilos. Para eso era muy importante que nos juntásemos con otra gente, porque nosotras al fin y al cabo sabemos hacer lo que sabemos hacer, que es un pop rapidito. Nos juntamos con Lucas y Luis, que son dos productores argentinos, y con ellos investigamos el poder hacer