Cardenal Koch: “Es necesario buscar un tercer camino en la fe católica, más allá del conformismo secularista y del fundamentalismo separatista”

50ª Aniversario de la Facultad de Teología

Cardenal Koch: “Es necesario buscar un tercer camino en la fe católica, más allá del conformismo secularista y del fundamentalismo separatista”

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Cardenal Koch: “Es necesario buscar un tercer camino en la fe católica, más allá del conformismo secularista y del fundamentalismo separatista”

La Universidad Católica de Valencia (UCV) ha celebrado el 50 aniversario de la Facultad de Teología en su sede histórica de la calle Trinitarios con una eucaristía en la Iglesia del Santísimo Cristo del Salvador y un acto académico en el que ha tenido lugar la investidura como doctor ‘honoris causa’ del cardenal Kurt Koch (Emmenbrücke, Suiza, 1950), prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. El arzobispo de Valencia y gran canciller de la UCV, Enrique Benavent, ha presidido tanto la misa como el encuentro posterior.

En el discurso que ha pronunciado durante el acto académico, el gran canciller de la UCV ha recordado sus tiempos como estudiante, profesor y decano en la Facultad de Teología, subrayando cómo esa época le ayudó a “amar la teología, a valorar lo que el pensamiento teológico aporta a la Iglesia y a adquirir la convicción de que teología y vida eclesial no pueden ir separadas”.

Así, Benavent ha hecho hincapié en que “una vida eclesial y unas opciones pastorales en las que no se reflexione sobre los presupuestos teológicos que las sustentan acaban convirtiéndose en algo vacío e inconsistente”. De igual manera, “una teología que no tenga en cuenta los problemas eclesiales del momento e intente, no dar recetas inmediatas, sino iluminarlos desde una reflexión creyente sobre la fe, acaba convirtiéndose en un ejercicio de erudición que no vivifica la vida eclesial”.

El arzobispo de Valencia ha asegurado también que en la Facultad de Teología aprendió que el Concilio Vaticano II era “letra vacía” si no se traducía “en actitudes de búsqueda de comunión en la Iglesia” y no entraba “en la conciencia del Pueblo de Dios”. Para el gran canciller “la Iglesia necesita en este momento de su historia que las ideologías -tradicionalistas o progresistas- no condicionen la comprensión de la fe; sino que sea la comprensión de la fe lo que nos lleve a una manera de pensar. Únicamente así podemos buscar caminos de comunión”.

“El pensamiento del cardenal enlaza perfectamente con el espíritu que se ha vivido en nuestra facultad desde su fundación. Koch ha abordado sus preocupaciones teológicas desde una triple convicción: la adaptación que la Iglesia necesita no es una adaptación a los tiempos modernos, sino a Cristo y a la verdad de su Evangelio; la autenticidad de la Iglesia exige una vuelta a la interioridad. Sólo una Iglesia que vive el misterio puede ser fecunda; la fidelidad al Concilio indica el camino de la Iglesia hacia el futuro. Todos nuestros empeños en y por la Iglesia debemos ponerlos en línea con las directrices del Concilio y con la convicción fundamental que lo inspiró: que la Iglesia no existe por sí mismo, sino por el querer de Dios”, ha afirmado Benavent.

Cardenal Koch: “Ni se puede congelar la autoridad magisterial de la Iglesia en 1962, ni la apertura al mundo puede convertirse en una adaptación al espíritu del tiempo moderno”

La lección magistral del cardenal Koch ha versado en torno a las dos dimensiones del Concilio Vaticano II; por un lado, la fidelidad a las fuentes o ‘ressourcement’ y la fidelidad a las señales de los tiempos o ‘aggiornamento’. El purpurado suizo ha asegurado en su intervención que “la relación entre estas dos dimensiones ha caracterizado a la Iglesia desde siempre, pero la tensión se ha agudizado de una manera nueva después del Vaticano II”. En ese sentido, Koch ha subrayado que, “más allá del conformismo secularista y del fundamentalismo separatista, es necesario buscar un tercer camino en la fe católica, que ya nos ha sido mostrado por el Concilio”.

“Tanto los progresistas como los tradicionalistas conciben el Vaticano II como una ruptura con la tradición, aunque de manera opuesta. La única diferencia es que para los progresistas la ruptura ocurre después del Concilio, mientras que para los tradicionalistas ocurre con el Concilio. Sin embargo, las dos posiciones extremas están tan cerca precisamente porque no interpretan el Vaticano II dentro de la tradición general de la Iglesia”, ha aducido.

Frente a las posiciones defendidas por los llamados tradicionalistas -que ponen el foco únicamente en el ‘ressourcement’, en la Tradición eclesial- el cardenal helvético ha hecho memoria de las palabras de Benedicto XVI sobre esta “visión errónea”. Ratzinger afirmó en términos “muy claros”, según ha recordado Koch, que «no se puede congelar la autoridad magisterial de la Iglesia en el año 1962».

“Si, por el contrario, se pone el énfasis exclusivamente en el ‘aggiornamento’, existe el peligro de que la apertura de la Iglesia al mundo, deseada y realizada por el Concilio, se convierta en una apresurada adaptación de los fundamentos de la fe al espíritu del tiempo moderno. No pocas corrientes en el periodo posconciliar se orientaron tanto hacia el mundo que no se dieron cuenta de los tentáculos del espíritu moderno o subestimaron su impacto, de modo que la llamada conversión al mundo no hizo que la levadura del Evangelio impregnara más la sociedad moderna, sino que condujo más bien a un amplio conformismo de la Iglesia con el mundo”, ha aseverado.

En opinión del cardenal Koch, “lo que se necesita hoy, en el espíritu del Vaticano II, es la recuperación de un sano equilibrio en la relación entre la fe y la Iglesia, por un lado, y el mundo, por otro”; la Iglesia y el mundo “deben estar uno frente al otro”, pero “la identidad original de la fe y de la Iglesia no debe definirse de tal manera que se separe del mundo de un modo fundamentalista”. No obstante, “el contacto dialógico necesario entre la Iglesia y el mundo contemporáneo no debe hacer que la fe y la Iglesia se adapten al mundo de una manera secularista, renunciando peligrosamente a su identidad”.

“La reforma es la eliminación de lo inauténtico mediante el proceso de purificación de la Iglesia”

La reforma, según Koch, “no puede pretender que lo que se reforma sea algo distinto de aquello que debe reformarse; de lo contrario, no se trataría de una reforma, sino de un cambio de esencia que transformaría lo que debe reformarse en algo diferente de lo que era antes”, ha remarcado. La reforma es la “eliminación de lo inauténtico”, mediante “el proceso de purificación de la Iglesia basado en sus orígenes” para que “su ‘forma nobilis’, la forma de la única Iglesia querida por Cristo, pueda volver a ser visible”.

“Para el Concilio, la fidelidad a los orígenes y la conformidad con los tiempos no eran opuestas. Más bien, el Concilio quiso proclamar la fe católica de una manera que fuera tanto fiel a sus orígenes como adecuada a los tiempos, para poder transmitir la verdad y la belleza de la fe a los hombres de hoy, de modo que puedan comprenderla y acogerla como una ayuda para sus vidas. Por lo tanto, el Concilio no generó una nueva Iglesia en ruptura con la tradición ni concibió una fe diferente, sino que más bien apuntó a una renovación de la fe y a una Iglesia renovada a partir del espíritu del mensaje cristiano que ha sido revelado una vez por todas y transmitido en la tradición viva de la Iglesia”, ha expuesto el cardenal Koch.

Por otra parte, el prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos ha dirigido unas palabras a los miembros de la Facultad de Teología de la UCV, sobre la que ha señalado que “ha brindado durante años una gran contribución teológica al servicio de la Iglesia española”. Koch ha conminado a la comunidad académica de la Facultad a “ayudar a la Iglesia a realizar una auténtica reforma que implique la recuperación y restauración de la verdadera forma de la Iglesia sobre la base de la fe y en el espíritu del Concilio Vaticano II. Es un servicio esencial que puede ofrecer la teología”.

José Manuel Pagán, rector: “Ojalá podamos ayudar desde nuestra Universidad a superar las divisiones entre cristianos”

En su intervención en el acto, el rector de la UCV, José Manuel Pagán, se ha sumado al deseo de unidad del cardenal Koch afirmando que “ojalá podamos ayudar desde nuestra Universidad y a través de la Cátedra Yves Congar a superar las divisiones entre cristianos, y que lo hagamos con sencillez, pero desde el convencimiento de que el amor y la unidad son los signos de la fe que los cristianos estamos llamados a ofrecer en medio de esta sociedad”.

“La llamada a dar un testimonio de coherencia con nuestra vida, incluso a costa de sufrimientos y sacrificios, es especialmente relevante en un momento de la historia donde el pragmatismo y sus derivadas, lo amenazan todo, también la vida de la Iglesia y del cristiano, de la Universidad y de sus profesores. Es momento de salir al encuentro del otro -especialmente para nuestra universidad, del joven universitario-, de exponernos, algo que nos acerca a la esencia del martirio. El testimonio que se ofrece en una presencia encarnada nos expone a recibir golpes, en forma de incomprensión o indiferencia”, ha expuesto Pagán.

El rector no ha querido olvidarse en su discurso de los profesores eméritos de la Facultad de Teología, a los que ha llamado “maestros y testigos”, y a los que ha querido “agradecer y reconocer” que hayan hecho de su vida “una misión de la que muchos habéis sido y somos testigos privilegiados”. De igual modo, Pagán ha recordado “a quienes han servido durante estos años a la Facultad asumiendo distintas responsabilidades de dirección” y a la Orden de Predicadores, “a quienes ha estado vinculada la enseñanza de la Teología en Valencia desde 1345”.

El provincial de los dominicos asegura que “Valencia es una tierra donde la inquietud por la reflexión, investigación y docencia de la teología ha estado muy presente a lo largo de la historia”

El vicecanciller de la Facultad, Jesús Díaz Sariego, provincial de la Orden de Prediadores, ha aseverado en su intervención que sacerdotes diocesanos y dominicos han logrado a lo largo de los cincuenta años de historia de la Facultad “una actividad teológica intensa y significativa, en el contexto de la reflexión teológica que se desarrolla en España”. Tras cinco décadas, “renovamos nuestro compromiso con la reflexión teológica para seguir abriendo un futuro donde ésta tenga el lugar que se merece en el ámbito de las ciencias y de la actividad docente y universitaria”.

“Valencia es una tierra donde la inquietud por la reflexión, investigación y docencia de la teología ha estado muy presente a lo largo de su historia desde el siglo XIII. Hemos de reconocer la constancia y fidelidad al trabajo teológico de todos aquellos, profesores y estudiantes, que nos precedieron. Sin su legado no habríamos podido vernos ahora sumamente enriquecidos con una teología actualizada y comprometida”, ha añadido.

El decano de la Facultad llama a “colaborar con otras disciplinas, religiones y la sociedad civil, porque la teología no se hace en torres de marfil”

En el acto académico celebrado en la sede de Trinitarios se ha hecho entrega de la medalla de la Facultad de Teología a los decanos y vicedecanos que ha tenido esta institución a lo largo de su trayectoria y ha tenido lugar también un reconocimiento a sus profesores eméritos. Por esa razón, la efeméride “no es sólo un aniversario, sino un legado vivo”, según ha explicado el decano de la Facultad de Teología, Santiago Pons: “Son cincuenta años de búsqueda de la verdad, de diálogo entre fe y razón, y de servicio a la Iglesia y a la sociedad. En 1974, esta Facultad nació con un propósito audaz: ser faro de pensamiento teológico en un mundo en cambio y esa misión sigue vigente”.

Respecto del futuro de la Facultad, Pons ha asegurado que está en medio de “un mundo que clama por respuestas hondas”. Así, “ante la crisis espiritual, la soledad tecnológica y las heridas de la desigualdad, nuestra misión es urgente. La conciencia de nuestro propio extravío nos ayuda a buscar con humildad sabiendo que en nuestra fragilidad somos peregrinos de esperanza”.

“Debemos seguir buscando la integración de fe y cultura, acudiendo a las humanidades y las ciencias para dialogar con las grandes preguntas del siglo XXI. También abrazando la sinodalidad: colaborando con otras disciplinas, religiones y la sociedad civil, porque la teología no se hace en torres de marfil. Tenemos que continuar formando profetas con pies en la tierra, personas que ejerzan un liderazgo que lleve la luz del evangelio a las periferias existenciales, que hagan realidad la conversión pastoral a la que nos ha convocado Francisco”, ha aducido.

Además del decano, también han intervenido en el evento el arzobispo Bernardito Cleopas, nuncio apostólico en España; el director de la Cátedra Yves Congar, Andrés Valencia, que ha realizado la ‘laudatio’ del cardenal Koch; y el catedrático emérito de Historia de la Iglesia, Miguel Navarro, en nombre de todos los profesores que han recibido la medalla de la Facultad de Teología.

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