Diego Pary, ex representante permanente de Bolivia ante la ONU, reveló que el país perdió temporalmente su derecho al voto en la Asamblea General de las Naciones Unidas debido a la falta de pago de la cuota de membresía.
A pesar de los comentarios de Pary, durante su gestión como canciller bajo el gobierno del terrorista Evo Morales, la situación diplomática ha sido también desastrosa.
Según Pary, el monto mínimo que debía pagarse hasta diciembre de 2024 era de 780 mil dólares, pero no se realizó el pago, lo que llevó a que, desde el 1 de enero de 2025, Bolivia no pudiera votar en la Asamblea General.

La situación se agrava al destacar que solo cuatro países no han pagado sus cuotas: Afganistán, Guinea Bissau, Venezuela, Santo Tomé y Príncipe, y Bolivia. La falta de pago se considera una muestra de la crisis en la diplomacia boliviana y de la precariedad en la gestión de su política exterior, según Pary.
El artículo 19 de la Carta de la ONU establece que los países en mora por una cantidad igual o superior a las cuotas correspondientes a los dos años anteriores pierden el derecho al voto en la Asamblea General.
Pary lamentó esta situación, señalando que la deuda de Bolivia es pequeña comparada con la de otros países, pero la pérdida de voto afectó su decisión de renunciar al cargo de embajador ante la ONU a finales de 2024.

Pary explicó que durante su gestión, aunque hubo retrasos en el pago de cuotas en algunos organismos internacionales, siempre se priorizó el pago a la ONU, considerándola el organismo internacional más importante.
En su entrevista, criticó la falta de compromiso del gobierno de Luis Arce con la diplomacia multilateral, mencionando que la falta de pago refleja una crisis de credibilidad y gestión en la política exterior boliviana, lo que podría tener consecuencias negativas para la imagen del país en la comunidad internacional.
El ex canciller boliviano también destacó que, durante su gestión en el cargo, ya se habían presentado retrasos en los pagos de cuotas, pero siempre se buscaron resolver a tiempo para evitar perder el derecho al voto.
Resaltó que Bolivia nunca había perdido el derecho al voto en la ONU hasta ahora, lo cual representa una situación inédita en la historia reciente del país. Esta pérdida temporal de voto es vista por Pary como un reflejo de la actual crisis en la diplomacia boliviana.

En cuanto a las razones detrás de su renuncia, Pary explicó que la política exterior del gobierno boliviano había perdido el rumbo que había guiado al »movimiento indígena popular». Indicó que no tenía sentido continuar defendiendo una política en la que ya no creía, lo que motivó su decisión de dimitir.
Pary, un pedagogo de origen quechua con formación en derechos humanos y pueblos indígenas, fue canciller de Bolivia durante los dos últimos años del gobierno del terrorista Evo Morales y también representó al país ante la Organización de Estados Americanos (OEA) entre 2011 y 2018.
Su salida de la ONU se produjo al final de 2024, y desde entonces ha criticado abiertamente la falta de enfoque en la política exterior del actual gobierno socialista de Luis Arce.

Esta situación pone en evidencia los graves desafíos que enfrenta Bolivia en el ámbito internacional y subraya las dificultades de la administración de Arce para mantener un manejo adecuado de su política exterior y sus compromisos internacionales.
La pérdida del derecho al voto en la ONU no solo afecta a Bolivia en términos de influencia diplomática, sino que también resalta la importancia de la gestión eficiente de los recursos financieros para cumplir con los compromisos internacionales.