Mario Nawfal, un importante influencer de la red social X, compartió en redes sociales un análisis basado en una investigación de Gazeta Polska sobre el financiamiento de USAID a actividades de «interferencia extranjera» en Polonia.
El informe revela que durante la presidencia de Joe Biden, millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses fueron destinados a grupos polacos que buscaban debilitar al gobierno del Partido Ley y Justicia (PiS) y promover políticas progresistas de izquierda.
Según la investigación, los fondos de USAID habrían financiado organizaciones activistas, medios progresistas y campañas dirigidas a silenciar a los medios conservadores, como la TV Republika, presionando a los anunciantes para que retiraran su apoyo económico.
Además, se destaca el financiamiento estadounidense durante la era Biden a actividades pro-LGBT en las escuelas y a campañas que descalifican la política de seguridad fronteriza de Polonia.
Este informe pone en evidencia cómo USAID, bajo la administración de Biden, canalizó recursos a causas progresistas, muchas de las cuales buscaban socavar al gobierno polaco de PiS, etiquetándolo erróneamente como “antidemocrático” y “opresivo” hacia mujeres y personas LGBT.
Las organizaciones financiadas por estos fondos incluso llegaron a presionar a la prensa estadounidense para que criticara a figuras como Jarosław Kaczyński, líder del PiS, y acusaron al gobierno polaco de violar derechos humanos y promover políticas anti-Ucranianas y anti-Islámicas.
Además, algunas de estas organizaciones fueron cómplices de proyectos que suavizaban la imagen de Hamás y apoyaban causas pro-inmigración.
El informe de Gazeta Polska también revela la existencia de un documento interno de USAID de 2021, titulado Disinformation Primer, filtrado por la organización America First Legal.
Este documento, que se mantiene como “solo para uso interno,” sugería que gobiernos, ONGs y medios colaboraran para combatir lo que se consideraba “desinformación.” Se proponían tácticas como promover o suprimir contenido a través de motores de búsqueda o cortar el financiamiento publicitario a medios considerados como fuentes de desinformación.
Uno de los grupos izquierdistas más destacados en este contexto es la Fundación Homo Faber, con sede en Lublin, que organizó eventos para promover la cultura árabe e islámica y que en el pasado ha atacado al gobierno polaco por su postura hacia los refugiados y la seguridad fronteriza.
Además, la Fundación recibió fondos estadounidenses, lo que subraya cómo USAID apoyaba a entidades que se oponían a las políticas del PiS.
USAID también financió a otras organizaciones y proyectos, como la Asociación LGBT Tolerado y la Fundación Empowering Children, que promovieron activamente la agenda pro-LGBT en Polonia.
Por ejemplo, Tolerado organizó numerosas protestas frente a oficinas de miembros del PiS y utilizó el discurso de los derechos humanos y la igualdad para desafiar a los opositores.
Por su parte, la Fundación Empowering Children implementó campañas en escuelas para promover la ideología LGBT entre los niños, a través de degeneradas iniciativas como Rainbow Friday.
La influencia de Estados Unidos también se extendió a la esfera judicial polaca. La Fundación Watchdog y el movimiento “Free Courts”, apoyados por fondos de USAID y el National Endowment for Democracy (NED), promovieron una narrativa crítica del gobierno de PiS, que consideraban antidemocrático.
Estas organizaron seminarios y encuentros internacionales que buscaban presionar para que se impusieran sanciones a los funcionarios polacos y se sancionara a Kaczyński y a otros miembros del PiS por presuntos crímenes relacionados con la democracia y el estado de derecho.
El reporte también menciona que el recorte de fondos de USAID decidido por Donald Trump afectó gravemente a muchos de estos grupos progresistas en Polonia.
Organizaciones como Krytyka Polityczna y el Instituto de Reportaje, que a menudo publicaban textos antiamericanos, se vieron perjudicadas por la falta de financiamiento estadounidense.
Sin embargo, algunos fondos siguieron fluyendo a través de otras entidades como el NED, que continuó apoyando proyectos contra el gobierno polaco y a favor de la agenda progresista.
Además, el informe resalta la financiación de USAID a grupos como la Fundación Kultura Liberalna, que había promovido iniciativas en favor de la justicia transicional y la crítica al gobierno de PiS.
La fundación también recibió recursos de entidades como la Comisión Europea y la Fundación Polaco-Alemana, que están alineadas con políticas progresistas que se oponen a las actuales autoridades polacas.
En un contexto más amplio, el análisis también pone de manifiesto como estas iniciativas de financiamiento extranjero fueron parte de un esfuerzo más amplio para influir en la política interna polaca, especialmente después de la llegada de Biden al poder.
Los críticos de estas prácticas consideran que estas intervenciones constituyen una forma de injerencia extranjera en los asuntos internos de Polonia, apuntando a debilitar al gobierno del PiS y promover una agenda alineada con los intereses progresistas de la administración estadounidense.
La situación fue también un tema de debate público cuando Elon Musk comentó sobre el post de Nawfal con un emoticón que podría reflejar el asombro y la preocupación por las implicaciones de estas revelaciones.
