El profesor Moreno Montes de Oca en la mesa de discusión del congreso (el segundo por la izquierda).
1 de noviembre de 2024. El profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Isabel I, Benjamín Moreno Montes de Oca, ha participado en el I Congreso «Una mirada joven al nuevo derecho de Contratos», organizado por la Universidad de Cádiz. Su ponencia ha abordado el delicado equilibrio entre el derecho a la propiedad privada y el derecho a una vivienda digna, derechos que, como subrayó Moreno Montes de Oca, “aunque en principio pueden parecer uno solo, en realidad no tienen por qué coincidir”.
Durante su intervención, Moreno Montes de Oca explicó que el derecho a una vivienda digna, según la Constitución (artículo 47), solo exige que sea “digna y adecuada”, es decir, “que no atente contra la dignidad de la persona” y que cuente con las condiciones básicas propias del entorno occidental: acceso a servicios, dotaciones mínimas y, en algunos casos, un entorno ambiental adecuado. No obstante, destacó que esta doctrina consolidada no resuelve el problema de fondo: “la falta de viviendas suficientes, especialmente en las grandes ciudades debido a los altos costos tanto de los alquileres como de la adquisición en propiedad”.
En este contexto, el profesor expuso que, aunque el año pasado se aprobó una nueva ley de vivienda con medidas para frenar el aumento de los precios de alquiler, el problema sigue sin solucionarse. Según Moreno Montes de Oca, «parece que el enfoque se ha desviado, orientándose más a suprimir el derecho a la propiedad privada que a buscar una solución real a la crisis de la vivienda«. Y añadió que, pese a las recientes limitaciones al alquiler turístico o a las proposiciones para regular los alquileres de temporada, «ni siquiera reconvirtiendo todos los inmuebles vacíos o limitando los precios de alquiler se resolvería el problema actual».
El profesor Benjamín Moreno Montes de Oca.
Moreno Montes de Oca alertó además sobre los efectos de «la entrada de fondos extranjeros que colapsan el mercado inmobiliario en zonas específicas de las grandes ciudades«, calificándolo como una forma de especulación que agrava la situación de la vivienda en los centros urbanos. Como alternativa, sugirió la necesidad de superar el miedo a la construcción de nuevas viviendas, una consecuencia de la crisis inmobiliaria pasada, y de reconocer que «quizás todos no caben en las zonas céntricas de las ciudades».
Finalmente, el profesor mostró su preocupación por la “tendencia de ciertos discursos políticos” y su concreción legislativa, a los que considera más orientados a captar votos que a tomar decisiones que realmente satisfagan los intereses generales. Además, cuestionó el enfoque globalista que, en su opinión, “persigue mantener viva una lucha de clases al tiempo que desarticula el derecho a la propiedad privada, dejando a las clases medias y bajas en dependencia de las élites”.