El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, participó esta mañana, junto al ministro de Industria, Jordi Hereu, en los actos del 125 aniversario de la presencia de Bayer en España, destacando los 83 años de presencia en Asturias, en Langreo. Durante su intervención, Barbón resaltó el firme compromiso de Bayer con la región, afirmando que «cada uno de esos años ha servido para afianzar su vinculación con Langreo. Eso se llama compromiso, un firme compromiso ejemplar con las cuencas, la producción y el empleo que también merece un reconocimiento público».
Además, subrayó el papel de Bayer como agente de cambio e innovación, situando a Asturias en el mapa sanitario mundial. La planta de Langreo produce ácido acetilsalicílico y nifedipino, medicamentos esenciales distribuidos globalmente. Barbón destacó que «Bayer no se ha limitado a resistir, a aguantar el pasar del tiempo. Ha sido un agente del cambio, un acelerador de innovación que ha situado Asturias en la geografía sanitaria mundial».
El presidente también mencionó el compromiso de Bayer con la sostenibilidad, señalando que «Bayer ha decidido reducir cada vez más sus emisiones y está dispuesta a descarbonizar el cien por cien de su producción». Este esfuerzo se alinea con la transición verde de la industria europea.
Asimismo, resaltó la integración de Bayer en la sociedad asturiana, apoyando la educación y la ciencia a través de iniciativas como el concurso de monólogos científicos «Cuestión de ciencia». Barbón afirmó que «Bayer no ha crecido aislada de la sociedad que la rodea, sino que se ha hecho parte de la misma».
Finalmente, el presidente mencionó el legado de la aspirina, uno de los productos más emblemáticos de Bayer, y animó a la empresa a continuar escribiendo nuevas páginas en su historia en Asturias y España. Concluyó reiterando su felicitación y agradecimiento a Bayer por su contribución a la región, diciendo: «Reitero mi felicitación y mi agradecimiento. Y me atrevo también a dar un consejo a Jorge: si el libro sobre la historia de Bayer en Asturias sale adelante, deja el final abierto, porque aún tenéis que escribir muchas páginas del futuro de Langreo y de España».
A continuación se recoge la intervención íntegra del presidente del Principado:
INTERVENCIÓN DEL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, ADRIÁN BARBÓN
Aniversario 125 aniversario de Bayer en España
Cumplir años siempre merece una felicitación. Si son 125, como es el caso, con mucho más motivo. Ya es necesario soplar con bastante fuerza para apagar todas las velas.
Por tanto, enhorabuena a Bayer por este aniversario de su presencia en España. Una enhorabuena que tenemos muchas razones para compartir en Asturias y, en particular, aquí, en Langreo, en la cuenca del Nalón. Voy a aprovechar estos minutos para intentar resumir cinco de ellas.
Desde que Bayer eligió España –y, posteriormente, Asturias- para asentarse han pasado muchísimas cosas. Pensemos en lo que ha ocurrido a lo largo de todo un siglo y cuarto: cambios políticos, crisis económicas, revoluciones tecnológicas, innovaciones sanitarias… Ha habido de todo, como en botica, y nunca mejor dicho.
Por cierto, he leído en alguna entrevista que, a Jorge Álvarez, el director de esta planta, le gustaría recoger en un libro la historia de las instalaciones. Le animo a ello porque estoy seguro de que resultará una publicación muy interesante.
Vuelvo al tiempo transcurrido. Soy incapaz de detallar cada una de las decisiones científicas y empresariales dadas por Bayer durante estos primeros 125 años, 83 de ellos en Asturias. Lo que podemos comprobar es que cada uno de ellos ha servido para afianzar su vinculación con Langreo. Eso se llama compromiso, un firme compromiso ejemplar con las cuencas, la producción y el empleo que también merece un reconocimiento público.
Encuentro más razones para la enhorabuena. Bayer no se ha limitado a resistir, a aguantar el pasar del tiempo. Ha sido un agente del cambio, un acelerador de innovación que ha situado Asturias en la geografía sanitaria mundial. Lo resumo con tres datos:
- Como también le gusta recordar a Jorge Álvarez, cada día hay unos 20 millones de personas que consumen alguno de los productos de estas instalaciones;
- Aquí se fabrica todo el ácido acetilsalicílico que luego se distribuye en ocho centros repartidos por todo el planeta para elaborar las aspirinas;
- En Lada se fabrica el nifedipino, indicado para el tratamiento de la hipertensión, la angina de pecho o impedir partos prematuros,
Son sólo tres referencias, pero suficientes para elevar a Langreo a la categoría de capital farmacéutica y, espero, para que en Asturias seamos más conscientes de la potencia y amplitud de nuestra industria.
Esto quiero recalcarlo. Cuando hablemos del sector industrial pensemos que abarca desde la construcción naval, las empresas de defensa, la realización de componentes para las energías renovables, los fertilizantes, la siderurgia o la elaboración de celulosa hasta la producción del principio activo de la aspirina. Para observar el panorama de nuestra industria hace falta un gran angular, y esa es una de nuestras mayores fortalezas y de nuestras ventajas competitivas.
La capacidad de innovación me lleva también a la tercera razón: Bayer ha decidido reducir cada vez más sus emisiones y está dispuesta a descarbonizar el cien por cien de su producción.
Ya conocíamos que la caja de aspirinas es verde; ahora también sabemos que la empresa está empeñada en la transición verde, que es el paisaje de futuro de la industria europea. Ese es el camino adecuado para que la compañía pueda seguir cumpliendo años en Asturias y en España.
A propósito, un reconocimiento también para el ministro Hereu por el proyecto de Ley de Industria y por su decisión de elevar a 600 millones el presupuesto para las compensaciones por costes de emisión de dióxido de carbono este año. Hemos pasado de 6 millones en 2018 a 600 en 2025. La cuenta es fácil: se han multiplicado por cien. Eso también se llama política industrial.
Antes hice referencia al compromiso territorial. La cuarta razón por la que estamos de enhorabuena tiene bastante que ver con esa actitud. Bayer no ha crecido aislada de la sociedad que la rodea, sino que se ha hecho parte de la misma. A través de la colaboración con la Universidad y los centros escolares, como con el concurso de monólogos científicos Cuestión de ciencia, ha ayudado a sembrar semillas de conocimiento.
Acabo con la quinta y última razón. La aspirina puede presumir de ser uno de los medicamentos más consumidos y longevos del mercado. Por viajar, ha recorrido incluso el espacio exterior, porque formó parte del botiquín del Apolo XI, la primera nave tripulada que alcanzó la Luna. Ya sé que nació en Alemania, pero a estas alturas, después de toda su trayectoria, después de tantas décadas en Langreo, y dado que aquí se prepara todo su principio activo, permitan que reclame el derecho a considerar la aspirina una especie de asturiana adoptiva.
Reitero mi felicitación y mi agradecimiento. Y me atrevo también a dar un consejo a Jorge: si el libro sobre la historia de Bayer en Asturias sale adelante, deja el final abierto, porque aún tenéis que escribir muchas páginas del futuro de Langreo y de España.