La muerte de Luciano Ojeda, pareja de Gladys «La Bomba Tucumana», conmovió al mundo del espectáculo. A los 38 años, el joven falleció luego de enfrentar un cáncer agresivo que lo obligó a transitar un proceso duro, marcado por intervenciones quirúrgicas y tratamientos sin éxito. A pesar del diagnóstico reservado, Ojeda mantuvo una actitud activa en redes sociales, donde compartió mensajes esperanzadores y momentos cotidianos junto a la artista tropical.

Ubicada en Buenos Aires, la residencia principal de Gladys refleja su personalidad: colores claros, detalles vibrantes y un fuerte sentido de pertenencia. En las imágenes que compartió en Instagram, donde reúne más de 500 mil seguidores, se observa una decoración donde predomina el blanco, tanto en la sala como en las habitaciones. El estilo minimalista se equilibra con stickers y elementos coloridos que aportan calidez y alegría.
La cocina, diseñada en la misma línea estética, cuenta con cerámicos blancos, electrodomésticos plateados y detalles en negro. Cada rincón parece pensado para combinar funcionalidad y estética sin perder el toque personal que caracteriza a la cantante.
En el patio, el contraste es notable: las paredes exteriores están pintadas de un verde azulado intenso, acompañado de detalles en madera que le dan un aire más relajado y natural al espacio. La joya del jardín es una pileta de buen tamaño con luces incorporadas, ideal para disfrutar tanto de día como de noche.

Además de su vivienda en Buenos Aires, Gladys tiene una segunda casa en San Miguel de Tucumán, su ciudad natal. Allí suele pasar los veranos y las vacaciones, aunque en los últimos años vivió momentos difíciles. En 2023, denunció públicamente un saqueo que sufrió en esa residencia, donde le robaron varios objetos personales y de valor emocional.
A pesar de estos episodios, la cantante nunca dejó de mantener ese lugar como un punto de conexión con sus raíces, un espacio que también compartió con Luciano en más de una oportunidad antes del avance de la enfermedad.