Salwan Momika, el hombre que atestiguó protestas violentas después de quemar un ejemplar del Corán en Suecia, fue asesinado en un apartamento en Södertälje, cerca de Estocolmo, el miércoles por la noche.
La policía sueca confirmó que un hombre de unos 40 años fue encontrado con heridas de bala en el apartamento de Hovsjö, y aunque fue trasladado al hospital, murió al día siguiente. Las autoridades arrestaron a cinco personas en relación con el tiroteo, aunque no se había revelado el nombre de la víctima.
Momika, un iraquí que residía en Suecia, había sido el centro de controversia tras llevar a cabo varias protestas anti-Islámicas, incluyendo la quema de un ejemplar del Corán frente a la Mezquita Central de Estocolmo en 2023.
Este acto provocó disturbios en varias partes del mundo, particularmente en países de mayoría musulmana. En Irak, por ejemplo, se llevaron a cabo protestas frente a la embajada de Suecia en Bagdad, lo que culminó con la expulsión del embajador sueco del país.
Además, Momika fue acusado en agosto de 2023 junto a otro hombre de «incitación contra un grupo étnico» en relación con cuatro incidentes ocurridos en el verano de ese mismo año. La sentencia en su caso estaba prevista para el jueves, pero fue pospuesta tras la confirmación de su muerte.
En el momento del asesinato, algunos medios locales informaron que Momika estaba transmitiendo en vivo a través de redes sociales, lo que sugiere que podría haber estado involucrado en algún tipo de confrontación o en un acto provocador justo antes de su muerte.
La policía sueca inició una investigación y, debido a la naturaleza del caso, los servicios de seguridad del país fueron involucrados para determinar si el asesinato estaba relacionado con fuerzas extranjeras, como mencionó el primer ministro Ulf Kristersson.
Las acciones de Momika, particularmente la quema del Corán, causaron una gran indignación en varios países musulmanes, lo que llevó a Suecia a enfrentar tensiones diplomáticas.
A pesar de las protestas y los llamados a frenar estos actos, las autoridades suecas habían permitido la quema del libro bajo el amparo de las leyes de libertad de expresión, que protegen el derecho de los individuos a realizar manifestaciones incluso si estas resultan controvertidas.
Sin embargo, tras los disturbios y la escalada de la crisis diplomática, el gobierno sueco expresó su intención de estudiar formas legales de prohibir ciertas protestas, como las que involucran la quema de textos sagrados, en situaciones específicas.
El asesinato de Momika ha generado más tensiones, y las autoridades suecas están trabajando para esclarecer los detalles del incidente.