El Aula Magna Blas Cabrera Felipe de la Facultad de Ciencias ha acogido el inicio de las Jornadas de Innovación Educativa de la Universidad de La Laguna, una propuesta del Vicerrectorado de Docencia para abordar entre hoy 20 y mañana 21 de enero nuevas formas de abordar los sistemas de aprendizaje, que cada vez deben estar más conectados con el momento actual y con las propias experiencias y expectativas del alumnado.
El catedrático emérito de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Barcelona Francisco Imbernón ofreció la conferencia de apertura de este evento, que ha concitado además el interés de la comunidad académica con la presentación de más de sesenta comunicaciones y la participación de 200 docentes. El experto centró su intervención en las formas de repensar las buenas prácticas de la enseñanza universitaria. “Los docentes han de crear alternativas de cambio, sin esperar a que los rectorados digan lo que hay que hacer”, indicó al inicio de su intervención.
“La innovación es repensarnos constantemente, analizar cómo lo que estamos haciendo”, continuó. En la docencia hay que tratar de atrapar la mirada, dijo, lograr que a los estudiantes les guste lo que aprenden. “No debemos satanizar las metodologías expositivas”, argumentó, “porque la transmisión oral del conocimiento debe continuar”. De lo que se trata es de optimizarlas y hacerlas más colaborativas. Imbernón señaló que en la docencia y en la innovación “no hay una talla única”, es decir, no hay una única manera de hacer las cosas. La persona innovadora transforma la actividad de esa innovación y la hace suya. “En la universidad necesitamos nuevas referencias innovadoras en nuestro contexto”.
“A veces los universitarios somos ciegos de conocimiento, no somos capaces de ver más allá de nuestros límites”. El experto explicó el concepto de alineamiento constructivo o educativo, que consiste en realizar las mismas actividades de enseñanza aprendizaje y los mismos sistemas de evaluación, con lo que se consigue lo de siempre, aprender memorizando. “Si se pretende lograr unas competencias determinadas hay que cambiar las formas de enseñar y evaluar”, señaló el catedrático.
Una clase necesita recursos variados, ejemplos, experiencias, tareas individuales y en grupo, no puede ser todo el rato lo mismo, “para que la docencia no se convierta en un acto administrativo”, evitando así redundancias, dijo. A ello se suma el hecho de que las investigaciones actuales indican que los jóvenes mantienen la atención tan solo quince minutos. Por eso, lo habitual hasta ahora ha sido aprender llenando la memoria a corto plazo para superar el examen y después olvidarloa, como ya señaló Gibbs en 2005. “La apuesta es adquirir un conocimiento profundo y relevante”, apuntó Imbernón.
En el siglo XXI los principios básicos de la innovación se basan pues en un alumnado que ha pasado de ser un objeto de enseñanza a un sujeto de aprendizaje. Además, el profesorado universitario siempre debe crear espacios de diálogo y participación, tratando de enseñar y aprender experimentando activamente. Por otro lado, la relación condiciona el contenido, lo que implica mayor accesibilidad del profesorado hacia su alumnado. “Nuestro método de trabajo forma parte del contenido académico, de tal modo que hay que enseñar y aprender vicariamente”, es decir, por imitación.
Docencia más práctica
El rector de la institución académica, Francisco García, señaló en el acto de apertura que la institución está trabajando para contar con una docencia “más útil, más práctica y colaborativa”. Por eso sostuvo que necesitamos estos espacios como herramienta para interactuar con otros compañeros y compañeras. “Si trabajamos juntos llegaremos más lejos. La colaboración interuniversitaria no tiene vuelta atrás, las dos universidades públicas tenemos que ir de la mano, también innovando en docencia”, en referencia a la última convocatoria conjunta de proyectos de innovación educativa. Hay que seguir potenciando la docencia vinculada a la sociedad para resolver sus retos y tratar de alcanzarlos”, al tiempo que se logra mayor autonomía del alumnado.
El vicerrector de Docencia, José Manuel Rodríguez, señaló que la universidad lleva más de diez años con proyectos y convocatorias de este tenor. La última ha dado lugar en este centro académico a la puesta en marcha en este curso de 91 proyectos.
Por su parte, el director de Innovación Educativa de la ULPGC, Eduardo Quevedo, también hizo referencia a esa colaboración conjunta en esta materia, que suponen la introducción de 18 proyectos en las dos instituciones en este curso académico. La decana de Ciencias, anfitriona de la sesión, Mª del Mar Afonso, señaló que estas jornadas son necesarias para adaptarse a los cambios sociales, académicos y tecnológicos, por eso defendió que la innovación docente procura el cambio, poniendo al alumnado en el centro del sistema.