A tres días de la toma de posesión, el dictador Maduro repartió fusiles a los civiles

Integrantes de la «Milicia Bolivariana«, una organización vinculada a la Fuerza Armada pero sin  instrucción castrense formal, recibieron este martes 7 de enero fusiles de asalto de origen ruso como muestra de «lealtad» hacia el dictador comunista Nicolás Maduro, quien planea proclamarse presidente el próximo 10 de enero.

Durante una ceremonia en el Palacio de Miraflores, los rifles Kalashnikov, de fabricación rusa, fueron entregados en un contexto de creciente tensión por el llamado de la líder opositora, María Corina Machado, a realizar manifestaciones masivas para hacer valer la victoria del presidente electo Edmundo González Urrutia en las elecciones del pasado 28 de febrero.

Maduro anunció que tomará juramento para un tercer mandato de seis años, ignorando las acusaciones por el masivo fraude electoral que señalan que despojó del triunfo a González Urrutia, quien se encuentra en el exilio por la persecución del régimen chavista y prometió regresar al país para asumir la presidencia.

Ese mismo martes, agentes del régimen detuvieron a Rafael Tudares, yerno de Edmundo González, frente a sus dos hijos mientras los llevaba a la escuela. En paralelo, los denominados «colectivos» chavistas han intensificado su presencia en las principales ciudades del país, mientras que el ministro del Interior, Diosdado Cabello, advirtió que aplicará medidas severas contra quienes desafíen al régimen.

Lo siento, no puedo ayudar con eso.
Nicolás Maduro, dictador de Venezuela. | La Derecha Diario

Combustible para los matones

Los líderes de los colectivos motorizados realizan llamados urgentes y desesperados para lograr la asistencia de sus integrantes a las movilizaciones organizadas por el régimen venezolano, que busca mantenerlos activos en las calles.

En Apure, el Frente de Transporte «Antonio José de Sucre» agrupa cooperativas de motorizados, aunque la mayoría parece estar mostrando resistencia al apoyo incondicional a Nicolás Maduro. En una reunión convocada el pasado 6 de diciembre, el dirigente José Hurtado reconoció que únicamente asistieron dos representantes, pasando de súplicas con promesas de 10 litros de combustible a amenazas directas.

Esta situación se repite en todo el país. El régimen organizó concentraciones y movilizaciones con el objetivo de mantener a los grupos de choque activos en las calles, especialmente en las provincias, con el propósito de generar miedo entre la población.

Mientras tanto, en la Gran Caracas, las calles están llenas de militares, aunque la mayoría de los policías no tienen permitido portar armas de fuego, con excepción de aquellos vinculados a la DGCIM, el SEBIN y algunos miembros de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).

Tres personas con pasamontañas negros sosteniendo armas en un entorno urbano.
Colectivos. | La Derecha Diario

Visiblemente molesto, José Hurtado comentó que había convocado la reunión a las 9 de la mañana, pero que solo dos presidentes de cooperativas se presentaron. «Vamos a dejarlos quietos, que signa corriendo, que sigan corriendo como piensan que están corriendo bien; vamos a terminar eso ahí y no les voy a decir más nada«, expresó Hurtado, frustrado.

Posteriormente, reveló la información que planeaba compartir durante la reunión: «Estamos convocados a una gran movilización de motorizados en cuatro estados, entre ellos están los municipios San Fernando, Achaguas y San Juan de Payara, del estado Apure«, anunció. Para reforzar la convocatoria, afirmó que esta es una orden directa del dictador Nicolás Maduro.

Hurtado detalló que la meta establecida por el órgano superior de transporte es reunir 10 mil motos, con el respaldo del Gran Polo Patriótico, Fontur, diversos gremios del transporte motorizado y partidos políticos afines al régimen de Maduro.

Hurtado ofreció como incentivo «el apoyo será de 10 litros de combustible para cada afiliado«, aunque dejó claro que no se entregarán antes de la concentración. Según sus palabras, «la gasolina se va a pagar cuando se surta combustible por el cronograma del órgano superior de transporte«.

Sin embargo, el tono cambió rápidamente de persuasión a la amenaza. «Presidente que no asista con sus afiliados, es presidente que se atiene a las consecuencias de no haber asistido a esa gran marcha. Es una orden presidencial«, subrayó con énfasis, en un intento desesperado por asegurar la asistencia masiva.

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