Aprender desde la ópera: el arte que estimula en los coles

Del primer esbozo al último ensayo, todo el proceso operístico recae sobre sus hombros a lo largo de un curso escolar que concluye con los generosos aplausos del público. Así ha pasado los últimos 12 años en un colegio de Rivas, pionero en la región del proyecto LOVA: la ópera como vehículo de aprendizaje.

Es el Mario Benedetti. Un martes de primeros de marzo, a media mañana, en sus pasillos solo resonaba la lluvia golpeando tras los cristales, como en el verso de Machado, pero sin el atisbo de la monotonía descrita en aquel poema. Colores vivos, frases reivindicativas o una enorme biblioteca abierta protagonizan el recibidor. Y en una de las aulas de sexto de primaria ya se palpa el bullicio alegre antes de abrir la puerta. Es un día especial. ‘Rivas al Día’ les visita para contar un proyecto muy querido, en el que también se han sumergido este curso, y como dice su coordinador, el profesor de música Pedro Nieto, aquí se juega con “las expectativas llevadas al límite”. No es para menos porque para este grupo, según Moha, de 11 años, “nada es imposible”.

Pero, ¿qué es LOVA?: un proyecto educativo que transforma un aula en una compañía de ópera y da a así a conocer los distintos oficios implicados en un espectáculo: desde la carpintería de la escenografía, al vestuario, la música, la iluminación o la interpretación.
“Durante el primer trimestre se les presentan todas las profesiones y vienen profesionales a darles charlas. Este curso, llegaron del musical de ‘El Rey León’, un músico de flamenco o una escritora”, explica Pedro Nieto. Tras esa exposición, les dan a elegir los tres oficios que más les han motivado.

“También responden a un breve formulario y les hacemos entrevistas. Se implica todo el profesorado”, añade. A la vuelta de las vacaciones de Navidad, les asignaron las profesiones teniendo en cuenta sus preferencias. “Nadie se queda sin un papel”, afirma el docente.

Dentro de este aula de primaria, el grupo desgrana el trabajo. Felipe es el director. Noa, la regidora. Encabezan la compañía que se hace llamar ‘Las olas del destino’. Tienen 11 años. “Nuestro tema es la nostalgia, que de pequeño desperdicias y de mayor aprecias”, explica él. “Es una obra inventada, la estamos escribiendo”, apuntala ella. Y aunque no pueden entrar en detalles para otorgar un efecto sorpresa a la función final, sí avanzan, entre otros, las metáforas desde las que construyen el espectáculo. “El viento es como las ideas y el mar somos nosotros. Con las ideas nos vamos haciendo más grandes para llegar a la orilla que es nuestro destino, que es la ópera”. Por eso son ‘Las olas del destino’.

LABOR COLECTIVA Y CONSENSUADA
Cinco personajes, tres músicos, dos guionistas y equipos de tres o cuatro integrantes cada uno para vestuario y maquillaje, iluminación, escenografía y relaciones públicas. Con un presupuesto de 500 euros, deben encargarse de todo desde cero. El grupo de maquillaje y vestuario, que no da puntada sin hilo, se ha informado hasta de posibles alergias de cada intérprete a los maquillajes. Muestran sus diseños. “Pondremos cinco vestuarios por intérprete. Primero los buscamos por Internet y luego, con unas plantillas, dibujamos. Es mucho trabajo”, comentan Astrid, Mohamed y Laila. Y Pedro les avanza que deben aprender a coser. “Imaginad que el día de la función se cae un botón o un dobladillo”.

“Vienen profesionales a darles charlas. Este año, del musical ‘El Rey León, un músico de flamenco o una escritora”

Una de las piedras angulares de la ópera es el guion, al frente del cual se sitúan dos niñas a las que les gusta mucho “escribir, leer y desarrollar historias”. “Cada intérprete ha elegido sus propios nombres”, desvela Assia, portavoz de este equipo, sobre el elenco que protagonizan Carlota, Antonio y Vera junto a dos compañeros más.

Al frente de la banda sonora, Piero, Isma y Denis. Cuentan con formación musical, lo que enriquecerá a ‘Las olas del destino’, pero no es necesario tener estos conocimientos previos. “Otros años, quienes se han encargado de la música han aprendido a tocar desde cero”, aclara Pedro. “Hemos puesto el estribillo, el ‘leit motiv’, el acompañamiento y, después, miramos qué timbres quedan mejor. Ya tenemos la obertura y dos canciones más”, explican los músicos.

De la nada también emerge el escenario. María, del equipo de 4 miembros que trabaja este tema, enseña las cajas que han diseñado en miniatura, desde las que luego vestirá la escena. Todo, ambientado en una ópera de verdad, “un teatro dentro de un teatro”.

De retirar las tinieblas se encarga el equipo de iluminación, otra tarea protagónica muy cuidada a la par con la melodía de la ópera. “Hemos trabajado con los músicos en la obertura, creando el diseño de luces sobre el papel y ahora lo transformamos con los pies de focos”, explican.

Y de dar a conocer toda esta labor se ocupa el grupo de relaciones públicas. Akram, Amina y Salma buscaron teatro para el estreno, venden merchandising y contactan con los medios locales. Su próximo paso, “mandaremos un texto sobre LOVA a ‘Coles al Día’ para explicar lo que hacemos”, cuentan sobre su colaboración con esta revista municipal. Todo este esfuerzo dará sus frutos en el estreno, el miércoles 4 de junio, a las 16.30, en la sala Covibar. Será la última parada de un viaje transformador en el que habrán comprendido mejor el arte de la ópera y, sobre todo, a trabajar en un equipo donde cada decisión ha venido marcada por el consenso, por complicado que fuera. “Nos costó tres meses llegar al nombre. Tenía que estar de acuerdo toda la compañía”, revela Felipe.

Este rasgo es común a todos los proyectos LOVA. En el Bendetti, además, cuentan con otras dos compañías, en este caso, en infantil, y es lo primero que aprenden. “Se ponen de acuerdo por unanimidad, no se vota. En las profesiones, composición e ideas yo no tengo nada que ver. Solo apunto sus ideas y si alguien no está de acuerdo tiene que ceder. ‘Ceder’ es una palabra importantísima en LOVA”, explica Raquel Fernández, tutora de una clase de 5 años. En este aula de infantil, tapizan las paredes con los diseños de su ópera. Aquí la compañía se llama ‘Estrellas de luz’, y el día de la visita estaban dibujando el ‘chart’ [organizador gráfico que separa la información en columnas] de vestuario y maquillaje. “Hacemos uno por profesión”, aclara la profesora sobre un sistema que también desarrollan en infantil de 4 años, en este caso, en la compañía ‘Rayos Mágicos’, con la docente Mª Cruz Losada. Así, el Benedetti cuenta este año con tres grupos, dos en infantil y uno en primaria que se traducen en más de 60 niñas y niños trabajando en equipo desde el arte operístico.

SARAMAGO Y ALBERTI TAMBIÉN CANTAN ÓPERA
Otros dos colegios públicos de Rivas también se han sumado a esta aventura pedagógica. Se trata del Rafael Alberti y del José Saramago.

En el primero, las 25 niñas y niños de la clase de 4ºC de primaria se han constituido en ‘No mirés atrás. Compañía de ópera’. Bajo este nombre, al que también les costó llegar, según la coordinadora de LOVA en el Alberti, Nieves Formariz, se gesta un espectáculo con el miedo como tema. Y, “el miedo viene y va”, como mensaje de una trama que sucede dentro de un ascensor.

LOVA estimula la “autoestima, escucha activa, comunicación, creación de equipo o motivación por el trabajo”

Así, nueve profesiones dan vida a la historia: producción, regiduría, relaciones públicas, interpretación, composición musical, libretistas, iluminación, vestuario y caracterización y escenografía. La metodología es siempre la misma, por lo que, al igual que en el Bendetti, también acudieron profesionales al colegio para explicar las tareas. Y en este caso, además, “papás y mamás que trabajan en electricidad o en márketing para ayudarles a decidir profesión”, explica Nieves.
Entre los valores que se entrenan con este proyecto, la docente, especialista de música en este colegio público, destaca: “La escucha activa y la comunicación, la mejora de la autoestima, la creación de equipo y la confianza en ellos mismo y en el grupo. También, la motivación por el trabajo y el esfuerzo”.

Sobre esto último, Nieves ha detectado la ilusión de acudir al cole los días en que hay ensayos de LOVA, iniciativa que requiere la formación del profesorado durante un curso intensivo en julio de ocho días. En el caso de Nieves, lo tuvo siempre claro. “Conocí el proyecto hace 15 años, en la carrera. Después lo pude vivir en el Benedetti en mi año de prácticas y, cuando tuve destino definitivo, en el Alberti, le dije a la directora que lo quería hacer”. Este es el tercer curso en que la ópera resuena por el centro escolar. Y estrenan el 17 de junio.

En el José Saramago, en cambio, se han estrenado este año. 25 alumnos y alumnas de 5ºA de primaria, que tienen entre 10 y 11 años, han fundado la compañía ‘La amistad por tiempo ilimitado. Sueños mágicos’, desde la que trabajan su montaje bajo el tema de la confianza, al que llegaron tras una serie de dinámicas en las que reflexionaron, debatieron y se plantearon preguntas. “Tener confianza para superar retos y reafirmarse como seres humanos con un autoconcepto positivo ha sido muy importante, sobre todo en esta etapa cercana a la preadolescencia”, explica la profesora Almudena Barja, impulsora de la compañía. Al final, “se crea un clima positivo en el aula en general”, añade.

Al igual que en los otros centros, en el Alberti también pudieron probar las distintas profesiones antes de elegir: intérpretes, escenografía, guionistas, regiduría y producción, música y composición, vestuario y maquillaje, iluminación y comunicación y documentación. Y a estas alturas del curso ya encaran la recta final que les llevará el estreno en junio, en una fecha aún por definir.

Esas funciones finales pondrán el broche final a un viaje de aprendizaje en valores. Será la última parada de un camino que, como apunta Almudena, les habrá ayudado a entender “lo que son capaces de hacer, a creer en el grupo, a ser responsables, a conocerse mejor, a valorar su identidad y a potenciar su autoestima”.

Apaguen sus móviles. Arriba el telón.