Texto: Jaime Fernández – 13 nov 2024 10:35 CET
Cincuenta y seis estudiantes de Enfermería, organizados en 14 grupos, han evaluado sus conocimientos en la asignatura de Fisiología Respiratoria creando «contenidos audiovisuales, con vídeos, entrevistas, exposiciones orales, animaciones y actuaciones teatrales» de temas que ellos mismos han escogido, relacionados con la vida cotidiana y el ámbito clínico. La idea de este método didáctico, denominado “Fisiología cotidiana”, ha partido de Francisco Vasconcelos, profesor ayudante, en el que es su primer año impartiendo docencia teórica. Según él mismo, este método “mejora la comprensión de los conceptos fisiológicos, al tiempo que fomenta la creatividad, el trabajo en equipo y la motivación hacia el aprendizaje autónomo”. La manera para cotejar si el método funciona ha sido preguntar a 13 estudiantes (Fiorella Mora, Irene Gómez, Sara Merino, Victoria Arandilla, Beatriz Gavris, Marina Sanz, Uxue Martín, Alicia García, Irene García, Lucia Miguel, Anna Ji, Sofía Kindelan y Leire López) y a dos profesoras de la Facultad.
El profesor Francisco Vasconcelos considera que la asignatura de Fisiología es básica para la práctica profesional, pero al estar en el primer año de la formación de los estudiantes a veces no le dan la importancia que tiene. Con la intención de asentar conocimientos, y que se queden para toda la vida, ha diseñado “Fisiología cotidiana”, donde son los propios estudiantes quienes “tienen que elegir un tema de fisiología, de los conceptos que se han trabajado en el aula, y buscar una situación real en la que se pueda dar. Con ello aprenden su importancia, pero no porque se lo digan los profesores, que es algo que con esta generación no vale, sino porque lo han visto ellos mismos”.
Natalia de las Heras, coordinadora de uno de los grupos de la mañana del Departamento de Fisiología, coincide en que “las nuevas generaciones son gente difícil de convencer, ellos no se callan a nada, siempre están con el porqué, así que este método es una manera de ponerles en una situación real, que se la inventen o que investiguen, gracias al acceso a la gran cantidad de información que antes no había, con lo cual pueden hacer unos trabajos muchísimo mejores, sin que sean solo copiar y pegar, sino que también le den un poquito a la cabeza”.
La profesora Teresa Priego, también del mismo Departamento, ha visto los resultados de satisfacción de una encuesta que ha pasado Vasconcelos a los estudiantes y quiere proponerles el mismo método para la asignatura de Endocrinología, porque “hay un montón de enfermedades endocrinas que seguro que ellos conocen, y que están relacionadas con el día a día, y que son muy importantes en la práctica de enfermería. En la clínica verán de todo, desde problemas con la insulina al tiroides, pasando por la obesidad, que es, después de todo, una alteración endocrina, así que el método me parece muy útil, muy buena idea”. Añade De las Heras, que “con el endocrino puedes jugar mucho, porque ahora mismo, en la población, patologías a nivel hormonal, de endocrino y de glándulas hay muchísimas”, así que ella también le va a proponer a su grupo usar este método de la “Fisiología cotidiana”.
Investigación y aprendizaje
Francisco Vasconcelos asegura que con su método “mejora el interés, pero también la capacidad de investigación, así que se puede consolidar el conocimiento y hacer un aprendizaje más duradero”. Idea que ratifica la estudiante Victoria Arandilla, quien, con otras compañeras, ya que los trabajos se han hecho siempre en grupos de unos cinco estudiantes, crearon un vídeo sobre el shock anafiláctico, del que no sabían prácticamente nada, pero al investigarlo se han hecho “más conscientes de la importancia que tiene, y además de lo relevante que es en la fisiología respiratoria, y, sobre todo, de cómo llevar la teoría a la práctica, que es lo más interesante”.
Coincide Irene Gómez con esa opinión, porque al llevar lo aprendido a la práctica “puedes ver un poco lo que vas a hacer en un futuro, y si hay alguna cosa de teoría que no se ha entendido, al ver un caso real, o viendo vídeos que han hecho otras personas, puedes llegar a entender más ese concepto, y les puedes preguntar cualquier duda para profundizar en la teoría de manera mucho más dinámica”.
También está de acuerdo Marina Sanz, quien explica que “en clase, al ser fisiología, se indaga más en el cuerpo cuando está sano, mientras que este método da la posibilidad de ver qué pasa si hay algo que va mal, como puede ser un shock anafiláctico o un neumotórax. Y no solamente para saber cómo funciona esa patología, sino también para saber cómo actuar ante ella, que eso al final es lo que más va a servir en un futuro”.
Lucía Miguel, una de las estudiantes que realizó el vídeo sobre el neumotórax, explica que crearon una situación de cómo sería encontrarse con un caso así en la calle, centrándose “más en los primeros auxilios y en cómo podría actuar una persona cualquiera si ve una situación parecida”. Por lo tanto, no pensaron en actuar como enfermeras, sino como ciudadanos en general, creando incluso un parche con materiales cotidianos. Su compañera Irene García explica que lo hicieron con el plástico de una bolsita de gasas y esparadrapo, “es decir, con lo primero que puedes encontrar a mano, creando algo muy útil para evitar graves problemas”.
Anna Ji, del mismo grupo de estudiantes, explica que han utilizado todos los medios de información a su alcance para investigar, desde profesionales sanitarios hasta Internet, incluyendo vídeos de Youtube para elaborar el mencionado parche.
Creatividad y trabajo en equipo
Francisco Vasconcelos destaca que las nuevas generaciones tienen una enorme creatividad, “con una gran capacidad de hacer vídeos que están muy bien elaborados, metiendo incluso animaciones mientras hablan, como si fuera un telediario. Se han hecho cosas muy creativas, muy divertidas. Este método se acerca un poco a su mundo de más tecnología, más dinamismo, para que puedan jugar con esa creatividad, con esa imaginación que tienen, que se puede aprovechar al tiempo que desarrollan también un poquito otras competencias transversales que les complementan su formación, como el trabajo en equipo”.
La estudiante Uxue Martín reconoce que están bastante acostumbradas a “hacer cosas con tecnología y este método permite demostrar la originalidad y la creatividad, porque no es lo mismo decir las cosas en clase que ponerte a montar un vídeo, a pensar de qué manera puedes hacerlo para que a la gente también le guste, al tiempo que tú disfrutas también haciéndolo”.
En cuanto al trabajo en equipo, Irene Gómez cree que permite ser más dinámica, “te lo pasas mejor y sigues aprendiendo igual, además luego cuando vayas a trabajar, sobre todo en la enfermería, es muy importante el trabajo en equipo, tanto con las propias enfermeras como con auxiliares y con los médicos. Al final es un trabajo donde no existe un rango, todo el mundo hace una tarea común para obtener un resultado que va a ser el mejor y el más satisfactorio para todos”.
Retroalimentación
Tanto la profesora Natalia de las Heras como Francisco Vasconcelos explican que con este método de presentaciones de los estudiantes se “enseña y se aprende al mismo tiempo, lo que lo hace muy interesante”. Los profesores, por ejemplo, desconocían la utilidad del parche del neumotórax, y Vasconcelos tampoco conocía la gran prevalencia que tiene la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en nuestro país. El profesor de Medicina tiene claro que “el proceso de enseñanza es un intercambio”.
La estudiante Sofía Kindelán, involucrada en el trabajo sobre la EPOC reconoce que ni siquiera conocía la enfermedad, pero “para hacer el vídeo investigas sobre ello y sobre la cantidad de gente que lo padece en España y en el resto del mundo, y en cómo la OMS está involucrada en la lucha contra esta patología, y el resultado es que se aprende mucho y con gusto”.
El tiempo, el gran problema
La única pega que ponen las estudiantes es la falta de tiempo que han tenido por la enorme carga de trabajo que tienen en la Facultad, y opinan que con más tiempo podrían haber hecho incluso mejores videos. Leire López reconoce que el trabajo les ha coincidido con “otros exámenes y bastantes más proyectos que hacer, pero a pesar de eso estaría bien que se pudiera implementar el método en otras asignaturas, aunque sería genial tener un poquito más de tiempo de preparación”.
Beatriz Gavris explica que en su grupo tuvieron que hacer el vídeo en su casa, en una tarde, para tenerlo entregado a la mañana siguiente, porque no les daba tiempo al coincidirles con otros trabajos de fisiología, bioquímica y anatomía. Lo mismo que cuenta Sara Merino, quien señala que justo tuvieron que hacer el vídeo la semana en la que tenían que entregar prácticamente todos los trabajos del resto de asignaturas.
A pesar de eso, ninguna de las trece estudiantes presentes duda que si tuviera que elegir un método de estudio sería este en el que hay que elaborar un vídeo tras una investigación personal sobre un tema real relacionado con cada asignatura. Apostilla la profesora Natalia de las Heras que, “de esa manera, se les va a quedar en la cabeza y lo van a recordar siempre, sobre todo porque ellas mismas son las que han elegido tanto el tema como el grupo de trabajo, por afinidad o por cualquier otra circunstancia, pero eso facilita el estudio y el resultado siempre va a ser mejor”.