La innovación contra el cambio climático no repercute por igual en toda la población. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores del Instituto INGENIO, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de València (UPV), en colaboración con investigadores de la Universitat de València, la Universidad de Urbino y la Universidad de Ferrara. Sus conclusiones han sido publicadas en la revista Regional Studies.

Los autores destacan que las actividades de innovación se traducen en una distribución de beneficios desigual, tanto dentro de las empresas como en los territorios donde estas se ubican. El estudio confirma que dicha tendencia se observa también en las zonas que desarrollan innovaciones relacionadas con la sostenibilidad o las “tecnologías verdes”. En particular, el análisis destaca que las regiones que patentan más tecnologías verdes presentan mayor desigualdad salarial entre la población. El estudio concluye también que la desigualdad es mayor en aquellas zonas donde las nuevas tecnologías sostenibles están aún en una fase experimental, o temprana, con respecto a aquellos territorios especializados en tecnologías más consolidadas.

Los principales motivos que explican esta conclusión, según Davide Consoli, investigador del Instituto INGENIO y uno de los autores del trabajo, junto con Nicolo Barberi, Giovanni Marin y François Perruchas, son “los desequilibrios dentro del mercado laboral. En fases tempranas de desarrollo de nuevas tecnologías, la subida repentina de demanda de nuevas competencias –o nuevas combinaciones de competencias existentes– dificulta la adecuación de la oferta, con la consecuente descompensación salarial a favor de los pocos trabajadores que poseen las capacidades necesarias”.

A partir de estas conclusiones, el equipo de INGENIO y la Universidad degli Studi di Ferrara propone que las políticas públicas deberían anticipar o, en la medida de lo posible, facilitar la adaptación de la oferta de competencias para que las nuevas tecnologías verdes en fase incipiente se traduzcan en una redistribución de la riqueza más igualitaria.

Los investigadores desarrollaron un estudio de las principales áreas metropolitanas de EE UU y analizaron comparativamente millones de patentes relacionadas con tecnologías verdes (fuentes de energía renovable, reducción de gases de efecto invernadero, tecnologías para la captura y almacenamiento de carbono, optimización de la distribución del agua, etc.) registradas en esas zonas, así como el nivel de ingresos de la población durante el periodo 2005-2015. El estudio concluye que, en esas áreas, principalmente en las que presentan más concentración de patentes (Nueva York, Los Angeles, San Francisco, Detroit y San José), hay más desigualdad en el nivel de ingresos de la población que en aquellas zonas donde no se patentan nuevas tecnologías.

“Las políticas públicas de apoyo a la innovación deberían incluir mecanismos compensatorios que permitan contener la tendencia natural de la innovación a desencadenar desequilibrios ”, explica Davide Consoli.

Aplicable en otros países

El investigador de INGENIO (CSIC-UPV) matiza que “las áreas metropolitanas de EE. UU. son un contexto relevante para la realización de este estudio, considerando que el país está a la vanguardia de varias tecnologías ambientales y que, al mismo tiempo, hay poca evidencia sobre si esta frenética demanda de innovación verde conlleva consecuencias redistributivas dentro de los territorios, cosa que hemos podido demostrar. Esta evidencia sobre los territorios de EE. UU. podría servir de base de estudios sobre este fenómeno en otros países, especialmente en Europa”.

El estudio de INGENIO (CSIC-UPV), la Universitat de València y las Universidades de Ferrara y Urbino ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Unión Europea a través de Fondos Next Generation.