Europa no tiene ninguna posibilidad de ser competitiva si no dispone de recursos para la inversión. Por este motivo, la CES ha insistido en la necesidad de invertir para compensar el déficit de 800.000 millones de euros señalado en el informe Draghi.
Los sindicatos han pedido un mecanismo SURE 2.0 que anticipe y gestione el cambio apoyando planes de transformación acordados colectivamente que protejan los empleos de calidad en todos los sectores y regiones.
Advirtiendo que no puede haber cheques en blanco, los sindicatos han pedido que toda la financiación de la UE vaya acompañada de condiciones sociales que garanticen empleos de calidad en Europa, cubiertos por un convenio colectivo.
La flexibilidad propuesta hoy por la Comisión Europea mediante la activación de cláusulas nacionales de salvaguardia no garantizará que no haya contrapartidas entre los gastos de defensa y los gastos sociales. Subrayando que las normas fiscales frenarán a Europa, los sindicatos insistieron en que debería activarse la cláusula general de salvaguardia para permitir a los Estados miembros invertir para alcanzar los objetivos sociales, medioambientales y digitales de Europa.
Desregulación: una pista falsa
El actual intento de aprobar precipitadamente iniciativas de desregulación con el pretexto de la simplificación administrativa es erróneo. Los datos de la OCDE publicados esta semana muestran que varios países europeos, entre ellos Alemania, Francia, España e Italia, están menos regulados que Estados Unidos.
Estos datos indican que la regulación no es un factor determinante en la reducción de la competitividad europea.
Defensa
El aumento del gasto en defensa no será la respuesta para acabar con la pérdida de puestos de trabajo que sufren las trabajadoras y trabajadores de toda Europa, sobre todo si no se toman medidas en favor del empleo.
La Secretaria General de la CES, Esther Lynch, declaró:
«La seguridad es imposible sin una economía fuerte y justa. Una economía fuerte y justa es imposible sin inversión en empleos de calidad y servicios públicos.
«Por eso insistimos en que se suspendan las normas de gasto de la UE. Los Estados miembros deben invertir en nuestro futuro.
«No puede haber cheques en blanco. Todo el gasto público debe estar condicionado a la protección y creación de empleos de calidad en Europa, con buenas condiciones laborales cubiertas por un convenio colectivo.
«Es un error esperar a que las empresas estén al borde del cierre para actuar. El apoyo debe llegar mucho antes para preservar el empleo, asegurar la formación y garantizar la prosperidad de empresas y personas trabajadoras.
Europa no debe dejarse intimidar y renunciar a sus valores y a su sólido modelo social».