Habla desde Miami, donde recaló hace nueve años, cuando dejó Rivas para atisbar nuevos horizontes donde probar suerte pero a golpe de esfuerzo, trabajo y tesón. A media mañana hora de allí, última de la tarde en España, responde al otro lado del teléfono un jueves a mediados de febrero. Es Elena Medina (1986), actriz ripense que se está labrando un camino hacia las estrellas. De momento, ha cogido hueco en populares series televisivas. Con el gigante Televisa grabó dos muy conocidas al otro lado del Atlántico, ‘La suerte de Loli y ‘La mujer de mi vida’, y aquí la hemos podido reconocer en la serie ‘Pálpito’, de Netflix. Su último trabajo ‘Memorias de un sinvergüenza’, se estrenará previsiblemente en Prime. Y entre la producción patria, destaca la cinta nominada a los premios Feroz ‘Buscando a Koke’.
Pero, ¿cómo empezó todo? Pues como tantas historias de éxito profesional, con alguien que señala el camino. Y en el caso de Elena, ese fue el querido Txema Cariñena, profesor y coordinador de la Escuela Municipal de Música (EMM), fallecido el pasado noviembre de 2024. “Ha sido terrible. Le tengo mucho que agradecer. Nos metió el gusanillo del teatro musical, y gracias a eso vi que era lo que quería hacer”. Se refiere Elena al musical ‘Jesucristo Superstar’, con alumnado de la EMM quienes, bajo la batuta de Txema, estrenaron en el recién nacido auditorio municipal Pilar Bardem, en 2004.
“En Rivas hay mucho talento oculto, y se tiene que saber”
A partir de ahí, con la formación musical obtenida en la escuela municipal comienza a progresar en los musicales. “El primero que protagonicé fue ‘We will rock you’, después, ‘Pegados, un musical diferente’, y luego llegué a ‘Los Miserables’”, enumera. Ya era 2010, y Elena había despegado. La oportunidad que le brindaba esta adaptación de la novela de Víctor Hugo le abría puertas. “Fue un proceso espectacular, de mucho crecimiento. Además, como amante del teatro musical, ese era un título legendario”, reconoce la actriz que dio vida a una de las protagonistas, Fantine.
Aquel fue un tiempo de trabajo con alta exigencia y aprovechado aprendizaje. “El teatro no deja tiempo para dedicarse a otras cosas. Hice muchas giras. Hacíamos temporada en Madrid y luego salíamos. Solo se libraba los lunes, y viajábamos de miércoles a domingo”.
Con el tiempo, a Elena le sobrevolaba una idea: estaba rozando el techo en el teatro musical. “Llevaba mucho tiempo sin parar. Sentía que no podía avanzar ni iba a subir otro nivel”, se sincera. Y en esas, llegó una nueva oportunidad en forma de oferta laboral para su compañero. La pareja hizo las maletas y puso rumbo a Miami. Hace 9 años de esa decisión por la que Elena volvió a empezar de cero, pese a la trayectoria y éxitos cosechados en España. “Miami, para la industria latina es el epicentro y tuvo un momento glorioso en lo audiovisual, pero justo cuando llegué eso se acabó, y los estudios empezaban a grabar mucho en México y Colombia, también en España”.
Así, lo primero que hizo fue preguntar a sus pocas amistades allí y, al poco, contactó con la gente adecuada pero, para ello, Elena tuvo que soltar prejuicios. “Tenía dos amigos que trabajaban en Telemundo y Univisión. Les pedí contactos, cosa que no había hecho nunca. Creo que es algo muy español pensar así, no querer ir a hablar con nadie, no querer que te enchufen, y me di cuenta que aquí a la gente eso le da igual. Nadie te pregunta cómo has llegado. Si les gustas, ya está”.
“Miami, para la industria latina es el epicentro y tuvo un momento glorioso en lo audiovisual, pero justo cuando llegué eso se acabó»
Reconoce la intérprete que esa barrera le costó superarla. Pero una vez salvada, el siguiente paso fue llevar al cabo el principal consejo recibido: si quería trabajar, tenía que neutralizar su acento: “El neutro es el acento mexicano; tuve que prepararlo con un coach”. Y de ahí, a sus encuentros con gente importante. Por ejemplo, la directora de casting de Telemundo. “Conservé dos o tres contactos y hacia seguimiento cada semana. Así empezaron a salir los casting. Pasó el tiempo y llegaron los proyectos”, y poco después, llegó una representante. “Los últimos años había sido yo mi propia manager”.
La primera gran oportunidad llegó con Telemundo. “Fue una entrada en el sistema porque es una de las cadenas más importantes aquí”. Tras las dos series grabadas, durante unas vacaciones en su casa de Rivas, en agosto, recibió una de esas llamadas que lo tambalean todo para bien. “Había hecho un casting para una serie colombiana, ‘Pálpito’, y me llamaron para preguntarme si podía estar en tres días en Turquía para grabar”. Y así Elena se convirtió en Eva, la mejor amiga de la protagonista. Pero por estas cosas de la edición, tan habituales en las ficciones, la interpretación de la ripense quedó reducida a un capítulo. “Son cosas que pasan, no se puede controlar”, asume sobre una producción que, en cualquier caso, fue la más vista del mundo dentro de la plataforma en la semana de su estreno.
UN REGRESO AL TEATRO
Una de las cosas que le proporciona estabilidad a Elena, dentro de la vorágine inestable de los casting, es el popular Teatro 8 de Miami. Allí, la ripense imparte clases a gente aficionada. “Nunca me hubiera imaginado enseñar nada a nadie. Pero empezamos como algo experimental y vamos por el tercer año. Vienen personas de todos los niveles sociales, edades y nacionalidades. Ver cómo se entregan y evolucionan es algo que agradezco mucho. El teatro es una terapia espectacular”.
«Cada vez que voy pienso en salir al centro pero al final siempre me quedo en Rivas porque solo me apetece estar allí»
Preguntada sobre las cosas que echa de menos de Rivas, responde sin pensar: “Todo”. “Me encanta comer, echo de menos la comida, y también el sentimiento de ciudad. Esta Navidad he estado en casa de mis padres [en La Partija], y cada vez que voy pienso en salir al centro pero al final siempre me quedo en Rivas porque solo me apetece estar allí con mi familia, en mi casa, con mis amigas, del colegio de toda la vida. Echo de menos caminar, ir a tomar un café o una cañita. Esto aquí no se hace de la misma manera”. Al final, “Rivas siempre me lleva a casa, pero no porque haya vivido allí si no porque me siento relajada”.
Mucho ha llovido desde aquellos sábados en los que Elena veía de niña películas de Joselito y Marisol y proyectaba sus anhelos. Hoy, la intérprete ripense vislumbra como meta un camino de regreso, una vuelta para trabajar más en España. Y concluye agradeciendo la entrevista y haciendo un llamado: “En Rivas hay mucho talento por ahí escondido y se tiene que saber”.