Un proyecto de prevención y conservación impulsa la recuperación de las Marismas del Odiel

Las Marismas del Odiel, uno de los enclaves de mayor valor ecológico de Andalucía, avanzan en su recuperación con la puesta en marcha de un ambicioso proyecto destinado a la conservación, prevención y restauración de sus ecosistemas. Esta iniciativa, impulsada por la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, «tiene como objetivo mejorar las condiciones ambientales de este humedal protegido, que sufre los efectos de la contaminación marina y la acumulación de residuos de diferentes orígenes«, según ha declarado el delegado territorial en la provincia de Huelva, Pedro Yórquez.

Los trabajos, que han dado comienzo en febrero con las primeras actuaciones de retirada de basura, se extenderán durante un período de 14 meses a partir del acta de replanteo, formalizada en diciembre de 2024. La inversión total asciende a 748.655,96 euros, cofinanciadas en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) con fondos europeos NextGenerationEU.

Situadas en la provincia de Huelva, en la confluencia de los ríos Tinto y Odiel, las Marismas del Odiel forman un complejo sistema estuarino que destaca por su biodiversidad y función como refugio de aves migratorias. Asimismo, sobresale por su reconocimiento internacional como Reserva de la Biosfera por la UNESCO e inclusión en la Red Natura 2000, así como por la catalogación como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) avalan la necesidad de actuaciones que garanticen su conservación.

Sin embargo, la acumulación de residuos plásticos y desechos procedentes de la pesca, la actividad recreativa y la cercanía de núcleos urbanos ha generado un impacto negativo sobre la fauna y la flora del espacio protegido. A ello se suman las alteraciones de hábitats clave para especies de alto valor ecológico, como el águila pescadora (Pandion haliaetus), que ha logrado establecerse en la zona tras un proceso de reintroducción.

El proyecto se desarrollará en un área de 161,48 hectáreas, donde se acometerán diversas intervenciones dirigidas a la eliminación de residuos, la restauración de la vegetación autóctona y la mejora de las condiciones para la fauna.

Conservación y mantenimiento a largo plazo

La primera fase de los trabajos se centra en la retirada de residuos en los principales hábitats afectados. Se eliminarán plásticos, restos de redes y otros materiales que comprometan el equilibrio ecológico del estuario. «Para ello, se emplearán técnicas adaptadas a la fragilidad del medio, con el fin de minimizar el impacto sobre el terreno y las especies que lo habitan», ha puntualizado el delegado. Así, en la retirada de residuos, se priorizará el empleo de equipos especializados, tanto para la limpieza manual en áreas de difícil acceso como para la intervención mecanizada en zonas donde se requiera mayor capacidad de transporte y gestión de residuos.

En paralelo, se llevará a cabo un proceso de restauración y mejora vegetal mediante la plantación de especies adaptadas al ecosistema marismeño. Esta actuación permitirá reforzar la estabilidad de los suelos, mejorar la capacidad de filtrado del agua y aumentar la cobertura vegetal en zonas degradadas. El proceso de restauración forestal incluye la selección de especies autóctonas que favorecen la regeneración del ecosistema, como el tomillo carnoso (Thymus carnosus), el enebro costero (Juniperus oxycedrus macrocarpa), la amapola marina (Glacium flavium) o las sabinas (Juniperus phoenicea turbinata). En total, se empleará 4.083 ejemplares de estas especies y otras.

Tal y como ha anunciado Yórquez, «una de las medidas más innovadoras del proyecto es la instalación de cuatro estructuras de nidificación para el águila pescadora, una rapaz emblemática que ha recuperado su presencia en la zona gracias a los esfuerzos de conservación». La colocación de torres específicas, en ubicaciones estratégicas dentro del espacio protegido, favorecerá la consolidación de sus poblaciones y contribuirá a su expansión dentro de este espacio. Favorecerán la reproducción, cría y asentamiento de la especie, reforzando su papel en el equilibrio del ecosistema.

El águila pescadora está catalogada en Andalucía como ‘vulnerable’, al igual que en el resto del territorio nacional. Las parejas invernantes se localizan en este humedal, así como en el Espacio Natural de Doñana o la Bahía de Cádiz, entre otras localizaciones. Sin embargo, es en Marismas del Odiel donde la población presenta una mejor salud en cuanto a la estabilidad poblacional a lo largo de los años. Desde 2009, cuando se registraron el nacimiento de las primeras águilas pescadoras, son ya 29 los ejemplares nacidos en este espacio natural y en la actualidad cuenta con ocho parejas reproductoras. De hecho, desde que se puso en marcha el programa en 2012 las parejas de águila pescadora en Andalucía han aumentado un 80%.

El desarrollo del proyecto contará con un seguimiento detallado de cada una de sus fases para evaluar el impacto de las actuaciones y garantizar su eficacia. Se aplicarán criterios de sostenibilidad en todos los procedimientos, asegurando que la intervención respete la integridad de los hábitats y promueva una recuperación efectiva del entorno. «Todas estas actuaciones tienen como objetivo de devolver a las Marismas del Odiel las condiciones ambientales óptimas para su conservación y mantenimiento a largo plazo«, ha concluido.