Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Jesús de Miguel – 7 nov 2024 00:00 CET
El programa UCM Acelera de la OTRI (Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación) busca impulsar la creación de Empresas de Transferencia del Conocimiento Universitario (ETCU) a partir de trabajos de investigación de profesores de la Complutense. En la segunda jornada DemoDay, celebrada en la Facultad de Medicina, han puesto en contacto a cuatro proyectos en desarrollo con posibles inversores que les ayuden a llevarlos a cabo, en lo que tanto el concejal delegado de Área de Innovación y Emprendimiento, Ángel Niño, como Luz López, de UCM Acelera, han descrito como un viaje “de la probeta a la calle”.
La vicerrectora de Investigación y Transferencia, Lucía de Juan, ha agradecido la subvención del ayuntamiento de Madrid que permite llevar a cabo este programa, que entre sus muchas ventajas “ayuda, a través de la OTRI, a que el proceso de creación de una ETCU sea fácil”.
En la jornada, y antes de tener un encuentro, cara a cara, entre inversores y emprendedores, se ha hecho una breve presentación de cuatro empresas que quieren despuntar próximamente: Grapheria, Pet Parasite Lab, Bioinspired Intelligence, y SDC R&C (Seed Drill Capital). Para animarlos en su futuro empresarial, Ignacio Zapico, de Stone 161, una ETCU surgida del programa UCM Acelera les ha hablado de la que en breve será la primera spin off de la Complutense en Ciencias de la Tierra, en concreto, para abordar y resolver desafíos ambientales complejos en el terreno.
Laura Lozano y Marco Filice, de Grapheria, presentaron un dispositivo que permite detectar infecciones bacterianas tanto en personas como en ganado, de manera rápida y barata. Lo que les diferencia de su competencia es que “con esta tecnología se puede dar un diagnóstico altamente fiable, en menos de una hora, sin personal cuantificado porque es fácil de usar, desde cualquier lugar, porque es portátil, de manera económica y además se puede adaptar fácilmente a diferentes instituciones y problemas sanitarios. Todas estas características y ventajas, de manera conjunta y simultánea no se encuentran en los dispositivos que tenemos actualmente en el mercado”.
Explicó el profesor de la Facultad de Farmacia Marco Filice que todas estas ventajas competitivas han sido analizadas detalladamente en los últimos cinco años gracias a una investigación realizada entre la Universidad Complutense y la Universidad de Granada, por lo tanto, “el nivel de maduración tecnológica es bastante elevado, y ya está en una fase de validación de la propuesta en un entorno industrialmente relevante”.
Su modelo de negocio espera conseguir ingresos desde la fase inicial, de validación, y ampliar las ganancias desde la tercera anualidad, “con un plan de inversión masiva en I+D, que apoye la evolución del proceso, que en principio se va a llevar a cabo por un equipo formado por profesionales de las dos universidades involucradas, que ya cuenta con una elevada experiencia en conseguir y gestionar satisfactoriamente proyectos en alta tecnología”.
Pet Parasite Lab
De la Facultad de Veterinaria intervino Guadalupe Miró, del equipo Pet Parasite Lab, quien recordó que hoy en día ya hay más animales de compañía que niños, así que el mercado al que ellos se dirigen está en expansión. En concreto, desde su futura empresa se quieren dedicar “al diagnóstico de enfermedades parasitarias y vectoriales de las mascotas, enfermedades que pueden llegar a ser graves, mortales, que han crecido en los últimos años, debido a distintas situaciones como el crecimiento del número de animales, la globalización y el calentamiento global”.
En la actualidad, “la parte más importante de la industria farmacéutica son los antiparasitarios, que suponen el 34% de los medicamentos que se venden en veterinaria”. Para ayudar a los veterinarios en su quehacer diario de diagnósticos ofrecen un laboratorio que utiliza “tecnología avanzada, con técnicas validadas que están directamente avaladas por los trabajos publicados en revistas de impacto”.
De momento, ya cuentan con clientes en otros laboratorios y lo que ofrecen, frente a la competencia, es precisión en los resultados, gracias a las técnicas especializadas que utilizan, lo que permite ofrecer un “modelo boutique, llegando a un nivel de excelencia con los clientes, tanto clínicas veterinarias, como hospitales, centros de protección animal, ayuntamientos, empresas públicas y privadas”.
Para ofrecer esos servicios excelentes, necesitan mejorar la digitalización del laboratorio, contratar nuevo personal, ampliar la red de clientes, fidelizar los que ya tienen y captar nuevos con un plan de marketing adecuado y “seguramente implantar nuevas líneas de negocio, sobre todo de formación”. Para ello cuentan con un plan de financiación que en parte es aportación propia, pero calculan que van a necesitar además una inversión inicial de unos doscientos mil euros.
Bioinspired Intelligence
José Ignacio Hidalgo, de la Facultad de Informática, presentó un sistema para poner la IA al servicio de las personas con diabetes. De acuerdo con él, hay más de 540.000 personas que conviven con la diabetes en el mundo, cifra que va creciendo año tras año, y “todas ellas tienen que tomar un complejo sistema de decisiones en el día a día para controlar esa enfermedad, para manejarla”. Por eso, “muchas personas con diabetes, incluso haciendo el esfuerzo de tener una vida arreglada y controlada y asistiendo regularmente al endocrino, no consiguen en su totalidad controlar la enfermedad. Se estima que aproximadamente el 70% de las personas con diabees no tienen un buen manejo de su vida, fundamentalmente debido a dos problemas: malos hábitos y la dificultad de tomar estas decisiones”.
Frente a dispositivos electrónicos ya existentes de uso complejo, desde Bioinspired Intelligence han diseñado “una aplicación y un dispositivo electrónico que permite hacer predicciones de glucosa y que incluye un complejo sistema de alarma que es configurable por el usuario”. Desde su grupo de la UCM llevan unos catorce años trabajando sobre el tema y de manera más exhaustiva durante la última década, llegando incluso a generar dos patentes y un número elevado de publicaciones en revistas internacionales, lo que les ha permitido construir “un sistema de modelos predictivos complejos con un alto grado de precisión y ahí donde otros solamente ofrecen tendencias este sistema lanza alarmas que ayudan a la persona con diabetes”.
La idea es desarrollar un modelo de negocio que vaya directamente a las personas con diabetes, pero también con instituciones. Para arrancar y entrar en el mercado estiman que necesitarán unos trescientos o cuatrocientos mil euros iniciales.
Seed Drill Capital
David Pascual Ezama, de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, y fundador del equipo SDC R&C (Seed Drill Capital), explica que ellos se basan en aplicar la metodología experimental a nivel de consultoría. De ahí, el primer proyecto que han desarrollado se llama Convive y es una app para facilitar la comunicación en las comunidades de vecinos.
Reconoce que ahora mismo en España hay aproximadamente diez aplicaciones que ofrecen el algo similar, pero los administradores de fincas no ven que les aporten nada nuevo, a no ser que sea más trabajo, y además hay una brecha digital que impide a las personas mayores utilizarlas. A partir del análisis de todas esas aplicaciones existentes, han desarrollado una app que ofrece beneficios a todas las personas que participan en la comunidad de vecinos, reduciendo, por ejemplo, el número de clicks que hacen falta para tomar decisiones.
Su modelo de negocio pasa porque las comunidades les paguen directamente a ellos, con un amplio equipo comercial que trabajaría tanto con administradores de fincas como directamente con las juntas de gobierno. De los tres planes diferentes con los que quieren contar el básico sería de un euro por vecino al mes, que, aunque no es el más barato del mercado tampoco es el más caro, y buscan competir con esa diferenciación surgida de la aplicación de la metodología experimental.
Aseguró Pascual Ezama que, de momento, desarrollarán la app con fondos propios, confiando en “tener un crecimiento orgánico, a base de los fondos que se obtienen del resto de productos o servicios que hay en la empresa, y se quiere valorizar el producto antes de ir a una ronda de financiación”.