Declaración Institucional de la Universidad con Motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer

Hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, nuestra universidad se une a la conmemoración de esta fecha, que no solo celebra los logros sociales, económicos, culturales y políticos de las mujeres, sino que también nos recuerda las profundas desigualdades y discriminaciones que, lamentablemente, persisten en nuestra sociedad.

A lo largo de la historia, las mujeres han enfrentado barreras estructurales que han limitado su acceso a derechos fundamentales, a la educación, al trabajo digno y a la participación plena en la vida pública. Estas desigualdades no son solo un vestigio del pasado, sino una realidad que sigue manifestándose de múltiples formas en el presente. Desde la brecha salarial, hasta la falta de representación en espacios de poder, pasando por la precarización laboral y la invisibilización de sus contribuciones, las mujeres continúan enfrentando desafíos que exigen nuestra atención y acción.

Además, no olvidamos la lacra de la violencia contra las mujeres, una de las expresiones más brutales de la desigualdad de género. La violencia machista, en todas sus formas, desde la física y psicológica hasta la económica y simbólica, constituye una violación intolerable de los derechos humanos y un obstáculo para la construcción de una sociedad justa y equitativa.

Como institución de la Compañía de Jesús y portadora de sus valores, reconocemos nuestra responsabilidad de contribuir a erradicar esta violencia, promoviendo una cultura de respeto, igualdad y justicia. No solo mediante comunicados, sino con acciones concretas y medibles. El sistema de Entorno Seguro se abre camino día a día en nuestra universidad y en toda la red UNIJES a través de formación interna, encuentros, grupos y responsables locales, textos y diálogo. Este proyecto suma esfuerzos al de Promoción de la Cultura Consistente de la Protección (PCCP) de la red global jesuita, presentado en Loyola el pasado 29 de enero. Ambos nos marcan un camino mucho más ambicioso que la simple aplicación de la legislación vigente en la prevención de situaciones de acoso, y han sido acogidos con sincera convicción dentro de nuestra comunidad.

Espero que este 8 de marzo sea una oportunidad para renovar nuestro compromiso colectivo con la lucha por los derechos de las mujeres y para avanzar hacia una sociedad donde la igualdad de género no sea una aspiración, sino una realidad.

Fabio Gómez-Estern

Rector