El Laboratorio Regional de La Rioja renueva sus cromatógrafos de líquidos y gases con una inversión de 459.314 euros

El Gobierno de La Rioja ha adquirido dos equipos de cromatografía de líquidos y un equipo de cromatografía de gases con los que el Laboratorio Regional (Finca La Grajera) seguirá a la vanguardia en la implementación de técnicas de control de parámetros de calidad en los aceites de oliva de La Rioja y reforzará la línea dedicada a la determinación de residuos de medicamentos veterinarios incluidos en los planes de control de la cadena alimentaria.

 

El Laboratorio Regional presta sus servicios de análisis a organismos públicos y privados en los ámbitos agroalimentario, sanitario y ambiental. “Estos servicios están en evolución continua y requieren contantes actualizaciones tanto del equipamiento como de las instalaciones para responder a las expectativas de los clientes, y también para ampliar y adaptar las técnicas para las que está acreditado”, ha explicado la consejera de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente, Noemí Manzanos, durante la visita que ha realizado este miércoles, día 5, a las instalaciones en La Grajera.

 

La incorporación de los tres cromatógrafos en el Servicio adscrito a la Dirección General de Desarrollo Rural ha supuesto una inversión de 459.313,97 euros. Desde 2004, ha precisado Manzanos, “el Laboratorio público realiza la determinación de estigmastadienos y alfatocoferoles en aceites de oliva. La ausencia de estigmastadienos es el mejor parámetro para detectar la presencia de aceites vegetales refinados y evitar fraudes”. Por otra parte, los alfatocoferoles característicos del aceite de oliva virgen son magníficos antioxidantes que mejoran el sistema inmunitario, el cardiovascular y el bienestar muscular.

 

La adquisición de un equipo de HPLC, dotado de detectores de absorción molecular visible-ultravioleta de red de diodos y de fluorescencia molecular, por un importe de 65.692,04 euros, garantiza la continuidad de estas analíticas y permitiría ampliar a nuevas técnicas en un futuro.

 

En el mismo campo de las analíticas de aceites, se lleva a cabo las determinaciones del perfil de ácidos grasos, ceras y ésteres etílicos, parámetros que permiten detectar fraudes o mezclas con otros aceites y determinar la calidad de los mismos. Con el suministro de un equipo de cromatografía de gases con detector de ionización de llama (FID), adquirido por un importe de 33.880 euros, se garantiza la continuidad del servicio para estas determinaciones.

 

Análisis gratuito para operadores DOP

En este sentido, y con el fin de apoyar e impulsar la producción amparada bajo la DOP ‘Aceite de La Rioja’, “la Consejería de Agricultura ofrecerá este servicio de análisis de forma gratuita a los operadores que etiqueten al menos el 40% de la producción bajo el sello de calidad”, ha destacado Noemí Manzanos, quien ha estado acompañada durante la visita por el director general de Desarrollo Rural, David Martín.

 

Por otro lado, se ha adquirido un cromatógrafo de líquidos de alto rendimiento acoplado a un detector de masas de triple/cuádruplo, con un coste de 359.742 euros, con la finalidad de llevar a cabo las analíticas de residuos de medicamentos veterinarios; cuyo uso pude generar la presencia de residuos en alimentos, exigidos en el Plan de Control Oficial de la Cadena Alimentaria, exigido por la normativa europea.

 

Estas analíticas presentan una complejidad especial porque la continua modificación de los reglamentos en cuanto a sustancias a controlar, matrices, límites legales y analíticos, obliga a disponer de equipos actualizados, robustos y con sensibilidad adecuada a los requisitos legales.

 

Con este nuevo cromatógrafo, el Laboratorio dará respuesta al análisis de diferentes compuestos que demanda la UE, en los umbrales definidos, y podrá adaptar la oferta completa a los clientes “garantizando la seguridad alimentaria en todas las fases del proceso de producción, transformación y distribución”, ha indicado la consejera de Agricultura. Además, posibilitará que en un futuro se puedan asumir nuevas necesidades analíticas que surjan en el campo de la seguridad alimentaria.