Marqués de Vargas y Pazo de San Mauro: vinos con alma. Las enólogas de Bodegas y Viñedos del Marqués de Vargas, Ana Barrón y Susana Pérez, son ejemplo de la integración de la mujer en el mundo del vino: sus creaciones, vinos con alma que reflejan el terruño en que se elaboran y la personalidad de sus autoras, cuentan con el elogio del público y la crítica más exigentes.
Bodegas y Viñedos del Marqués de Vargas propone cuatro vinos con alma y con firma de mujer: Pazo de San Mauro 2023 y Sanamaro 2021, de la enóloga Susana Pérez (Bodega Pazo de San Mauro), y Marqués de Vargas Reserva 2019 y Marqués de Vargas Gran Reserva 2016, de Ana Barrón (Bodega Marqués de Vargas).
El grupo vinícola demuestra su compromiso con el liderazgo femenino: dos de sus tres bodegas –Pazo de San Mauro y Marqués de Vargas–tienen mujeres al frente de la enología y otras ocupan puestos de responsabilidad dentro del grupo.
Madrid, febrero de 2025.- Marqués de Vargas y Pazo de San Mauro: vinos con alma. La mujer ha tenido históricamente una presencia silenciosa en el mundo del vino, relegada a roles específicos y con escasa visibilidad. Sin embargo, en los últimos años, esta realidad ha cambiado. Su inclusión en las tareas enológicas tradicionalmente reservadas a los hombres es plena hoy en día y no solo ha desafiado estereotipos y prejuicios de género, sino que también ha contribuido a diversificar enfoques y estilos. La incorporación de Ana Barrón y Susana Pérez al grupo Bodegas y Viñedos del Marqués de Vargas hace casi una década se ha traducido en una evolución de los vinos de Marqués de Vargas y Pazo de San Mauro, ahora más equilibrados, frescos y elegantes y con mayor expresión aromática, en línea con las tendencias del mercado.
ANA BARRÓN: HONESTIDAD, TIPICIDAD Y EVOLUCIÓN EN LA RIOJA
Curiosa, exigente, humilde y meticulosa, Ana Barrón ha renovado los vinos de Marqués de Vargas a base de buscar la perfección en cada detalle. Cuando se incorporó al proyecto en 2016, afrontó el reto de recuperar la esencia del vino riojano a través de vinos honestos que expresan el terruño, la historia y el trabajo tras cada botella. «Busco respetar el clima, el suelo y la variedad, trabajando la uva desde el viñedo y apostando por crianzas suaves en maderas muy seleccionadas, para que los vinos evolucionen de manera elegante en botella», explica. Gracias a su enfoque y dedicación, ha conseguido elaborar vinos equilibrados, con una armonía perfecta entre fruta y madera, que han sido elogiados por reconocidos especialistas del mundo del vino, incluyendo los Master of Wine, medios especializados y otras figuras destacadas en el ámbito vitivinícola internacional. En 2024 fue galardonada con el I Premio a la Profesional del Rioja 2024 y recientemente, ha sido nombrada ‘Enóloga del Año’ 2025 por el prestigioso crítico de vinos y Master of Wine inglés Tim Atkin, convirtiéndose en la tercera mujer en obtener este galardón en los 10 años que Atkin lleva elaborando su informe sobre Rioja. En palabras del propio crítico, se trata de un reconocimiento a «su talento y su modestia –siempre atribuye el éxito a un trabajo grupal–, su formación bordelesa y conexiones con Burdeos y al salto de calidad que ha dado a los vinos de Marqués de Vargas desde su llegada al proyecto».
Con una notable trayectoria en Burdeos, donde se formó, y en su Rioja natal, donde creció rodeada de viñedos y el olor a la panadería de sus padres, Ana ha vivido en activo la evolución de la mujer que se ha producido en el sector bodeguero. «El papel de la mujer ha cambiado radicalmente; cuando yo empecé entrábamos al laboratorio y apenas había mujeres en otros puestos, pero ahora hay bodegueras, directoras financieras, de ventas, ingenieras de campo y, por supuesto, enólogas con mucha más responsabilidad que hacer análisis de los vinos. Cada vez hay más mujeres en el mundo del vino, y, sobre todo, más preparadas y formadas». No obstante, considera que aún queda mucho camino por recorrer en la conciliación de la vida profesional y personal, especialmente en lo que respecta a la maternidad, y reivindica, tanto para mujeres como para hombres, una formación más especializada en los trabajos de campo, algo que considera fundamental para dignificar el trabajo en la viña, clave en la elaboración de un buen vino. Y es que su filosofía apuesta por un enfoque ecológico y una viticultura prioritaria sobre la enología: menos intervención en bodega y más trabajo en el campo.
Para ella, el secreto del éxito de una mujer en el mundo del vino radica en la vocación, la determinación, la personalidad y en contar con buenos referentes. En su caso, estos referentes fueron sus padres, quienes lograron conciliar el negocio familiar con la vida doméstica; Yves Glories, su profesor de viticultura en Burdeos; y Jaime Rodríguez, con quien trabajó durante 13 años en Remelluri. Ana Barrón no cree que haya diferencias entre hombres y mujeres a la hora de elaborar vino. «Para mí, lo importante es saber trabajar en equipo y potenciar el talento de quienes te rodean». Sin embargo, reconoce que, en general, las mujeres tienen mayor sensibilidad e intuición en la interpretación del vino. Porque para ella, la elaboración es un arte, una forma de creatividad frente a los desafíos diarios y, sobre todo, ante el gran reto al que se enfrenta la viticultura: el cambio climático. «Eso es lo que me enamoró de mi oficio: la creatividad».
SUSANA PÉREZ: TRABAJO, CONOCIMIENTO Y EXCELENCIA DESDE RÍAS BAIXAS
Susana Pérez, natural de Vigo, creció entre los viñedos de la bodega tradicional de sus abuelos. Su pasión por el vino se forjó desde la infancia. Sus referentes se remontan tanto al entorno en el que creció como a los distintos lugares donde desarrolló sus primeros años de profesión. «Desde el inicio, siempre me quedaron grabadas en la retina las imágenes de mujeres que trabajaban duro en el campo, en el viñedo, que transformaban el entorno con sus manos desde el respeto y el conocimiento, y que disfrutaban con la recompensa de recoger aquellos frutos y aquellas vendimias con tanta ilusión», recuerda.
Se formó como Ingeniera Agrónoma en la Universidad de Santiago y completó sus estudios en Enología en la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante). Su carrera profesional comenzó en Levante y Priorat, donde trabajó en una pequeña bodega familiar que le permitió adquirir un conocimiento integral del proceso enológico, desde el viñedo hasta la elaboración del vino. Fue en esa etapa cuando comenzó a desarrollar el concepto de vino de parcela, una filosofía que ha aplicado desde su llegada a Pazo de San Mauro en 2016 como directora técnica.
Meticulosa, observadora y resolutiva, Susana ha sabido combinar su profundo respeto por el terruño gallego con una visión moderna de la viticultura. Su incorporación a Pazo de San Mauro marcó un punto de inflexión en la gestión del viñedo, adoptando prácticas sostenibles que respetan el entorno con un enfoque parcelario. «Cada parcela tiene su propia identidad y requiere un tratamiento diferenciado para expresar lo mejor de sí en el vino», explica. Con esta visión, ha optimizado el equilibrio entre madurez y acidez de la variedad Albariño y ha dado mayor protagonismo a la uva Loureiro, logrando vinos más expresivos, frescos, aromáticos y persistentes en boca. Año tras año, sus elaboraciones han ganado en calidad y reflejan con autenticidad el carácter del terroir.
Para Susana, el papel de la mujer en la viticultura, aunque siempre presente, ha sido invisibilizado durante años. «Galicia ha sido tradicionalmente una sociedad matriarcal. Para mí, es natural que la mujer tenga un rol determinante en la viña. Siempre hemos tenido enólogas, bodegueras y viticultoras, aunque históricamente la voz cantante la han llevado los hombres. Eso es lo que ha cambiado en los últimos años: ahora la mujer está al frente y tiene visibilidad», señala. Sin embargo, reconoce que aún persisten desafíos: «Como mujeres, todo lo trabajamos el doble. Nuestra capacidad de observación, autoexigencia y la búsqueda de la excelencia en cada detalle son rasgos que nos definen».
Madre de dos niñas y de dos vinos, de los que habla con el cariño y orgullo de quien ve crecer su obra, considera que el éxito en el mundo del vino radica en la organización, el esfuerzo y el respeto por el trabajo de los demás. «Cuando sacamos una nueva añada al mercado, siempre lo hacemos con mucha ilusión y expectación por conocer el recibimiento que tendrá entre los consumidores. Es cosecha tras cosecha, a través de nuestros vinos, donde se muestra el trabajo de todo un año. Se trata de un esfuerzo colectivo, realizado por un equipo de profesionales en diferentes áreas, que busca la excelencia de la marca y dar a conocer la complejidad y singularidad de nuestro viñedo. Creo que ese es nuestro legado y nuestro objetivo principal: mostrar, año tras año y con el paso del tiempo, lo mejor de nuestras uvas, de nuestro terruño y de nuestro trabajo». Y añade: «el conocimiento y la formación continua son también fundamentales en una profesión tan compleja y en constante evolución, donde debemos adaptarnos a retos como el cambio climático, la incidencia creciente de plagas y la transformación de los gustos del consumidor».
VINOS CON FIRMA FEMENINA
Los vinos de Susana Pérez, Pazo de San Mauro y Sanamaro, son dos soberbios blancos procedentes de Rías Baixas mientas que Ana Barrón elabora en Rioja una colección de tintos excepcionales:
Marqués de Vargas Reserva 2019.
La bodega riojana Marqués de Vargas nace con una filosofía inspirada en los châteaux franceses, elaborando Reservas y Grandes Reservas exclusivamente con las uvas del propio viñedo situado alrededor de la Bodega. Vinos de producción limitada, con la tipicidad de la región y con la singularidad e identidad de un terroir único. Marqués de Vargas Reserva 2019, la última añada del buque insignia de la casa, está elaborado con el conjunto de los viñedos de toda la propiedad y es el fiel reflejo del carácter fino de la finca situada en la Rioja Alta. Aúna la elegancia de la Tempranillo que crece en la zona, la densidad y generosidad de la Garnacha y la frescura de una variedad minoritaria como es el Mazuelo. Un vino placentero, complejo y elegante.
P.V.P. 28,60€
Marqués de Vargas Gran Reserva 2016
Con una crianza de 26 meses en barrica, Marqués de Vargas Gran Reserva 2016 presenta aromas concentrados de fruta negra que se entrelazan perfectamente con variados matices especiados, fruto de su larga crianza en roble francés y americano, y de fondo, sutiles notas balsámicas que aportan frescura y equilibrio. De cuerpo robusto, con taninos muy pulidos y un largo final, es un vino elegante, potente y con gran capacidad de evolución en botella, fiel a la filosofía de Ana Barrón.
P.V.P. 42,35€
Pazo de San Mauro 2023
Situado en Rías Baixas, en la escogida subdenominación del Condado de Tea, surcada por el río Miño y donde nacen los mejores Albariños, se encuentra el pazo histórico de San Mauro, que preside la finca de 30 hectáreas y da nombre a la bodega. Pazo de San Mauro 2023, un vino monovarietal de Albariño, es la más pura expresión de este enclave mágico, del viñedo, del terroir y de la filosofía de trabajo en el campo y en la bodega de Susana Pérez. Esta cosecha se distingue por su notable intensidad y complejidad aromática que revela cautivadoras notas de manzana y cítricos maduros. En el paladar, resalta su frescura, mineralidad y persistencia, trazando así la esencia de un viñedo excepcional.
P.V.P. 19 €
Sanamaro sobre lías 2021
Sanamaro es un vino de parcela que nace de la selección de las mejores uvas Albariño y Loureiro. Es un vino, según su creadora, «muy mimado», complejo y elegante que destaca por su mineralidad y voluptuosidad, resultado de una crianza sobre lías durante 6 meses en tina de roble francés. Cada nueva añada que sale al mercado (no se elabora todos los años porque depende de la evolución de la Loureiro, una uva muy delicada) se recibe en bodega con «ilusión y orgullo». Esta última, la 2021, es nítida y de aromas muy intensos y, en boca, afrutada, amplia y sedosa, con recuerdos de frutos secos y flores blancas.
P.V.P. 40,25 €
UN GRUPO QUE IMPULSA EL TALENTO FEMENINO
Bodegas y Viñedos del Marqués de Vargas, liderado por Pelayo de la Mata, Marqués de Vargas y Conde de San Cristóbal, es un sello vitivinícola líder en nuestro país que apuesta firmemente por la consolidación de la mujer en el mundo del vino. Dos de sus tres bodegas –Pazo de San Mauro, en Rías Baixas, Marqués de Vargas, en Rioja, y Conde de San Cristóbal, en Ribera del Duero– cuentan con mujeres al frente del proyecto enológico y otras ocupan puestos de responsabilidad como Patricia Rodríguez, la directora financiera del grupo o el María Vecino, al frente de Visitas Institucionales y Comunicación del grupo.