El presidente francés Emmanuel Macron ha declarado estar dispuesto a iniciar discusiones sobre la creación de un sistema de disuasión nuclear para Europa en respuesta a las crecientes tensiones con Moscú.
En una entrevista con el periódico Le Monde, Macron expresó su disposición a abordar este tema tras una solicitud del futuro canciller alemán, Friedrich Merz. Sus comentarios surgen luego de informes que indican que Francia estaría dispuesta a utilizar su capacidad nuclear para proteger a Europa.
Macron mencionó en una entrevista con la televisión portuguesa que, si Europa busca «mayor autonomía» en cuestiones de defensa, sus líderes deben iniciar una discusión estratégica y «abierta» sobre un sistema de disuasión nuclear.
Estas declaraciones se producen en un contexto en el que la posición de Rusia, encabezada por el presidente Vladimir Putin, sigue siendo una preocupación central para los líderes europeos.
La idea de que Francia extienda su paraguas nuclear a Europa no es nueva, pero el contexto actual es muy diferente debido a los cambios en la política internacional, especialmente con la administración de Donald Trump en Estados Unidos.
Boris Johnson, ex primer ministro del Reino Unido, mencionó el delirio de que Ucrania debería tener su propio arsenal nuclear debido al peligro que representa Rusia, que ha emitido varias amenazas nucleares desde el inicio de la guerra.
Por su parte, Macron también declaró que, si sus colegas europeos desean avanzar hacia una mayor autonomía en defensa y capacidades de disuasión, se debe abrir una discusión profunda sobre el tema. Macron aseguró que está disponible para este diálogo, aunque advirtió que se trataría de un tema «muy estratégico» y confidencial.
La idea de que Francia, el cuarto poder nuclear más grande del mundo, extienda su disuasión nuclear a Europa se ha contemplado anteriormente en la historia, pero el contexto actual es sin duda único.
Por primera vez en la historia de la OTAN, Estados Unidos ha tomado una postura distante a la de sus aliados europeos. Trump, al intentar poner fin a la guerra en Ucrania, ha generado temores de que los intereses bélicos de Europa no puedan verse asegurados.
Además, Trump parece más centrado en el gran desafío que representa China, lo que ha llevado a los países de la OTAN a cuestionar si los Estados Unidos seguirán apoyando la defensa de Europa en caso de un improbable ataque militar ruso.
Este cambio de postura por parte de Estados Unidos ha llevado a Macron a considerar un escenario en el que Trump no se muestre dispuesto a usar la disuasión nuclear de Estados Unidos para detener a las fuerzas rusas en caso de un conflicto.
Según informes, Macron planteó la idea de un paraguas nuclear francés para Europa durante su encuentro con Trump en la Casa Blanca, sugiriendo que aviones de combate »Rafale» armados con misiles nucleares podrían ser desplegados en Alemania como parte de esta estrategia.
La posibilidad de un «Euro-nuclear» o de una fuerza disuasoria conjunta anglo-francesa también ha sido considerada, aunque esto presenta dificultades. El Reino Unido, a diferencia de Francia, no dispone de bombas nucleares lanzadas por aire, ya que su arsenal de armas nucleares consiste exclusivamente en misiles balísticos lanzados desde submarinos.
De hecho, el Reino Unido es un miembro destacado del Grupo de Planificación Nuclear de la OTAN desde 1966, mientras que la disuasión nuclear francesa opera de manera independiente a la Alianza.
Si Europa pierde el paraguas nuclear de Estados Unidos, surge la duda por parte de los europeos, de que Putin pueda arriesgarse a invadir el continente, de acuerdo a funcionarios europeos. A pesar de que Francia y el Reino Unido tienen arsenales nucleares significativos, los expertos sugieren que la credibilidad de la disuasión es crucial.
Históricamente, Francia ha intentado convencer a sus aliados europeos de la necesidad de una capacidad militar europea independiente, que complemente o sustituya a la protección que brindan los Estados Unidos.
Sin embargo, incluso Francia no es tan independiente como parece, ya que en la década de 1970, durante la presidencia de Georges Pompidou, se llevaron a cabo discusiones secretas con Estados Unidos para que los especialistas estadounidenses asistieran en el desarrollo del programa de misiles balísticos de Francia.
En cuanto al Reino Unido, su relación nuclear con Estados Unidos ha sido fundamental desde los acuerdos de defensa mutua de 1958 y el acuerdo de venta de misiles Polaris en 1963.
Esta colaboración ha sido clave para la capacidad nuclear británica, que depende en gran medida de tecnología estadounidense, especialmente en los submarinos de misiles nucleares Trident.
La posibilidad de una disuasión nuclear europea sin el respaldo de Estados Unidos genera dudas sobre la efectividad de este sistema, ya que Europa depende en gran medida de la capacidad militar de los Estados Unidos.
