La iniciativa, liderada por estudiantes, busca crear un espacio para compartir y debatir sobre literatura en un ambiente universitario. El nuevo club propone lecturas quincenales y encuentros abiertos a toda la comunidad de la Universidad Loyola.
La Universidad Loyola ha dado la bienvenida de nuevo al Club de Lectura que, aunque joven, ha despertado el interés de estudiantes de diversas disciplinas. En su segunda sesión, celebrada en la Sala de Grados (A-1.04) del Campus de Sevilla, miembros y coordinadoras compartieron sus experiencias y reflexiones sobre la lectura del thriller “El Cuarto Mono” de J.D. Barker.
«Un espacio para compartir con voces diversas»
Esther Sánchez y Silvia Núñez, coordinadoras del club y estudiantes de los grados Administración y Dirección de Empresas e Ingeniería Informática y Tecnologías Virtuales, explican que la idea surgió tras descubrir que el Club de Lectura existente estaba cerrado. Ambas se unieron al entusiasmo de otros compañeros, proponiendo al Servicio de Cultura de la universidad la reactivación del espacio literario: “Cuando entramos a la universidad nos dijeron que había clubs y nosotras siempre hemos querido leer, así que decidimos hacerlo”, comenta Esther. Así, el club se estableció como un lugar donde los amantes de la lectura pueden compartir sus intereses, explorar nuevos géneros y desarrollar habilidades como la oratoria.
En cuanto a la estructura de las sesiones, Silvia detalla que las reuniones son colaborativas y flexibles: “No planeamos las reuniones con demasiada antelación porque, al ser encuentros de discusión sobre la lectura, no siempre sabemos hasta dónde llega cada persona”. Esta dinámica ha permitido que los miembros, como Jaime Álvarez, Guillermo Laz y Carmen Mariño, se sientan cómodos expresando sus opiniones y explorando distintas interpretaciones del libro en cuestión.
El nuevo Club de Lectura ha logrado congregar a estudiantes de disciplinas tan variadas como Informática, Psicología, ADE, Producción Musical y Comunicación, lo que aporta una rica diversidad de perspectivas a cada discusión literaria.
Jaime, quien ya cuenta con experiencia en este tipo de actividades, destaca cómo el intercambio de opiniones le permite profundizar en los textos: “Cuando lees un libro solo, tienes tu perspectiva. Si lo hablas con más gente, puedes apreciar detalles que habías pasado por alto”. Guillermo, por su parte, se ha unido con el propósito de explorar nuevos géneros y autores: “Me gustaría descubrir nuevos géneros y autores lejanos a lo que estoy acostumbrado”. Carmen, quien es nueva en el mundo de los clubes de lectura, también ha encontrado en este espacio una oportunidad de crecimiento personal: “La verdad que mi experiencia ha sido muy buena”.
Durante la última sesión, los miembros debatieron sobre las diversas teorías que el libro actual podría evocar, dejando abiertas múltiples interpretaciones. Jaime menciona que estas conversaciones han ampliado sus perspectivas, un sentimiento compartido por Guillermo y Carmen, quienes se quedaron con la idea de que las “puertas están abiertas” para nuevas reflexiones.
«Un refugio en la vida universitaria mirando hacia el futuro»
Para los miembros, el club representa más que un simple grupo de lectura. «Leer es una vía de escape que permite pasar tiempo con uno mismo», reflexiona Silvia. «No se trata solo de leer un texto, sino de reflexionar, sacar conclusiones y tener una conversación con tu yo interior».
Las reuniones quincenales se han convertido en un espacio donde los estudiantes no solo comparten sus interpretaciones literarias, sino que también desarrollan habilidades cruciales como el pensamiento crítico y la empatía.
«El club fomenta la empatía y el pensamiento crítico»
Las coordinadoras del club también ven un futuro prometedor para la comunidad lectora de la universidad. “Mucha gente ve la lectura como una obligación”, reflexiona Esther, “nuestro objetivo es cambiar esa percepción y mostrar que la lectura es una oportunidad para descubrir nuevos intereses”. Con un ritmo moderado de lectura, las coordinadoras esperan atraer a más estudiantes, especialmente a aquellos que no están acostumbrados a leer.
Silvia enfatiza cómo el club no solo fomenta el pensamiento crítico, sino también la empatía: “Expresar nuestras opiniones sobre el libro nos ayuda a descubrir otros puntos de vista. Esto fomenta el pensamiento crítico, ya que empiezas a considerar diferentes interpretaciones”. Esther añade que compartir estas perspectivas abre la mente y enriquece la experiencia de lectura conjunta.
El club, aunque en sus primeras etapas, ya ha planeado diversas actividades, como asistir juntos a la Feria del Libro de Sevilla y organizar meriendas temáticas relacionadas con las lecturas. Ambas coordinadoras están entusiasmadas con la idea de invitar a autores y fomentar la interacción con otros clubes literarios, creando así un ambiente dinámico y acogedor.
En definitiva, el Club de Lectura no solo promueve el amor por los libros, sino que también se convierte en un catalizador para el desarrollo personal y académico de sus miembros. Con un ambiente familiar y un enfoque en la colaboración, este nuevo club parece estar en el camino de convertirse en un punto de encuentro literario esencial en el campus.
Si estás interesado en pertenecer al Club o en asistir a alguna de sus sesiones, puedes informarte a través de