La Universidad Loyola ha celebrado el seminario “El desarrollo y el cuidado de la casa común: Redes y proyectos internacionales” en el que se han presentado redes y proyectos creados en el seno de las Universidades de la Compañía de Jesús para la investigación en desarrollo y sostenibilidad.
El grupo de investigación Estudios de Desarrollo de la Universidad Loyola, liderado por la investigadora Mª Luz Ortega ha organizado este seminario con el fin de promover en la Universidad Loyola las redes, documentos y grupos existentes en las universidades de la Compañía de Jesús en todo el mundo.
Proyectos de investigación y educación transformadora
En un esfuerzo por profundizar en los retos de la sostenibilidad y la ciudadanía global, María Eugenia Ibarrarán, de la Universidad Americana de Puebla, y Rachel Elfant, de la Universidad Loyola de Chicago, lideraron el seminario orientado a analizar el papel fundamental de las redes universitarias en la promoción de un desarrollo sostenible. En el evento se plantearon los desafíos ambientales y sociales actuales, abriendo un diálogo sobre posibilidades de proyectos de investigación colaborativa y programas de educación transformadora como caminos hacia la solución.
El seminario comenzó con una presentación que destacaba la importancia de las redes universitarias para fortalecer la cooperación en la investigación y la enseñanza de temas ambientales y de justicia social. En sus intervenciones, María Eugenia y Rachel resaltaron el rol de las instituciones académicas como plataformas para el desarrollo de alianzas estratégicas. Según María Eugenia, estas redes no solo amplían los horizontes de cada institución, sino que también permiten responder de manera más efectiva a los retos globales. Por su parte, Rachel apuntó que esta coordinación ayuda a crear programas de investigación conjunta que pueden abordar las necesidades locales de cada región a través de un enfoque global.
“Estas redes no solo amplían los horizontes de cada institución, sino que también permiten responder de manera más efectiva a los retos globales.” María Eugenia Ibarrarán
La colaboración entre universidades en seminarios y proyectos permite abrir nuevos caminos para la educación en ciudadanía global y fomenta el compromiso con el medio ambiente, destacaron ambas ponentes. Estas redes ofrecen un espacio para intercambiar conocimientos y desarrollar soluciones prácticas que tengan un impacto sostenible en las comunidades.
“Esta coordinación ayuda a crear programas de investigación conjunta que pueden abordar las necesidades locales de cada región a través de un enfoque global. esta coordinación ayuda a crear programas de investigación conjunta que pueden abordar las necesidades locales de cada región a través de un enfoque global.” Rachel Elfant
Uno de los temas centrales del seminario fue la crisis medioambiental, un problema complejo agravado por prácticas agrícolas insostenibles y la explotación excesiva de los recursos naturales. Durante el evento, María Eugenia y Rachel discutieron cómo los estudios realizados por universidades jesuitas, como “Sanar un mundo herido” y “Por una economía global justa, Construir sociedades inclusivas y sostenibles” destacan los impactos negativos de estas prácticas en las comunidades más vulnerables. Estos estudios subrayan la necesidad de una economía que no solo se enfoque en el crecimiento económico, sino también en la justicia social y la equidad ambiental.
La desigualdad fue otro de los aspectos abordados en profundidad. María Eugenia explicó que los países más pobres experimentan mayores niveles de desigualdad, lo que dificulta el acceso de sus ciudadanos a servicios básicos como educación y salud. Según ella, este fenómeno es más pronunciado en América Latina, donde, por ejemplo, las consecuencias de las inundaciones y otros desastres naturales son mucho más graves en comparación con otras regiones, debido a la falta de infraestructura adecuada.
Asimismo, las ponentes se refirieron al fenómeno de la urbanización rápida como otro factor que contribuye al incremento de la pobreza y la desigualdad. María Eugenia señaló que el crecimiento descontrolado de las ciudades puede llevar al aumento del consumismo y a conflictos culturales y religiosos. Para enfrentar estos desafíos, ambas académicas invitaron a los participantes del seminario a colaborar en proyectos de investigación que permitan analizar estos problemas desde diversas perspectivas y en diferentes contextos.
Indicadores de desarrollo y el papel de la educación transformadora
Durante su presentación, María Eugenia subrayó la importancia de medir la pobreza y la desigualdad mediante indicadores específicos que permitan un diagnóstico certero de la situación en cada región. A través de estudios comparativos, los académicos pueden comprender mejor la distribución de la riqueza y los niveles de vulnerabilidad en las diferentes comunidades. Además, las investigaciones lideradas por grupos jesuitas han revelado que la explotación intensiva de los recursos naturales afecta directamente a las comunidades más empobrecidas, quienes enfrentan mayores dificultades para recuperarse de estos impactos debido a la falta de acceso a servicios básicos.
En cuanto a las recomendaciones para avanzar en la investigación y la docencia, María Eugenia y Rachel hicieron un llamado a integrar una educación transformadora en las universidades, un modelo educativo que fomente el desarrollo de una conciencia crítica en los estudiantes. Las ponentes señalaron que los jóvenes deben ser formados para involucrarse activamente en la resolución de problemas ambientales y sociales, y que una educación transformadora es clave para prepararlos como ciudadanos globales responsables.
“Laudato Sí”, un recurso esencial
El seminario también abordó documentos influyentes en temas de sostenibilidad y justicia social, como la encíclica “Laudato si”, en la que el Papa Francisco denuncia la crisis socioambiental actual y la considera una crisis integrada, y no como problemas separados. Este documento, según explicaron María Eugenia y Rachel, es un recurso esencial para comprender la relación entre el cuidado del medio ambiente y la justicia social, proporcionando una base ética para la investigación y la acción.
Rachel destacó varias iniciativas implementadas por la Universidad Loyola de Chicago, como un programa de biodiésel y un proyecto de agricultura urbana, los cuales son ejemplos de cómo las universidades pueden contribuir a la sostenibilidad a nivel local. También mencionó el proyecto “Sanando la Tierra” un recurso educativo disponible en varios idiomas que integra perspectivas científicas, éticas y espirituales, y que busca promover la conciencia ambiental en distintas culturas.
Finalmente, Ignacio Garrido Cruz, coordinador de redes en el Servicio de Relaciones Internacionales de la Universidad Loyola, explicó la importancia de las redes universitarias para facilitar la investigación comparada y multidisciplinar, ampliar horizontes y responder de manera más efectiva a los retos globales y regionales. Ignacio destacó que las redes universitarias facilitan la investigación comparada y multidisciplinar, permitiendo a las instituciones colaborar en proyectos que aborden problemas globales y regionales.
Ignacio Garrido también presentó varios proyectos internacionales, como el «Laudato sí Seven Years Journey» y el «Nuevo Paradigma de Educación Empresarial Jesuita», que buscan promover la sostenibilidad y la justicia medioambiental.
El «Laudato sí Seven Years Journey», liderado por la Universidad Loyola de Chicago, busca convertir a las universidades en instituciones Laudato sí en un periodo de siete años. El «Nuevo Paradigma de Educación Empresarial Jesuita», busca rediseñar el currículum y la pedagogía en las facultades de empresariales, integrando los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la encíclica Laudato sí.
Ignacio mencionó el programa «Magis Exchange», que ofrece una educación en ciudadanía global medioambiental a través de un intercambio internacional y un aula global, combinando la internacionalización, el servicio y la educación.
El seminario concluyó con una invitación a los asistentes a participar en varios proyectos y redes, como el libro Sanando la Tierra y el Congreso Internacional de Universidades Jesuitas, al que es posible presentar resúmenes hasta el 31 de diciembre. Este evento subrayó la necesidad de una cooperación internacional sólida y un compromiso compartido para enfrentar la crisis medioambiental y social en el marco de una ciudadanía global responsable.