El impacto de la sequía prolongada y persistente que se vive en Cataluña desde 2021 se sigue reflejando en la bajada de la calidad del agua de los ríos y rieras de Osona. La reducción de los caudales de forma sostenida durante los últimos cuatro años ha afectado a la capacidad de dilución de los contaminantes del agua (que llegan de forma directa o difusa) y ha hecho disminuir los ambientes necesarios para la vida de los macroinvertebrados acuáticos (entre otra flora y fauna), reduciendo la presencia de los grupos más sensibles. Así lo constata el estudio «Seguimiento del estado ecológico de los cursos fluviales de Osona», que desde 2002 elabora anualmente el Centro de Estudios de los Ríos Mediterráneos (CERM) de la Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), área ambiental del Museo del Ter.
El estudio del CERM confirma que en 2024 la calidad biológica de los ríos y rieras de Osona que se obtiene, entre otros parámetros, del análisis de los macroinvertebrados acuáticos (los organismos empleados más ampliamente como indicadores biológicos de calidad del agua) sigue siendo tan mala como los malos. La calidad es entre mala y mediocre en los tramos del Meder, Gurri y Rimentol, todos ellos tramos de río agrícolas y urbanos. En el resto de tramos, sobre todo del Ter, el Ges y la riera Major, donde antes de la sequía de los últimos cuatro años la calidad era buena, se mantiene el bajón cualitativo, con valores que no llegan a los de los años anteriores.
Los parámetros físico-químicos (conductividad eléctrica o salinidad, oxígeno disuelto y compuestos de nitrógeno y fósforo) de los cursos fluviales de Osona corroboran también esta disminución general de la calidad de todos los tramos estudiados. “Se siguen encontrando valores malos de los parámetros físico-químicos en la mayoría de los ríos agrícolas y urbanos de Osona, como el Meder, Gurri y Rimentol”, explica Marta Jutglar, técnica del CERM y coautora del estudio. Según ella, «este 2024 destacan concentraciones de nutrientes muy elevadas en la mayoría de los tramos y una concentración de oxígeno muy baja debido a la disminución del caudal». Un caso diferente es el curso principal del Ter, el Ges en Forat Micó y la riera Major, que tienen, con alguna excepción puntual, una calidad buena o muy buena en la mayoría de los parámetros.
El estudio revela que la calidad del bosque de ribera se mantiene similar a los años anteriores, con categorías entre intermedias y buenas. Los ríos más urbanos o agrícolas, como Gurri, Meder y Rimentol, obtienen valores bajos en este parámetro, con un bosque de ribera que ha sufrido una degradación importante. Por su parte, los ríos más naturalizados o de cabecera tienen un bosque de ribera más consolidado y una calidad muy buena.
Medidas de contención y datos históricos
La memoria de 2024 del CERM concluye que, dado que los ríos y rieras de Osona —sobre todo los de la Plana de Vic— ya disponen de manera natural de un caudal reducido, en momentos prolongados de sequía como el actual hay que continuar aplicando medidas de contención como estímulos o restricciones a los estímulos o restricciones.
Otra recomendación apunta a que habría que trabajar más firmemente para mejorar la calidad físico-química y biológica de los tramos de agua que no llegan al umbral establecido. En este sentido, «un consumo de agua más eficiente, una aplicación menor de abonos en los campos, un cambio de los baremos de vertido de las depuradoras en períodos de sequía y la restauración de los bosques de ribera, siguen siendo asignaturas pendientes en los ríos de Osona», explica Marc Ordeix, coordinador del CERM.
El estudio también constata la necesidad de implementar medidas de gestión forestal, con todas las prevenciones necesarias, que adapten la cubierta vegetal del conjunto de la cuenca para incrementar el flujo de agua hacia los ríos y las rieras, lo que también debería conseguir una mayor resiliencia frente a los incendios forestales.
Con los resultados obtenidos en este último estudio, comenta Núria Sellarès, técnica del CERM, «se confirma la importancia de disponer de una serie histórica de datos anuales del estado de los ríos y rieras de Osona, necesaria para gestionar correctamente los recursos hídricos y preservar la biodiversidad, que no debería disminuir más».
Dieciséis tramos fluviales incluidos en el muestreo
Los resultados de la memoria provienen de los muestreos realizados durante la primavera y el verano del año 2024, en los que se analizaron diversos parámetros hidromorfológicos, físico-químicos y biológicos de un total de dieciséis tramos de río de la cuenca del río Ter en la comarca de Osona.
El CERM lleva a cabo desde el año 2002 una evaluación regular del estado ecológico de los cursos fluviales de Osona con el propósito de conocer su evolución y, en su caso, corregir posibles disfunciones. En 2024 el estudio del CERM ha continuado contando con el apoyo, mantenido desde el inicio, de los ayuntamientos de Vic y de Manlleu, y la colaboración del laboratorio de Depuradores de Osona, SL en la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Vic, así como con la participación de Liquats Vegetals, SA; Aigües de Vic, SA, y el Consorcio del Espacio Natural de las Guilleries-Savassona.