Hasta 2040 está previsto un extraordinario incremento en las sustancias minerales necesarias para el desarrollo de las tecnologías limpias. Las necesidades de Litio se multiplicarán por 40, las de grafito por 25, las de cobalto y níquel por 20, las de aluminio y cobre por 10 y las de tierras raras por 7. “Son aumentos que suponen un enorme desafío para la extracción, el procesamiento y el reciclado de estos materiales”, explica el profesor de la UPCT Emilio Trigueros, quien junto a Pedro Martínez Pagán ha participado esta semana en el taller ‘El desafío de las materias primas críticas para una España sostenible’, organizado en Granada por el Instituto Andaluz de la Tierra en colaboración con el CSIC y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Durante el encuentro se presentaron varias ponencias y mesas de debate, analizando las necesidades de suministro de minerales que necesita Europa para desarrollar la transición ecológica y hacer frente al cambio climático y que están recogidas en el Reglamento marco de la UE para garantizar el suministro seguro y sostenible de materias primas fundamentales.
“Los objetivos que se exige la UE con esta nueva norma se basan en disponer de un consumo del 10% de recursos minerales propios, que los recursos procedentes del reciclado lleguen a constituir el 25% de las necesidades de la UE y que las industrias de procesado propias generen el 40% de nuestras necesidades”, detalla Trigueros, quien recuerda que China lleva 15 años “acumulando reservas procedentes de los países africanos y, sobre todo, liderando de forma abrumadora el procesado de la mayor parte de estas sustancias críticas que luego vende al resto del mundo”. En el gigante asiático se procesa el 40% del cobre, el 60% del litio, el 74% del cobalto y el 85% de las tierras raras.
“De esa forma, tiene garantizado el liderazgo en fabricación de productos elaborados tan importantes como las celdas de baterías, los cátodos y los materiales anódicos, de los fabrica el 90% mundial. China es líder en la producción de vehículos eléctricos, paneles solares, turbinas eólicas y electrolizadores de hidrógeno”, especifica el investigador de la Escuela de Caminos y Minas de la UPCT.
Una de las principales herramientas que proporciona el Reglamento europeo es la catalogación de proyectos estratégicos a los que estén alineados con sus objetivos, facilitando su tramitación. “Serán proyectos con los máximos estándares medioambientales, con las mejores tecnologías disponibles y preparados por grupos multidisciplinares de geólogos, ingenieros de minas e industriales, biólogos y medioambientalistas”, avanza Trigueros, indicando que gran parte de ellos estarán localizados en España, “una gran potencia minera en la UE”.
El Reglamento garantiza la financiación preferente, el apoyo y acompañamiento en la búsqueda de líneas de financiación y en las convocatorias habituales de la UE para proyectos no solo de minería sino de reutilización y de sustitución, con disposiciones para realizar inventarios de los recursos estratégicos y de las sustancias de interés contenidas en todos los depósitos de residuos mineros con el objetivo de conocer las posibilidades que puedan ofrecer como nuevas fuentes de suministro.
Por otra parte, la UE establece una moratoria en relación con la posibilidad de explotación de los entornos marinos. Estableciendo un periodo no limitado hasta que se analicen las tecnologías que pretenden aplicarse y se garantice la no afectación de estas al medio ambiente marino.
Profesión demandada
La necesidad de profesionales en la cadena de exploración, extracción, procesado y reutilización de todas estas sustancias críticas fue uno de los temas que se trató en Granada, con una mesa de debate, en la que participó Martínez Pagán en representación de la UPCT, sobre la formación que se imparte en los grados en Ingeniería en Recursos Minerales y Energía y en los másteres en Ingeniería de Minas.
“Se plantea como necesario también la divulgación hacia la sociedad de la importancia de este ámbito de acción en el que se van a generar grandes oportunidades profesionales. Preparar una adecuada acogida social a esta necesidad europea, a partir de la percepción positiva ligada a los objetivos de la sostenibilidad y lucha frente al cambio climático”, añade Trigueros.