Un catedrático de la UPNA presenta en Argelia soluciones energéticas sostenibles con biocombustibles avanzados

Antonio Gil Bravo, catedrático e investigador del Instituto de Materiales Avanzados y Matemáticas (INAMAT2) de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), ha impartido una conferencia en Argelia sobre las últimas tecnologías para obtener, de forma eficiente, biocombustibles líquidos avanzados a partir de residuos agrícolas, forestales, desechos urbanos e industriales y algas. Dichos biocombustibles son una alternativa a los combustibles fósiles, especialmente, en sectores donde la electrificación no es viable, como el transporte aéreo, marítimo y de carga pesada. 

zoom biocombustibles argelia

El catedrático de la UPNA Antonio Gil Bravo, durante su ponencia en el congreso celebrado en Argelia.

La ponencia tuvo lugar en la Conferencia Internacional sobre Ingeniería Química para la Industria del Petróleo y el Gas (International Conference on Chemical Engineering for Oil and Gas Industry ICCE»24-OGI), celebrada recientemente en la Universidad Ferhat Abbas de Sétif (Argelia) y organizada por dicho centro académico y la compañía estatal de hidrocarburos Sonatrach, la empresa más grande del país norteafricano y que está situada entre los consorcios petroleros más destacados del mundo.

Biocombustibles para una energía sostenible

“Hoy en día, los biocombustibles tienen un papel vital que desempeñar en la transición global hacia una energía sostenible y renovable —destacó Antonio Gil en su conferencia—. Junto con los vehículos eléctricos y el aumento de las energías renovables, pueden ayudar a alejarnos del uso del petróleo en el transporte de pasajeros. También son la única alternativa práctica a los combustibles fósiles para aviones, barcos y camiones de transporte pesado donde otras fuentes de energía potenciales están muy restringidas”. 

En su exposición, el catedrático de la UPNA describió la variedad de fuentes de donde se pueden obtener los biocombustibles líquidos avanzados, como “residuos agrícolas asociados con cultivos alimentarios, residuos forestales, como el serrín de la producción de madera, desechos orgánicos sólidos —incluidas las fracciones biodegradables de desechos municipales e industriales, así como desechos de jardinería— y algas”. 

“Estas opciones emergentes amplían la gama de materias primas disponibles para producir biocombustibles destinados al transporte, al tiempo que mitigan los riesgos de sostenibilidad asociados con el cambio de uso de la tierra y la competencia por la producción de alimentos —afirmó el investigador—. Los desechos no compiten con la producción de cultivos o de madera, sino que crecen junto a ella. Los pastos y los árboles de alto rendimiento pueden producir más energía por unidad de superficie terrestre que los cultivos convencionales para biocombustibles, lo que potencialmente mitiga el impacto de cualquier cambio en el uso de la tierra”.

Tecnología para combustibles sostenibles

Durante su ponencia, Antonio Gil presentó los avances logrados por el grupo de investigación que dirige: el de Tecnologías y Aplicaciones Medioambientales del Instituto INAMAT2, cuyos estudios cuentan con el respaldo del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y del Gobierno de Navarra. Dichos trabajos se centran en los procesos de transformación termocatalíticos, que consisten en aplicar calor y unas sustancias químicas llamadas catalizadores para descomponer los residuos orgánicos y convertirlos en biocombustibles líquidos de alta calidad. Este método mejora la eficiencia de la conversión, reduce el desperdicio y permite aprovechar de forma más eficiente materiales como restos agrícolas, forestales o desechos urbanos para producir combustibles sostenibles.

Los resultados de estas investigaciones han sido publicados en revistas de alto impacto en el área de ingeniería química y catálisis, como “Catalysis Reviews – Science and Engineering”, “Chemical Engineering Journal”, “Catalysis Today” o “Fuel”, entre otras.