El alcalde, José Julián Gregorio, ha destacado el respaldo del Ayuntamiento a la Semana Santa de Talavera, que es una de “las mejores semanas santas de la región, digna de admirar y que cada año se renueva y se engrandece”.
Así se ha pronunciado en el acto de presentación del cartel oficial de la Semana Santa 2025, cuyo ganador ha sido el sevillano, Álvaro Pérez Fabre, estudiante de Bellas Artes. Evento en el que ha estado acompañado por el presidente de la Junta de Cofradías de Talavera, Óscar Fernández, el provicario general de la Archidiócesis, Raúl Muelas, y parte del equipo de Gobierno.
El alcalde ha felicitado al ganador por el gran trabajo que ha llevado a cabo, consiguiendo recoger de “manera fiel y vibrante la Semana Santa talaverana”, y cómo ha sabido elegir “cada elemento creando un equilibrio y una relación entre ellos”.
Además, ha agradecido la dedicación y el esfuerzo de las 12 hermandades de Talavera, de la Junta de Cofradías y Hermandades, de todos los que forman nuestra iglesia, y en definitiva de “los que hacen posible las procesiones y actos que cada año hacen grande nuestra Semana Santa”.
SOBRE EL CARTEL
El autor ha explicado que el protagonista de la obra es la imagen de Cristo Resucitado, representado en un estilo “valiente”, tanto en la composición como en el colorido, buscando crear una imagen que sea visualmente “impactante”, y que representa el colofón festivo de la Semana Santa con la resurrección del Señor.
El Cristo ocupa el centro de la composición, flanqueado por dos nazarenos de la corporación. Ambos interactúan con instrumentos: el primero toca un tambor mientras la pequeña nazarena hace sonar una campanilla, creando una composición piramidal, donde las líneas visuales de sus miradas “nos llevan al Señor”. Además, estos elementos se encuentran en un mismo espacio, sobre un monte cuyas flores parecen cobrar vida conforme se posicionan cerca del Resucitado.
Por otra parte, el cielo, con un gran colorido, corona la escena, el cual da la impresión de abrirse en dos, para “que unos querubines se asomen, observando lo que sucede en la tierra, y en el horizonte encontramos la silueta de La Colegial”.
Por último, el texto acompaña la composición del cartel, recorriendo el conjunto “como si de lienzos suspendidos en el aire se tratasen”. Con letras rojas y una tipografía gótica, el texto alude tanto a la sangre de Cristo como a las vendas que San Pedro encuentra a su llegada al sepulcro vacío.