Beata Pasta abre en Gran Vía con una nueva dimensión. Beata Pasta aterriza en el corazón de la capital con un concepto que fusiona la gastronomía italiana y la exploración espacial; un nuevo universo para los pasta lovers, que transforma la gastronomía en una experiencia inmersiva y rinde homenaje a la exploración, la imaginación y la pasión por este ingrediente
Con Beata Pasta Gran Vía, la familia crece y la propuesta gastronómica se renueva en el que es el tercer local de la marca, que mantiene el ADN de la compañía, pero con un carácter propio; un espacio para disfrutar, socializar y descubrir una trattoria 2.0 sin clichés, pero fiel a la autenticidad del país trasalpino
Pasta fresca hecha al momento, ingredientes prémium y recetas con un giro moderno son la base de su oferta culinaria, que como novedad contará en Gran Vía con la pizza al padellino; con el azul y el plateado como colores protagonistas, neones, espejos y referencias astronómicas convierten el local en un escenario envolvente
Con esta nueva apertura de Baldoria Group, ya son cuatro los locales que el empresario napolitano Ciro Cristiano tiene en Madrid: Baldoria, Beata Pasta Bilbao, Beata Pasta Princesa y el flamante Beata Pasta Gran Vía, además del food truck de Beata Pasta
Madrid, febrero de 2025.– Beata Pasta abre en Gran Vía con una nueva dimensión. El cielo se queda corto cuando hablamos de la revolución de la pasta fresca en Madrid. Beata Pasta abre un nuevo local (Gran Vía, 22) con el que queda patente que este movimiento foodie protagonizado por el ingrediente más popular de Italia ha traspasado los límites de la capital para llegar hasta el espacio exterior. Ubicado en la arteria madrileña por excelencia, Beata Pasta Gran Vía es un nuevo universo donde la gastronomía italiana y la imaginación se unen como nunca. Es el tercer local de la marca bajo una atmósfera sin igual: una galaxia, donde la Luna, las estrellas y la exploración espacial conforman un viaje culinario inolvidable por el cosmos más disfrutón, sabroso y suculento. La revolución de la pasta fresca se materializa en el templo más espacial y especial de Beata Pasta; una expedición gastronómica propia de astronautas, pero con los pies más en la tierra que nunca.
No hay nada más importante en Italia que la famiglia y eso queda patente en Beata Pasta Gran Vía, el nuevo fratello de la marca. Como en toda casa, cada uno tiene su propio lugar y Beata Pasta Gran Vía también: comparte el ADN de la compañía, pero tiene un carácter propio, que lleva al comensal a vivir una experiencia culinaria y sensorial totalmente diferente a la de los otros locales. A partir de ahora, los más lunáticos e intrépidos comensales pueden soñar despiertos porque ya tienen ese planeta culinario que tanto deseaban y en el que sentirse libres de disfrutar y socializar. Y es que la decoración y su propuesta gastronómica dejan huella.
Gracias a la genialidad de Baldoria Group —grupo de restauración liderado por el empresario napolitano Ciro Cristiano que engloba las marcas Beata Pasta y Baldoria—, Madrid cuenta con un concepto único en la capital, un restaurante de monoproducto que ha sido pensado, cuidado y diseñado al milímetro, donde se unen el diseño y la gastronomía auténtica italiana. La nueva sede de Beata Pasta cuenta con el sello indiscutible de creatividad e imaginación que tanto caracteriza al grupo; esta apertura es una forma de agradecer a todos los fieles que día tras día llenan los locales de la marca, santifican la pasta y piden más madera, pero también la oportunidad de captar el corazón de aquellos que aún no saben que la pasta se va a convertir en el plato de su vida.
OTRO UNIVERSO, MISMO ESENCIA
Beata Pasta Gran Vía es un símbolo de logro, de descubrimiento y de compartir a través de la gastronomía aquello que lo hace único. Un lugar creado con pasión para todos los amantes de la buena cocina y de las experiencias originales; una nueva oportunidad para que los pasta lovers sigan amando el producto italiano más universal. Porque si algo caracteriza a este establecimiento es que es un 100 % italiano, pero que se aleja de cualquier cliché para dar paso a la trattoria 2.0, esa en la que para dejar claro su seña de identidad no hacen falta los manteles de cuadros de antaño o las despensas de madera con botes harina; la autenticidad es más que eso.
Una vez más la tradición más rompedora tiene cita en Beata Pasta. El fervor, la pasión, el amor, la devoción, en definitiva, el culto a la pasta fresca se lleva a la máxima expresión en Gran Vía que, siguiendo la esencia de la marca, demuestra que la tradición no está reñida con los gustos actuales y con alcanzar nuevas esferas. Desde que el comensal se asoma a su impresionante cristalera descubre un nuevo universo donde la harina, el huevo y los sabores italianos conforman una nueva galaxia. Y es que una vez más la materia prima vuelve a marcar la diferencia para llevarnos a esa Italia verdadera. Ingredientes como el tomate San Marzano, la trufa de los Abruzos, la stracciatella de Puglia, la Nduja de Calabria o el limón de Amalfi, junto con la versión más actual de las recetas de toda la vida son el sello indiscutible de la casa.
El resultado es una propuesta gastronómica casera, de calidad y hecha al momento con una base de cocina tradicional, pero con un toque fresco y joven y donde la despensa le otorga ese carácter auténtico y único de esta tierra. Además, Beata Pasta Gran Vía también cede protagonismo en su cocina al producto de temporada, por lo que cuenta con una carta viva, vinculada a la estacionalidad y hecha por completo en casa —salvo el pan, de Panadariø—.
NUEVA CARTA Y GRANDES HITS
Simone Attolini, chef ejecutivo y mano derecha del grupo, y Anthony Vitale, jefe de cocina de Beata, son parte indispensable de este proyecto coral. La propuesta gastronómica de Gran Vía no deja indiferente a nadie y, además, cuenta con una gran novedad: la pizza al padellino, especialmente pensada para compartir, con una fermentación de la masa de 72 horas y una doble cocción que asegura su carácter crujiente y ligero —es una masa fina y etérea, alejada de la pizza napolitana—. Presentada ya cortada lista para disfrutar, cuenta con especialidades como la ‘Beata Margherita’ —salsa de tomate San Marzano, fior di latte, albahaca fresca y aceite de oliva virgen extra—, ‘Duomo di Parma’ —salsa de tomate San Marzano, tomates cherry, aceite de albahaca, jamón de Parma y stracciatella— o ‘La tartufada’—creama de trufa negra de Abruzzo, burrata de Puglia, ricotta de Bufala, setas y cebollino.
Además de pizza al padellino, la carta de Beata Pasta Gran Vía cuenta con antipasti; destacan nuevas propuestas para abrir el apetito, como la ‘Crunchy Nduja’—raviolis fritos rellenos de ricotta y Nduja, salsa de yogur griego, cebolla de Tropea y un toque de miel—, el ‘Pastrami Tonnato’ —pastrami ahumado y cocinado a baja temperatura con salsa tonnata, flores de alcaparras y salsa verde— o la ensalada ‘Omega 3’ —con productos de la huerta de Aranjuez—, que se suman a clásicos como la croqueta ‘Cacio & tartufo’, la ‘Burrata Putanesca’ o ‘La vita è (Straccia) bella’. Pero, sin duda, la pasta es la estrella de la carta, que se elabora a diario en el obrador y que se puede solicitar sin gluten. Entre las nuevas recetas, ‘Pacchero alla Vittorio’ —paccheri a los tres tomates rostizados, mantequilla y Parmigiano Reggiano 24 meses—, ‘Gambas y samba’ —espagueti, cacio e pepe, pimienta rosa, lima y tartar de gambas rojas—, ‘Candy me’ —originales caramelos de pasta rellenos de burrata, salsa de tomates cherry, crema de Pecorino Romano, tomate confit y albahaca— y ‘Real Bolognese’ —fetuccine con ragú a la boloñesa cocinado a fuego lento, tomate San Marzano, albahaca y crema de Parmigiano Reggiano—, que junto a hits como ‘Pistacho Love’, ‘Por fin, carbonara’ o ‘Tartufo Fest’ hacen las delicias de los pasta lovers. Los postres son otra bendita locura; la ‘Pannacota Spaziale’ —una particular versión piña colada con crumble, coulis de piña y coco—, el ‘Amalfimisú’—un tiramisú con el toque y el sabor del limón de Amalfi y mascarpone aromatizado— y la ‘Habibi Cake’ —tarta Dubái Chocolate rellena de crema de pistacho y pasta kataifi, chocolate fondant y masa quebrada al cacao negro— se suman a una cremosa tarta de queso, al tiramisú clásico y al artesano helado de fior di latte.
En cuanto a bebidas, Beata Pasta Gran Vía propone cuatro cócteles: Spritz clásico y su versión ‘Amalfi Spritz’—limoncello de Almafi, prosecco, zumo de limón y pepino—, limonada casera y una particular sangría, con un toque de Cointreau, zumo de limón y naranja. Además de cerveza, también ofrece seis referencias de vinos italianos, cada uno de ellos elegido por el sumiller del grupo (Manuel Sorana) y acorde a la propuesta de pasta; el comensal puede elegir entre blancos, tintos, espumosos y rosados, que se ofrecen por copas y por botellas.
UNA SINGULARIDAD QUE LO HACE ÚNICO
Si el amarillo de la pasta protagoniza Beata Pasta Bilbao y el rosa —por el amor a este ingrediente— Beata Pasta Princesa, ahora el azul más profundo y el plateado son los colores que inundan el local de Gran Vía para elevar el concepto de la pasta fresca a otra dimensión. Además de su característico escaparate a la calle desde donde ver el obrador de la casa y la cocina vista, como era de esperar, te recibe el rincón de la nonna con sus recetas, que invitan a iniciar un viaje en el tiempo y en el espacio. A partir de aquí Beata Pasta Gran Vía escribe otra historia, otro mundo se abre ante nuestros ojos: varios universos que se unen en uno solo, el del disfrute a la italiana. Con un aforo para 115 comensales y dos plantas, nada más entrar, el local cuenta con una primera zona donde se ve el ADN de la marca: una gran mesa alta para una decena de comensales, perfecta para compartir vivencias y con los clásicos azulejos pintados, y frente a ella la zona más característica de Beata, mesas bajas con un gran mural donde queda clara la intención de que ‘todos los caminos llevan a Beata’. Tras esto, el comensal viaja por un túnel del tiempo en el que es posible disfrutar en la mesa de la pasta fresca más actual acompañada de neones, espejos y frases míticas de Galileo Galilei, un pionero y visionario en el campo de la astrología, como alegoría de lo conseguido por la marca en este tiempo. Finalmente, la nave espacial llega a la meta, cuando por fin se puede tocar la Luna —hay una reproducción en el techo— y gritar a los cuatro vientos que amamos la pasta fresca ‘to the moon and back’, como reza uno de sus neones.
Unas escaleras conducen a la planta baja, donde queda patente lo que significa el trabajo en equipo y el buen rollo en esta gran famiglia. Beata Pasta no sería nada sin su equipo y sus sueños, algo que se representa en una gran pared con fotos de los miembros de la plantilla cuáles astronautas inmortalizando sus logros. Tras ello, otra sala para una treintena de comensales que puede concebirse como un espacio multifuncional, con posibilidad de convertirse en un reservado; un lugar en el que sentirse como dentro de la nave espacial, con ventanales que recrean distintos momentos gastronómicos, astronómicos y aeroespaciales.
BEATA PASTA GRAN VÍA
Dirección: Gran Vía, 22. Madrid
Teléfono: 660 18 31 01
Web: www.beata-pasta.com
Precio medio: 15-20 €
Horario: de lunes a jueves, de 12.30 h a 16.30 h y de 19.30 h a 23.00 h; viernes, sábados y domingos, de 12.30 h a 00.00 h
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