La Junta finaliza las obras y periodo de supervisión de las EDAR de Carcaboso y Alía con una inversión de 6,5 millones

La Junta de Extremadura entrega a los ayuntamientos de los municipios cacereños de Carcaboso y Alía la gestión y explotación de las EDARes (Estación Depuradora de Aguas Residuales) construidas en ambas localidades después de que haya transcurrido un año desde la finalización de las obras, periodo establecido para que la Junta compruebe el correcto funcionamiento de las mismas. La inversión conjunta en ambas depuradoras ha alcanzado los 6,5 millones de euros.

En concreto, en el caso de Carcaboso el objeto de la actuación ha sido la eliminación de todos los puntos de vertidos libres de aguas residuales que existían en la población y su tratamiento en una nueva EDAR, construida junto al río Jerte al sur del casco urbano.

La inversión realizada por la Junta de Extremadura ha sido de 2.470.222 euros que ha sido cofinanciada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Del mismo modo, en Alía la actuación ha consistido en eliminar los puntos de vertidos libres de aguas residuales sin tratar existentes en la población reconduciéndolos a la nueva EDAR. Para ello se han construido dos colectores de PVC 500 mm de diámetro que recogen los ocho puntos de vertidos que existían en dos vertientes diferentes, para su traslado hasta la EDAR construida al sur del casco urbano evitando así que estos lleguen hasta el río Guadalupejo.

La inversión realizada por la Junta de Extremadura ha sido de 4.023.749 euros, cifra que incluye la redacción del proyecto, la obra, la asistencia técnica de control y vigilancia y las expropiaciones, y ha sido cofinanciada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Ambas depuradoras están diseñadas con un tratamiento basado en la tecnología de biodiscos, complementado con decantador secundario y decantador digestor para el tratamiento de fangos.
Además, disponen de un pretratamiento con un sistema compacto que reduce la superficie necesaria, reduce los olores y facilita la explotación y mantenimiento.

Gracias a estas dos infraestructuras se evitará verter, cada año, a los cauces mencionados 180.000 m3 de aguas residuales sin depurar.