La Marcha Federal del Orgullo «Antifascista y Antirracista» celebrada recientemente en Argentina no solo dejó en evidencia su carácter marcadamente político, sino que también demostró qué tipo de personas se manifestaron.
Organizada bajo consignas de rechazo al Gobierno de Javier Milei, la manifestación poco tuvo que ver con la defensa de la «igualdad y la inclusión«, y se convirtió en un acto de confrontación directa con la administración libertaria.
En este contexto, durante la tarde, se difundió un video en redes sociales donde se puede ver a un degenerado que se subió desnudo al monumento al General Manuel Belgrano, en Plaza de Mayo, y se puso a mover el culo frente a todo el mundo, incluido niños.
Esto no fue un hecho aislado. La movilización tuvo como objetivo rechazar el discurso del presidente Javier Milei en Davos, en donde criticó la pedofilia avalada por el lobby LGBT, pero en la manifestación salieron a la luz varias situaciones preocupantes.
Entre ellas la presencia de manifestantes prácticamente desnudos que, como el del video y bajo la excusa de la «libertad sexual«, generaron indignación por su comportamiento inapropiado, especialmente al estar en un evento donde hay familias y niños.
El acto de desnudez, que ha sido recurrente en marchas anteriores, causó malestar entre gran parte de la ciudadanía, sobre todo entre los padres que se acercan a la manifestación con niños pequeños.
La pregunta surge: ¿Es adecuado que adultos mayores que se presentan de forma tan provocadora y explícita, utilizando el espacio público como un lugar para mostrar su desnudez, estén en frente de niños?
Otra cosa preocupante de esta movilización fue la clara politización del evento, donde la bandera del reclamo por los «derechos de las personas LGBT» se utilizó como un instrumento para avanzar en agendas partidarias de izquierda.
La contradicción no termina ahí, ya que esta misma marcha decidió incorporar banderas y símbolos contrarios a la libertad y diversidad sexual, como las banderas del Che Guevara, quien persiguió a homosexuales en Cuba, y las de Palestina, un territorio donde la homosexualidad es penalizada con la muerte.
Al enfocarse en comportamiento pedófilos y en banderas que no representan la verdadera lucha por la libertad, estas manifestaciones de izquierda demuestran que son solo un pobre intento para intentar desestabilizar al Gobierno de Milei, con toda la oposición de izquierda unida, defendiendo lo indefendible y criticando al presidente mediante afirmaciones falsas.