Los resultados del trabajo revelan la existencia de 25 tipos de hábitats antropogénicos que albergan más de 1100 especies de plantas, aproximadamente un quinto de toda la flora ibérica | La riqueza de la flora nativa en este tipo de entornos debe tenerse en cuenta en la planificación de espacios verdes y naturales dentro de las ciudades | Muchas de estas especies son candidatas interesantes para soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración con semillas de terrenos postindustriales degradados | El trabajo, liderado por el investigador Eduardo Fernández Pascual, ha sido publicado en la revista ‘Applied Vegetation Science’, de alto impacto en su área del conocimiento
La región cantábrica alberga 25 tipos de hábitats creados por el efecto directo de las actividades humanas. Esta zona geográfica es especialmente rica en estos entornos, ya que presenta ejemplos de hábitats típicamente templados, mediterráneos y endémicos de las montañas ibéricas. Estos espacios antropogénicos cantábricos albergan más de 1100 especies de plantas, aproximadamente un quinto de toda la flora ibérica. Estos son los principales resultados de una investigación, liderada por la Universidad de Oviedo, que ha sido publicada recientemente en la revista Applied Vegetation Science, de alto impacto en su área del conocimiento. Los investigadores de la institución académica asturiana explican que la riqueza de la flora antropogénica nativa hace que este tipo de hábitats deba tenerse en cuenta en la planificación de espacios verdes y naturales dentro de las ciudades. Muchas de estas especies son candidatas interesantes para soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración con semillas de terrenos postindustriales degradados.
Eduardo Fernández Pascual, profesor del Departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo e investigador del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo–CSIC–Principado de Asturias), recuerda que los hábitats antropogénicos son aquellos que se forman como consecuencia directa de las actividades humanas. Estos espacios conviven con los humanos dentro de las ciudades, en los pueblos y en las zonas agrícolas. “Un par de ejemplos son la vegetación que se forma en el entorno de los cultivos, y la que crece en zonas de tránsito humano como las cercanías de las casas, los muros o a lo largo de las vías de comunicación”, comenta este profesor.
“Las plantas que viven en estos hábitats no han sido plantadas por nadie, sino que crecen por sus propios medios, aprovechando las condiciones creadas por el ser humano, como los suelos perturbados y enriquecidos en nutrientes”, añade. En paisajes fuertemente humanizados, los hábitats antropogénicos pueden ser una parte importante de la naturaleza presente, pero, por lo general, son ignorados o desaprovechados por las políticas de gestión de la biodiversidad. Por ello, el trabajo dirigido por Fernández Pascual se ha ocupado de clasificar y describir la diversidad de la vegetación en los hábitats antropogénicos de los territorios cantábricos.
Objetivos del artículo
El trabajo ha analizado más de 2500 inventarios florísticos procedentes de toda la región cantábrica. Uno de los objetivos era revisar la clasificación de este tipo de hábitats, poniendo de acuerdo las clasificaciones regionales con las clasificaciones paneuropeas de vegetación y hábitats. Además, el estudio ha recopilado información sobre las especies que conforman la flora antropogénica cantábrica, para describir su composición en términos de origen geográfico (especies nativas y no nativas), sus rasgos biológicos (forma de vida, altura y fenología de la floración) y sus requerimientos ecológicos (preferencias por temperatura, humedad, perturbación…). Finalmente, los autores han generado descripciones de los hábitats basados en especies de plantas indicadoras, para facilitar la identificación y manejo de estos hábitats por parte de los gestores.
Clasificación de los hábitats
Los resultados del trabajo han puesto de manifiesto la existencia de 25 tipos de hábitats antropogénicos en la región cantábrica, englobados en tres grandes grupos: los asociados a cultivos, los asociados a zonas de tránsito y los propios de suelos sometidos a un pisoteo constante. La mayoría de los tipos son hábitats propios de regiones templadas, comunes con los países del centro y el norte de Europa. Sin embargo, la región cantábrica cuenta con ocho hábitats propios de la cuenca mediterránea, poniendo de manifiesto la especial riqueza de su flora y vegetación, debido al carácter fronterizo entre el clima templado oceánico y el mediterráneo continental. Dentro de los hábitats antropogénicos cantábricos, resultan especialmente interesantes los cardales de la Cordillera Cantábrica. Se trata de tipos de vegetación endémicos de las montañas del noroeste ibérico, asociados a la existencia de la ganadería extensiva tradicional.
Descripción de los espacios
Los distintos hábitats antropogénicos se diferencian en función de sus requerimientos ecológicos. “La mayor parte de la variación entre estos hábitats se explica por un eje que va desde aquellos lugares más secos, luminosos y pobres en nutrientes; a otros hábitats caracterizados por una mayor humedad, sombra y riqueza en nutrientes”, señala este investigador. Otro eje importante de variación separa los hábitats sometidos a perturbaciones más frecuentes e intensas, dominados por plantas de bajo porte, anuales y de amplia floración; de otros hábitats relativamente más estables, dominados por plantas perennes de mayor tamaño y floración más concentrada en el tiempo.
Biodiversidad de los entornos
En los hábitats antropogénicos cantábricos estudiados se han registrado más de 1100 especies de plantas. Esto supone aproximadamente un tercio de toda la flora de la región cantábrica, y un quinto de la flora ibérica. Además, 8 de cada 10 especies son nativas de la región. “Esto pone de manifiesto el valor de estos hábitats como refugio de biodiversidad en ambientes humanizados”, resalta Fernández Pascual. Por ejemplo, la flora de caminos y orlas forestales nitrificadas es especialmente rica en especies nativas. “Estas manchas de hábitats antropogénicos podrían tenerse en cuenta en la planificación de espacios verdes y naturales dentro de las ciudades”, añade. Además, “muchas de estas plantas de hábitats antropogénicos, adaptadas a convivir con humanos en ambientes perturbados, son candidatas interesantes para la restauración y la renaturalización de terrenos urbanos degradados, como los que abundan en las ciudades postindustriales de la región cantábrica”, concluye el profesor de la universidad asturiana.
Referencia
Fernández-Pascual, E., González-García, V., Ivesdal, G., Lázaro-Lobo, A., Jiménez-Alfaro, B. (2025), Classification and characterization of anthropogenic plant communities in the northwestern Iberian Peninsula. Applied Vegetation Science, 28: e70010. https://doi.org/10.1111/avsc.70010
Pie de foto: de izquierda a derecha, Zuzana Ferencova (Ayuntamiento de Gijón/Xixón), Víctor González García (Universidad de Oviedo), Eduardo Fernández Pascual (Universidad de Oviedo).