La Fundación URV, 25 años al servicio de la sociedad

A finales de la década de los noventa, en la joven Universidad Rovira i Virgili, se empezaba a percibir la necesidad de mirar hacia afuera. Más concretamente, se buscaba una solución ágil y operativa para transferir a la sociedad el conocimiento y la tecnología que se genera en el entorno universitario. Así nació la Fundación URV, en enero del año 2000: «Pensamos que podría ser un instrumento útil para llevar a cabo actividades relacionadas con el exterior: con empresas, profesionales necesitados de formación continuada, ciudadanos…», explica Lluís Arola, rector de la Universidad Rovira i Virgili entre 1998 y 2006.

Durante estos 25 años, »La Fundació», como se la conoce entre la comunidad universitaria, ha puesto a disposición de personas y organizaciones el potencial innovador de la Universidad Rovira i Virgili y ha promovido la relación entre la Universidad y su entorno. Lo ha hecho identificando las necesidades del entorno socioeconómico y satisfaciéndolas mediante la transferencia de conocimiento, la formación permanente y la innovación.

Signatura del convenio de constitución de la FURV.

«En general había poca relación con el mundo empresarial ajeno al de la química», recuerda Arola, sobre los inicios. No fue hasta que, poco a poco, fueron conociendo sus servicios que la FURV se hizo un nombre. Uno de estos servicios que ha caracterizado a la Fundación durante sus 25 años de historia es la transferencia de conocimiento, que desarrolla desde el Centro de Transferencia de Tecnología e Innovación (CTTI). Con sede en el campus Sescelades, vela por satisfacer las necesidades tecnológicas de los sectores productivos, poniendo a disposición del tejido empresarial y administrativo la pericia de la comunidad científica de la URV.

El CTTI es el órgano que gestiona la propiedad intelectual e industrial de las tecnologías que se desarrollan en la Universidad y canaliza las iniciativas de emprendimiento, como las spin-off. Estas empresas derivadas comercializan productos o procesos resultado de la investigación llevada a cabo en la URV. Para ejecutar esta función, la Unidad de Valorización del Centro hace un seguimiento de las tecnologías en todas las fases de desarrollo, desde la identificación de los resultados con más potencial hasta la comercialización y gestión de licencias de explotación, pasando por procesos de protección y registro, entre otros.

Centre de Transferència de Tecnologia i Innovació de la FURV, al campus Sescelades.

«Actualmente se está llevando a cabo un esfuerzo para recopilar, intensiva y exhaustivamente, las capacidades de transferencia de la URV», revela José Manuel López, el nuevo director de negocio de la FURV. ¿La finalidad? Disponer de un catálogo interno que permita a los profesionales de la Fundación encontrar proactivamente organizaciones con necesidades compatibles y establecer vínculos de larga duración. También, avisa López, es primordial conocer las necesidades de los socios externos de la Fundación: «Tenemos que aportar valor a las empresas; debemos ayudarles a construir sus ventajas competitivas a partir de nuestra tecnología y de nuestro conocimiento».

De puertas para dentro, la Fundación quiere ser también un socio de confianza para los investigadores. Un socio que les ayude a revertir a la sociedad el conocimiento que generan. Por eso, subraya López, es tan importante trabajar para que lo tengan fácil: «Uno de los problemas que tenemos es que la transferencia de tecnología no está suficientemente incentivada». El director de negocio de la FURV se refiere a que la estabilidad y el éxito de la carrera profesional de los investigadores se basa en la producción científica y docente, actividades que la administración sí incentiva y premia. «Aunque tengan la capacidad de desarrollar tecnología transferible, su prioridad no tiene por qué ser ésta; por eso es tan importante motivar, sensibilizar y trabajar para que lo tengan fácil», reflexiona.

La Fundación quiere ser un socio de confianza para los investigadores. Un socio que les ayude a revertir a la sociedad el conocimiento que generan.
Un centro de formación permanente de referencia

La otra actividad fundamental que se desarrolla en la Fundación URV es la formación permanente, entendida como toda aquella actividad de aprendizaje, dirigida a mejorar los conocimientos, las actitudes, las aptitudes y las competencias de las personas. El Centro de Formación Permanente de la FURV, situado en el Mas Miarnau de Reus, pone al alcance del conjunto de la sociedad una oferta formativa para facilitar la ampliación de conocimientos, el reciclaje, la especialización profesional y la empleabilidad.

El catálogo del Centro está basado en criterios de calidad académica y se adapta y anticipa a las necesidades del tejido empresarial. El programa incluye másteres y posgrados dirigidos a titulados universitarios, certificaciones digitales homologadas a nivel europeo —las microcredenciales—, cursos de formación continua o itinerarios formativos adaptados a empresas, entre otros.

Un año conmemorativo lleno de actividades

Con motivo de este 25 aniversario, la FURV ha preparado una serie de eventos con la intención de dar a conocer su actividad y celebrar el progreso conseguido en todos estos años. En esta línea han programado actividades dirigidas a todos los agentes con los que trabajan día a día: empresas, emprendedores, estudiantes, alumni, investigadores… reconociendo especialmente a las empresas y los grupos de investigación más activos en el ámbito de la innovación y la transferencia de tecnología y conocimiento. «Queremos aprovechar este aniversario para ganar visibilidad y fortalecer la relación con nuestros socios estratégicos», sentencia José Manuel López.

 

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