- La colección «L. C. D. L. P.», de piezas artísticas hechas con telas recicladas y acrílicos, obras en óleo sobre lienzo en «La felicidad de la inocencia» de la artista local Beatriz Martínez, protagonistas en el Centro Norte-Universidad y el Museo de la Ciudad, respectivamente.
La agenda cultural de la semana, organizada por el Ayuntamiento de Móstoles, a través de la Concejalía de Cultura, Desarrollo y Promoción Turística, del 20 al 26 de enero, arranca en Móstoles con la exposición de Vicent «Vitamina» Balaguer.
El artista muestra en el Centro Sociocultural Norte-Universidad, del 20 de enero al 23 de febrero, su colección «L. C. D. L. P.», de piezas de tela, principalmente denim reciclado, y acrílicos sobre diferentes soportes como tela o tabla, de gran impacto visual por las gamas de colores utilizados, cada uno de los cuales encierra un simbolismo muy personal para él.
El martes 21 de enero, otra exposición de pintura será la protagonista. La artista local Beatriz Martínez Martín mostrará sus obras en óleo sobre lienzo «La felicidad de la inocencia», del 21 de enero al 26 de febrero, en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo de la Ciudad. La artista consigue plasmar en sus cuadros la inocencia y ternura de niños, bebés y mujeres embarazadas con una asombrosa realidad que irradia alegría y felicidad.
El cine tiene cabida en la programación de la agenda cultural en Móstoles con la proyección de la película «La guerra de los botones» (La nouvelle guerre des boutons, 2011), el miércoles 22, dentro del ciclo Filmoteca, en el Centro Sociocultural Norte-Universidad a las 18:30 h. La entrada es gratuita previa retirada de invitaciones en el propio centro.
Este film francés, enmarcado en la Segunda Guerra Mundial, mezcla de aventuras, comedia y drama, es un remake de la película del mismo título de 1962. La historia cuenta la trama de dos bandas de adolescentes de aldeas diferentes que rivalizan por el dominio de su territorio. A uno de ellos, de trece años, algo conflictivo, se le ocurre arrancar los botones de la ropa de los prisioneros como símbolo de derrota. El pueblo que reúna el mayor número de botones será declarado vencedor.