Texto: Jaime Fernández, Fotografía: Francisco Rivas – 17 ene 2025 11:28 CET
Hasta el 30 de abril se puede visitar en la Biblioteca Histórica de la UCM la muestra “El vuelo del Alción. El fondo personal de Julián Marías en la Universidad Complutense”, una exposición con documentos personales, fotografías, recortes de prensa, libros, diplomas, cartas, mapas y otros cientos de elementos que configuran parte de la vida y la obra de Julián Marías. E inseparable en ese camino, desde que se conocieron en la Facultad de Filosofía de la Complutense, estuvo siempre su mujer Dolores Franco, Lolita, quien también dejó una gran huella en su legado. Así lo han recalcado, en la inauguración oficial de la exposición, los comisarios de la muestra y sus familiares, que pusieron el colofón con la lectura del poema Qué alegría vivir sintiéndose vivido, de Pedro Salinas.
Miguel Marías Franco, hijo de Julián Marías, dio las gracias a la Facultad de Filosofía de la UCM y a la Biblioteca Histórica por haberse hecho cargo de un legado que tras deliberaciones de la familia se pensó que debía estar en la universidad donde el filósofo comenzó su carrera y donde conoció a los que serían sus grandes maestros: Ortega y Gasset, García Morente, Zubiri…
Reconoce el hijo del filósofo que la UCM tiene un trabajo ímprobo para clasificar todos los documentos que hay en el legado de su padre, que llenaban las habitaciones, los pasillos de su casa (que además no era pequeña), las paredes e incluso los techos. Asegura, con bastante humor, que “cuando se acaba el espacio, se acaba el orden”, y eso es algo que ocurrió con el legado de su padre, aunque curiosamente él siempre sabía donde estaba un libro cuando alguien lo solicitaba.
Isabel García Vázquez, directora de la biblioteca de Filosofía y una de las comisarias de la muestra, explica que de la casa de Julián Marías se sacaron decenas de cajas con documentos de todo tipo, porque el filósofo lo guardaba prácticamente todo, y más de 20.000 libros. De todo ello, el 80% ya está incorporado al fondo de la UCM con muchas obras filosóficas y científicas, de las que “unas 3.530 tienen un carácter único”.
Ante esas cifras del legado, el rector Joaquín Goyache considera que el trabajo de clasificación, tanto el que se ha hecho como el que queda por hacer, es algo admirable, y que esta donación es “imprescindible para los investigadores e investigadoras de la Complutense”. Tanto es así, que Goyache opina que gracias a este nuevo legado “la UCM es mucho mejor”.
David Marías Martínez, nieto de Julián Marías, ha recordado que el legado “no es una gran biblioteca de un curioso, sino que es una biblioteca de trabajo, muy usada, y de placer”, porque para sus abuelos “la lectura era mucho más que un pasatiempo”, y eso lo han heredado las siguientes generaciones. También Alejandro Marías Revenga ha recordado a su abuelo como un gran lector dueño de una enorme biblioteca que la tenía literalmente a tres pasos, del 5º izquierda al 5º derecha, a la que podía acceder en pijama para disfrutar de aquellos “libros del abuelo, que invadían toda la casa”.
Alejandro Marías se ha congratulado de que aquella experiencia privilegiada de disfrutar de aquel legado ahora esté al alcance de todos “y tan sorprendentemente ordenado”. Desea el nieto que gracias a ese fondo surja otro intelectual comprometido con la verdad, carente de frivolidad y luchador por la libertad, como lo fue siempre su abuelo. El amor por la literatura, y por Pedro Salinas, de quien “la abuela Lolita tomaba apuntes en clase y de quien el abuelo Julián tenía libros dedicados”, llevó a la nieta Clara Marías Martínez, a leer un bello poema de amor que apareció en La voz a ti debida, como colofón a la participación de la familia en la inauguración de la muestra.
La exposición
El decano de la Facultad de Filosofía, Juan José García Norro, y la vicerrectora de Cultura, Deporte y Extensión Universitaria, Isabel García Fernández, han señalado la relevancia de este legado, “uno de los más importantes para la UCM en lo que llevamos de siglo XXI”, y más viniendo de “uno de los filósofos más brillantes del XX”, como le ha definido Antonio Moreno Cañizares, director de la Biblioteca Complutense. La vicerrectora de Investigación y Transferencia, Lucía de Juan Ferré, ha incidido en la idea de que este legado será imprescindible para futuros proyectos de investigación.
De todo el legado un pequeño porcentaje, quizás menos de un 1%, se puede ver en la exposición “El vuelo del Alción. El fondo personal de Julián Marías en la Universidad Complutense”, cuyo título hace referencia a una colección que creó el propio filósofo a imitación de la denominada El Arquero, que fundó Ortega y Gasset.
Los otros dos comisarios, el profesor Rogelio Rovira, del Departamento de Lógica y Filosofía Teórica, y Juan Manuel Lizárraga, director de la Biblioteca Histórica, han explicado que la muestra se ha estructurado de manera cronológica, desde aquellos primeros libros que compraba Julián Marías en la Cuesta de Moyano, hasta sus últimos años de reconocimiento internacional.
Las cartelas que acompañan a los documentos incluyen textos sacados de su autobiografía, de tal manera que se puede “escuchar la propia voz de Marías, en las veinte vitrinas que componen la muestra”. En ese paseo por la vida del filósofo vemos cómo ingresa en la Universidad con el premio extraordinario en Ciencias, y coincide con Dolores Franco, que ingresa con el premio extraordinario en Letras.
Pronto descubre su pasión por la filosofía, tras escuchar una clase de Ortega y Gasset, y en las vitrinas se ven las papeletas de exámenes, el carnet de estudiante, fotografías de excursiones (incluyendo una con Unamuno), los cuadernitos típicos de la época llenos de apuntes, uno de ellos con expresiones “muy estrambóticas” de uno de los profesores, recuerdos del crucero universitario…
Aseguran los comisarios que de la época universitaria se había expuesto algo previamente en una muestra que hubo en el Conde Duque sobre la Facultad de Filosofía y Letras, pero “el resto de la documentación es inédita en cuanto no se ha mostrado nunca”. Y eso incluye salvoconductos para moverse por la Península durante la guerra civil, dosieres de prensa con sus artículos, cartas a los filósofos que le impartieron clases en la Universidad, la partida de matrimonio original escrita en francés, sus libros míticos como Historia de la Filosofía o España inteligible (en una edición en japonés), el libro de Dolores Franco que quería titular España como preocupación pero que la censura franquista le cambió a La preocupación de España en su literatura, postales de felicitación de sus hijos, una pequeña muestra de las 19.000 diapositivas que realizó y que forman parte del legado, distinciones como la de ocupar la letra S en la Real Academia de la Lengua, sus cartas cruzadas con Juan de Borbón y con Adolfo Suárez, folletos sobre sus miles de conferencias…
Como se puede ver, y, en definitiva, un auténtico repaso por la vida del filósofo, pero también sobre los muchos avatares históricos y culturales por los que ha pasado nuestro país desde los años veinte del siglo XX hasta 2005, cuando falleció. La muestra se puede visitar de manera libre o también apuntándose a las visitas guiadas, en sus dos modalidades: para el público general o académica.