Flamingo Rosé: el rosado de Conde San Cristóbal para San Valentín. La bodega vallisoletana propone el aliado ideal para brindar por el día de los enamorados con esa persona especial; un rosado muy osado, 100% tinta fina, que encarna la esencia de Ribera del Duero
De color rosa pálido, se distingue por su expresividad floral en nariz y su frescura y equilibrio en boca; un vino elegante y armonioso, fruto de un meticuloso proceso de elaboración que incluye una vendimia manual y una crianza sobre lías de cuatro meses y medio
Ubicada en el corazón del Pago de Valdestremero, en la ‘Milla de Oro’ de la Ribera del Duero, la bodega Conde de San Cristóbal rinde homenaje a la rica tradición vitivinícola de la zona
Peñafiel, febrero de 2025.- Flamingo Rosé: el rosado de Conde San Cristóbal para San Valentín. El amor tiene su propio lenguaje, un idioma que no necesita palabras y que se encuentra en los detalles más sencillos: una sonrisa, una mirada cómplice, el instante perfecto de un brindis compartido… Con San Valentín a la vuelta de la esquina, es el momento de brindar por esos momentos que hacen del amor algo único. En estas fechas, cada elección importa, y sobre la mesa no puede faltar un vino que esté a la altura de la ocasión. Para conmemorar este día con elegancia, la Bodega Conde de San Cristóbal brinda a los amantes del vino el aliado perfecto: Flamingo Rosé, un rosado con alma de tinto, nacido en los históricos viñedos del Pago de Valdestremero, que combina la sofisticación de un vino contemporáneo con el legado y la excelencia de una bodega profundamente arraigada en la tradición vitivinícola de la Ribera del Duero.
EL REFLEJO DE UN LEGADO
Flamingo Rosé está elaborado al 100% con uva tinta fina, procedente de viñedos situados a 900 metros de altitud en el Pago de Valdestremero —la finca familiar donde se encuentra la bodega—, en plena ‘Milla de Oro’ de la Ribera del Duero. Este enclave histórico ha sido testigo de siglos de tradición vitivinícola, cuando sus uvas eran dignas de las mesas reales en la corte de Felipe II. En el centro de esta finca de 80 hectáreas se erige la bodega, construida al estilo de las construcciones castellanas del siglo XVII. Fundada en el año 2000 por Pelayo de la Mata, IX Conde de San Cristóbal, y sus hermanos, la bodega rinde homenaje a este legado. Se bautizó como Bodega del Conde de San Cristóbal en honor de su abuelo Pelayo, VIII Conde de San Cristóbal, y por la vinculación del primer Conde, Julián de San Cristóbal y Eguiarreta con la zona, como oydor de la Real Chancillería de Valladolid.
En este emplazamiento privilegiado, donde confluyen diferentes microclimas y una diversidad inusual de suelos, y con un equipo técnico de prestigio —Jorge Peique como director técnico y con Xavier Ausás y David Pernet como asesores vitienológicos— se elabora una gama de vinos reconocidos por su longevidad, complejidad y carácter atemporal. Cada añada es una expresión fiel de su terruño, y la de 2023 no fue excepción. Este año presentó una vendimia desafiante a la vez que gratificante; a pesar de los obstáculos enfrentados, la cosecha produjo uvas de excelente calidad que dieron lugar a vinos excepcionales. Tras un otoño cálido y lluvioso, seguido de un invierno frío con heladas que afectaron algunas parcelas, la primavera trajo una brotación temprana, mientras que el verano, seco y caluroso, culminó con una desafiante borrasca poco antes de la vendimia. Sin embargo, las prácticas meticulosas y la dedicación del equipo de bodega preservaron la calidad de la uva, lo que auguró una vendimia exitosa. Es en este contexto que se cosechó ‘Camino del ropero’, una parcela de perfil calcáreo con estructura franco-arenosa y abundante pedregosidad situada en la parte más alta del Pago, cuyas cepas dieron origen a Flamingo Rosé 2023.
UN ROSADO MUY OSADO
Este rosado ‘de lágrima’ es elaborado mediante un proceso meticuloso que comienza con la selección manual de los racimos en el viñedo y se completa con una crianza de cuatro meses y medio sobre lías. De color rosa pálido, en nariz ofrece un aroma limpio, expresivo y floral, con notas de cereza y grosella roja que se entrelazan con delicados matices de yogur. En boca, sorprende por su frescura y riqueza, marcada por un impecable equilibrio y un final prolongado. Un vino elegante y armonioso que refleja la dedicación de Bodegas del Conde de San Cristóbal por capturar en cada botella la identidad de su terruño, su ilustre historia y la pureza de la variedad tinta fina.
Con una producción limitada de 6.000 botellas, Flamingo Rosé se convierte en el compañero perfecto para transformar el día de los enamorados en un recuerdo imborrable. Elegante y sofisticado, este rosado es más que un regalo: es una invitación a celebrar junto a esa persona especial y brindar por los momentos que realmente importan.
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