La UAB, la primera universidad que se adhiere al proyecto de sostenibilidad alimentaria «Recooperem»

La UAB se ha adherido al proyecto Recooperem, cuina per compartir, que coordina e impulsa el Consejo Comarcal del Vallès Occidental, y lo ha presentado en un acto que ha tenido lugar el martes,14 de enero, en el restaurante de la Facultad de Medicina. En la UAB se inició hace dos meses una prueba piloto del proyecto en los restaurantes de la Facultad de Medicina y de la plaza Cívica, y a partir de ahora se irá desplegando al resto de restaurantes del campus, con la cual cosa tiene previsto redistribuir 2.520 comidas sobrantes al año a entidades sociales y evitar 882 kg de residuos orgánicos.

Rector i altres autoritats a la cuina de Medicina.
Durant la presentació, es va fer una demostració del circuit que segueixen els àpats sobrants a la cuina de Medicina.

La UAB se ha convertido así en la primera universidad que se añade a este proyecto de sostenibilidad alimentaria, en el que ya participan 59 escuelas, cinco empresas, un hospital y 18 entidades sociales.

La mañana del martes, 14 de enero, se ha presentado la adhesión de la UAB al proyecto Recooperem, cuina per compartir. Se ha hecho en un acto en el campus de Bellaterra, en el restaurante de la Facultad de Medicina, con la participación del rector de la UAB, Javier Lafuente, y del presidente del Consejo Comarcal del Vallès Occidental, Xavier Garcés. También han estado presentes la directora nacional de Calidad de la empresa de restauración Aramark, Rosa Gel; la gerente del Consejo Comarcal del Vallès Occidental, Núria Carrés, y el decano de la Facultad de Medicina de la UAB, Salvador Navarro.

Posteriormente, se ha visitado la cocina del restaurante de la Facultad de Medicina, desde donde se recogen las comidas sobrantes, que se envasan, se etiquetan, se congelan y se distribuyen a entidades sociales para que se puedan beneficiar a las personas que lo necesiten.

La UAB, primera universidad que participa en el proyecto

En promedio, en Cataluña se pierden 35 kg de alimentos por habitante al año. Según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), un tercio de los alimentos producidos se tiran. Además, el desperdicio alimentario es responsable de entre el 8 y el 10% de las emisiones globales de efecto invernadero. La Ley de prevención de las pérdidas y el derroche alimentarios (2020) de Cataluña propone reducir en un 50% el derroche alimentario de cara al año 2030.

Este proyecto de sostenibilidad alimentaria tiene por objetivo la prevención de pérdidas y el derroche alimentarios, la prevención de residuos, la cohesión social y la igualdad en la comarca del Vallès Occidental.

Desde hace dos meses se lleva a cabo la prueba piloto en dos restaurantes del campus: el de la plaza Cívica y el de la Facultad de Medicina, ambos gestionados por la empresa de restauración Aramark. Una vez el proyecto esté desplegado en los siete restaurantes del campus de Bellaterra (gestionados, además de por Aramark, por otras dos empresas de restauración: Grupo Soteras y Serunion), la UAB espera recoger y redistribuir a entidades sociales un total de 2.520 comidas en al año y evitar así 882 kg de residuos orgánicos al año.

Ahora mismo, el proyecto Recooperem cuenta con la participación de 59 escuelas, cinco empresas y un hospital. También participan 18 entidades sociales. Desde 2015 se han redistribuido 129.851 comidas y se han llegado a casi 4.000 familias beneficiadas, lo que ha evitado generar más de 49.259 kg de residuos.

Como funciona el proyecto

El proyecto se gestiona con una plataforma informática que permite recoger los datos de trazabilidad de los alimentos desde el centro de producción hasta su distribución y consumo final. Incorpora nuevas tecnologías en los centros de aprovechamiento y entidades participantes, y se crea un circuito digital para recabar información y llevar a cabo un control, seguimiento y evaluación del proceso.

Una vez terminado el servicio diario de comedor, la comida disponible apta para el consumo se prepara como comidas completas en unas fiambreras facilitadas por los entes comarcales. Los alimentos cocinados que no se han servido y que se han mantenido en condiciones higiénicas y sanitarias adecuadas se reparten en recipientes, y éstos se etiquetan con información relevante (alimento, cantidad y fecha de congelación) y se congelan a −18° C. Tienen una caducidad máxima de dos meses si se conservan congelados.

A continuación, las comidas se recogen y se reparten entre familias que cumplen determinados requisitos, como ancianos dependientes o que viven solas, o familias con pobreza energética o con niños a cargo. Con estas comidas se garantiza que las entidades puedan contar con alimentos cocinados seguros y de calidad, que completan la oferta de los alimentos básicos que se recogen habitualmente a través de las recaudas, y así se mejora el aporte nutricional y se evita el desperdicio alimentario .

Una universidad pionera en el derroche alimentario

La UAB ha sido pionera en la lucha contra el desperdicio alimentario y ha liderado estudios y publicaciones de este ámbito, tanto en la propia Universidad como a escala regional con otras administraciones. Tiene el compromiso de contribuir a la prevención del derroche alimentario en el marco de su política climática, que tiene como objetivo alcanzar la neutralidad climática en 2030. El Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA-UAB) participa en el proyecto Educación y sensibilización en escuelas sobre el desperdicio alimentario, impulsado por el Hub b30, conjuntamente con el Consejo Comarcal del Vallès Occidental y el Consejo Comarcal del Vallès Oriental.

El ranking QS World University Rankings: Sustainability 2025 sitúa a la UAB como la primera del Estado en sostenibilidad e impacto social. De entre 1.743 instituciones analizadas, ocupa la posición 61 del mundo y la 32ª de Europa. Esta clasificación mide el impacto social y ambiental de las universidades mediante tres aspectos: el impacto ambiental, el impacto social y la gobernanza.

 

 

 

 

Cómo funciona el proyecto Recooperem

El proyecto se gestiona con una plataforma informática que permite recoger los datos de trazabilidad de los alimentos desde el centro de producción hasta su distribución y consumo final. Incorpora nuevas tecnologías en los centros de aprovechamiento y entidades participantes, y se crea un circuito digital para recabar información y llevar a cabo un control, seguimiento y evaluación del proceso.