En el pasado año, más de una veintena de chicas menores de edad descubrían, escandalizadas, que algunos de sus compañeros habían usado inteligencia artificial para crear imágenes falsas en las que aparecían desnudas. Y esas imágenes corrían por los grupos de WhatsApp de los escolares de la localidad extremeña de Almendralejo. Aquel no fue un caso aislado, sino que, casi de forma simultánea, en localidades de Huelva y de Madrid se repetían situaciones similares.
Son ejemplos de pornografía deep fake, que se basa en la inteligencia artificial (IA) para generar imágenes explícitas utilizando rostros robados de otras personas. Para producirlas no hace falta ser un experto, sino que basta con descargarse una app o visitar una web, como demuestra el caso de estos chavales, que está en los tribunales.