Un momento del Concierto de Navidad de la UAM celebrado ayer en el Salón de Actos del Edificio de Biología. / UAM
La Universidad Autónoma de Madrid (UAM) celebró ayer el final del año 2024 con el tradicional Concierto de Navidad interpretado por la Orquesta y Coro (OCUAM), bajo la dirección de José María Álvarez Muñoz, que este año contó también con la presencia de Crush The Jazz Band, que acompañó en parte del repertorio.
Una amplia representación de la comunidad universitaria acudió hasta el Salón de Actos del Edificio de Biología de la Facultad de Ciencias para disfrutar del programa preparado para la ocasión, que incluía villancicos y piezas navideñas procedentes de diversas partes del mundo con las que se quería poner énfasis en la interculturalidad de lenguajes musicales.
Al término del concierto, la rectora Amaya Mendikoetxea tomó la palabra para desear felices fiestas a los asistentes y a todos los miembros de la UAM. “Todos sabemos que ha sido un año complicado lleno de desafíos, tanto esperados como inesperados, que han requerido de nosotros una actividad incesante y que hemos atravesado momentos de incertidumbre, de conexión y de aprendizajes constantes”, explicó la rectora. “Por eso quería aprovechar este cierre del año para expresar mis mejores deseos para todos nosotros y nosotras reflejados en siete palabras que me inspiran y me guían, y que espero que os sirvan también fuente de inspiración: pausa, gratitud, esperanza, fortaleza, alegría, unión y renovación, que el nuevo año traiga consigo energías frescas, nuevas oportunidades y la capacidad de reinventarnos”, detalló. “Al despedir este año, que tengamos todos nuestras palabras brújula que nos guíen hacia un futuro mejor. Felices Fiestas y un próspero año nuevo”.
Como explicaba hace unos días el director de la OCUAM, el concierto de este año se asentaba en un programa muy novedoso dedicado a la interculturalidad de lenguajes musicales. Entre las piezas festivas que se escucharon, interpretadas fantásticamente, se encontraban Harmony Music N.º 2, las Danzas Rumanas de Béla Bartók, la Pequeña Misa de Jazz, de Bob Chilcott, villancicos del compositor argentino Dante Andreo, y el imprescindible Adeste fideles para el cual el director animó al público asistente a sumarse con sus voces y cerrar juntos el repertorio.