El exministro de Educación y exdirector general de la UNESCO Federico Mayor Zaragoza falleció ayer, jueves 19 de diciembre, a los 90 años de edad. Entre las múltiples distinciones que recibió a lo largo de su fecunda vida se halla el doctorado Honoris Causa concedido por la Universidad de La Laguna en 1994 y, por ello, la institución académica desea manifestar sus condolencias por esta pérdida. El rector Francisco García ha valorado su figura de esta manera: “Es un ejemplo y un referente de los valores de nuestra institución de defensa de la educación pública y de la igualdad de oportunidades”.

Mayor Zaragoza tuvo una estrecha relación con este centro gracias a su participación en 1994, cuando era director de la UNESCO, en los debates de los que emanaría la llamada “Declaración de La Laguna”, en los que también participaron figuras como Jacques Cousteau y que sería refrendada en 1997 con cambios. En ese documento se fijaba la noción de derechos de las generaciones futuras y la necesidad de salvaguardar el patrimonio tanto medioambiental como cultural para que pueda ser trasvasado.

Los trabajos en esta declaración supusieron un vínculo constate de Mayor Zaragoza con nuestro centro, participando ocasionalmente en foros relacionados con esa efeméride, o en otros, como la apertura de la Universidad de Verano de Adeje de 2004, en la que defendió la necesidad de trabajar por una cultura de la paz.

Federico Mayor Zaragoza fue catedrático de Bioquímica de las Universidades de Granada y Autónoma de Madrid con una vasta experiencia como profesor, investigador, administrador y divulgador científico, además es un humanista ferviente, ensayista de talento, político y alto funcionario internacional. Así, fue rector de la Universidad de Granada entre 1968 y 1972, y presidente en funciones del CSIC antes de iniciar su carrera política.

Fue ministro de Educación entre 1981 y 1982, bajo la presidencia de Leopoldo Calvo-Sotelo y director general de la Unesco entre 1987 y 1999, donde contribuyó eficazmente a que los programas del organismo no dejaran de enriquecerse y diversificarse. Proporcionó todos los medios y su apoyo para que la reunión de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO tuviera lugar en Tenerife en el año 1981, así como para que se celebraran en la Laguna en 1992 Conferencias Internacionales de gran relieve de las que derivaría la declaración aprobada en 1994.

Tras no concurrir a un tercer mandato en la UNESCO en 1999, volvió a España para crear y presidir la Fundación para una Cultura de Paz. También presidió desde 1993 el Consejo Científico de la Fundación Ramón Areces; en 2005 fue elegido copresidente del Grupo de Alto Nivel para la Alianza de Civilizaciones; en 2007 recibió la presidencia de Initiative for Science in Europe (ISE); en 2008 fue designado para presidir el Consejo Directivo de la agencia de noticias Inter Press Service (IPS); y en 2010 fue nombrado presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte.