Las falsificaciones y la logística global: el doble reto de la Navidad

Las fiestas navideñas son una de las épocas con más movimiento comercial del año, y este auge no solo beneficia a las empresas legítimas, sino que también alimenta el crecimiento del mercado de productos falsificados. Según el último estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), el 37% de los jóvenes europeos admiten haber comprado productos falsificados de forma consciente, lo que subraya una tendencia preocupante.

«La polarización entre consumidores jóvenes es muy evidente: algunos priorizan valores como la ética y la moral, mientras que otros ponen por delante la apariencia y el estatus que un producto aparentemente exclusivo puede ofrecer», apunta Neus Soler, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Esta división se hace especialmente visible durante las fiestas, cuando regalar un objeto que parezca de lujo, aunque no sea original, se percibe como una opción aceptable para muchos.

Para Cristian Castillo, profesor también de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y especialista en logística, la infraestructura global del comercio juega un papel crítico en este fenómeno, especialmente durante la Navidad. «Los canales logísticos han crecido mucho en complejidad y volumen, y en temporadas de máxima actividad, como las fiestas, el foco está en la velocidad, lo que puede derivar en una menor supervisión y control en algunos puntos de paso de las mercancías«, explica Castillo.

El profesor destaca cómo las redes descentralizadas del comercio electrónico, incluyendo modelos como el dropshipping, se convierten en facilitadores ideales para las falsificaciones. «Es muy difícil para las empresas rastrear el origen real de un producto cuando interviene una cadena de suministro fragmentada y distribuida. Esto permite que los productos falsificados entren en el mercado como si fueran legítimos», afirma Castillo.

Además, Castillo apunta la necesidad de una acción conjunta a escala gubernamental y empresarial. «Los sistemas tradicionales de verificación son insuficientes. Necesitamos tecnologías avanzadas como el blockchain (cadena de bloques), pero también es necesario que los gobiernos aumenten los recursos dedicados a inspecciones y controles fronterizos», añade.