Mujer, farmacéutica, migrante, empresaria, madre, activista por los derechos humanos… Ola Arafat sintetiza de manera personal el reto de quienes migran a Navarra y también el de la capacidad integradora de la Comunidad, tal y como ha resaltado la Presidenta, María Chivite, en la entrega a esta gazatí del Premio Navarra de Colores 2024.
Ola Arafat, nacida en Gaza hace 47 años, y aterrizada en Navarra en 2002, junto a su labor profesional y personal ha entregado su tiempo a la promoción académica de otras mujeres migrantes y a la defensa de sus derechos.
El acto de entrega ha tenido lugar este miércoles 18 de diciembre, Día Internacional de las Personas Migrantes, en el Salón del Trono del Palacio de Navarra. Arafat ha asistido a la entrega de premios acompañada por familiares y amistades, a la que también han acudido la vicepresidenta tercera y consejera de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias, Begoña Alfaro, la vicepresidenta primera del Parlamento, Ainhoa Unzu y el Defensor del Pueblo, Patxi Vera, además de parlamentarios y parlamentarias forales.
Además del premio a Ola Arafat, se han entregado los accésits a María Carolina Gonzalo, que desde hace años ayuda a mujeres migrantes desde el Centro Social María Inmaculada de Pamplona / Iruña; y a Djbril Dieye, que ha trabajado contra el racismo y la xenofobia desde la Asociación Ad Jëf Gandiol. El Colegio Público de Pitillas ha recibido una mención especial por su proyecto de aprendizaje “Menestra de Culturas”, y se han materializado los reconocimientos a la Asociación SEI Elkartea, la secretaria de la Federación Navarra de Fútbol, Teresa Íñigo, y a la empresa de Tierra Estella, Cuidándo-Te.
La vida es cambio y oportunidad
“Tuviste que encontrar una cultura muy diferente a la tuya, un idioma desconocido, comprender nuestras costumbres… Es una circunstancia de cambio tan grande que creo que el mérito es mayúsculo”, ha resaltado la Presidenta Chivite a Arafat durante su intervención.
Haciendo alusión a la desconfianza, cuando no al odio, hacia el diferente en ciertos ámbitos, la Presidenta ha incidido en la oportunidad que supone el cambio para las personas y para la sociedad. “Navarra es solidaria y fruto de ello, multicultural. Y es un gran reto que todas y todos debemos afrontar, pero también es una enorme oportunidad”, ha comenzado reflexionando. “La convivencia –ha dicho- es más fácil con personas que piensan como nosotras, pero eso también genera menor riqueza en las relaciones humanas y nos mantiene en un estado de inercia y comodidad”. “Es la diversidad la que nos obliga a comprender y a llegar a acuerdos.”, ha añadido.
“La vida es cambio y los flujos migratorios responden a realidades cambiantes. Si la geopolítica favorece a unos territorios, frente a la pésima situación de otros, sus habitantes van a necesitar buscar una vida mejor”, ha asegurado la Presidenta de Navarra.
Fuerza interior que hipnotiza
En la introducción del acto, la vicepresidenta Begoña Alfaro ha trasladado las comunicaciones recibidas por el jurado del premio que describían a Ola Arafat como una persona “implicada, inspiradora, con voz propia y con una fuerza interior que hipnotiza a quien está cerca”, ha dicho.
Alfaro ha agradecido a la premiada su defensa de los derechos de todas las personas, “en particular de justicia para el pueblo palestino. Lo que ocurre en tu Gaza natal es, a todos los efectos, un absoluto genocidio ante el que no podemos hacer menos que alzarnos”. La vicepresidenta del Ejecutivo foral ha exigido “la paralización inmediata” de la agresión bélica que padece la población palestina.
Con voz enérgica, Ola Arafat ha agradecido el premio, echando la vista 22 años atrás, haciendo un repaso de lo vivido y lo aprendido. «Este premio es el resultado de años de esfuerzo, aprendizaje y superación. No siempre el camino es fácil, pero cada desafío me ha enseñado algo valioso, el trabajo realizado, el compromiso y la pasión que pongo en lo que hago», ha relatado.
Junto al esfuerzo personal, Arafat ha dado valor al apoyo colectivo: «Llegar a un país no solo es un cambio de lugar, es un proceso continuo de adaptación, nuevas costumbres y a veces de comenzar de cero. Como toda otras migrantes he enfrentado barreras y obstáculos, pero también la belleza de la diversidad, el valor del esfuerzo y la fortaleza que da la solidaridad», ha concluido.