La proyectada reforma laboral dirigida a la reducción de jornada (de 40 horas a la semana a 37,5, generalizando una reducción de la que ya se benefician más de 3 millones de personas trabajadoras por sus convenios colectivos), hoy en el ojo del huracán, por la -de momento1- falta de acuerdo con la patronal (CEOE), incorpora otros dos aspectos de la regulación del tiempo de trabajo relevantes. A saber:
- el registro de jornada, que pretende hacerse digital obligatoriamente para todas las empresas e interoperable (de acceso automático para la ITSS e información que pueda ser intercambiada con otras fuentes)
- el derecho a la desconexión digital fuera de la jornada de trabajo, a fin de que se cumpla de forma efectiva y se mejore la gestión práctica en las empresas de esta garantía clave no solo para la conciliación de la vida laboral y familiar, sino también para la prevención de la fatiga informática y la promoción de la salud psicosocial de las personas trabajadoras.
Precisamente, entendida en esta estricta clave de gestión psicosocial en entornos digitalizados de trabajo, el LARPSICO ha venido desplegando diversas iniciativas para un mejor conocimiento de las pautas a seguir en el reconocimiento y práctica del derecho a la desconexión digital y la implantación de protocolos internos de empresa adecuados (pdf) a tales fines. En esta línea, es de saludar positivamente que ahora el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) se sume a este enfoque preventivo y promocional de la salud psicosocial en los entornos de trabajo digitalizados, con un documento técnico-preventivo, que llama ‘Guía básica’ y en la que coincide en poner el acento en la creación de condiciones de trabajo y pautas de descanso real que haga efectiva la desconexión.
Más allá de recomendaciones muy elementales (como la obvia de cumplir con la legislación vigente en materia de desconexión digital y fomentar acciones formativas), aquí destacamos que asuma, como venimos promoviendo desde hace varios años, que todas las empresas implanten efectivas ‘políticas internas de usos sociales razonables de los equipos informáticos’ en una clave se seguridad y salud en el trabajo, incluyendo en ellos, lo que hoy no suele ocurrir, salvo excepciones, los citados ‘protocolos de desconexión digital fuera de tiempo de trabajo’. Esperemos que la reforma proyectada y la realización de las recomendaciones del V Acuerdo de Empleo y Negociación Colectiva (V AENC), que van en este mismo sentido, alienten a las empresas y a las representaciones laborales para convertir en normal lo que ahora está en la norma.