La Universidad de Burgos (UBU), en colaboración con el Museo de Burgos, ha desarrollado un proyecto innovador para la reconstrucción virtual de un arca ferrata romana, hallada en el yacimiento de Molino de Arriba, en Buniel (Burgos). Esta pieza excepcional, que pertenece al Bajo Imperio Romano, ha sido recreada mediante avanzadas técnicas de modelado 3D, lo que ha permitido revivir una obra que, de otro modo, habría quedado en gran parte perdida debido a la degradación de los materiales a lo largo del tiempo.
El término arca ferrata se refiere a un tipo de caja fuerte o caja de seguridad que se utilizaba en la antigua Roma para guardar objetos valiosos y protegerlos de robos o daños. Habitualmente, estas arcas estaban hechas de madera y recubiertas con láminas de hierro, además de estar decoradas con clavos y adornos de bronce. El hierro no solo reforzaba la estructura de la caja, sino que también tenía un uso ornamental, cubriendo las superficies exteriores con un patrón de tachuelas que, además de su función de seguridad, aportaban un toque estético, haciendo que el objeto pareciera fuertemente blindado.
La reconstrucción virtual del arca ferrata de Buniel ha sido posible gracias a la colaboración entre la Universidad de Burgos y el Museo de Burgos. La restauradora Adelaida Rodríguez Rodríguez y el estudiante Álex da Silva Suárez, quien realizó el modelado 3D como parte de su trabajo fin de grado en Comunicación Audiovisual, han participado en este proyecto. El proceso ha incluido varias etapas técnicas que combinan el uso de fotogrametría y modelado 3D, lo que ha permitido crear una representación visual precisa y detallada del arca, basándose en los restos conservados y en el análisis de otros ejemplos de arcae ferrata.
El diseño de las arcas ferrata variaba según su uso y ubicación. Algunas eran encastradas, es decir, fijadas de manera permanente a una pared o al suelo, mientras que otras eran portables, con asas laterales que facilitaban su transporte, aunque siempre de forma limitada por su tamaño y peso. Las arcas encastradas solían ser más grandes y se ubicaban en templos o villas de alto estatus, mientras que las portables, de dimensiones más reducidas, se utilizaban para fines privados o comerciales.
En ambos casos, estas arcas no solo servían para garantizar la seguridad, sino que también eran un símbolo del poder y la riqueza de sus dueños. Su diseño cuidado y los materiales lujosos reflejaban la posición social de quienes las poseían. Los adornos más frecuentes en estas piezas incluían representaciones de figuras mitológicas o animales, como leones y gorgonas, que simbolizaban protección y buena fortuna.
La excepcionalidad de estas piezas
Las arcas ferrata son objetos extremadamente raros en el patrimonio arqueológico romano, ya que sus materiales se degradan con el tiempo. Aunque se usaron en todo el Imperio Romano, los restos que se han conservado son escasos, especialmente fuera de las áreas de la cuenca del Vesubio, donde la erupción volcánica de 79 d.C. preservó muchos de estos artefactos. En Herculano, Pompeya y Oplontis se han encontrado cerca de 30 ejemplares de arcae ferrata, lo que las convierte en algunas de las piezas mejor conservadas del mobiliario romano. Sin embargo, fuera de esta región, los hallazgos son muy limitados.
En la Península Ibérica se han identificado únicamente tres arcae ferratae: una en Tarazona (Zaragoza), otra en Mérida y la recientemente hallada en Buniel (Burgos). El arca de Buniel, si bien de menores dimensiones que las otras dos piezas, es excepcional por el contexto arqueológico donde se localiza, lo que ha facilitado su datación dentro de la villa romana donde se ubicaba.
El yacimiento de Buniel: un descubrimiento clave
El yacimiento de Molino de Arriba, ubicado en Buniel, fue hallado en 2012 durante las excavaciones del proyecto de construcción del corredor norte-noroeste de alta velocidad, en el tramo Valladolid-Burgos. Este yacimiento corresponde a una villa romana de gran tamaño, que se data en el siglo IV d.C., en pleno periodo del Bajo Imperio Romano.
Los restos del arca ferrata fueron hallados en un espacio subterráneo, que se identificó como un almacén o sótano, donde se acumulaban diversos materiales y objetos. Esta habitación, parte de un conjunto arquitectónico más amplio, había sido devastada por un incendio y el colapso de los pisos superiores, lo que afectó gravemente a la conservación de los materiales. Entre los hallazgos, además del arca, se encontraron utensilios domésticos y herramientas agrícolas, junto con objetos que tenían funciones más simbólicas o rituales, como recipientes metálicos de bronce y elementos relacionados con banquetes.
El contexto en el que se encontró el arca ha permitido a los arqueólogos datar la pieza entre el siglo IV y principios del siglo V d.C. Esto sitúa este hallazgo en un periodo de transición en el Imperio Romano, donde las villas rurales se convirtieron en centros de producción y consumo de lujo para las élites locales.
El arca ferrata de Buniel: materiales y estado de conservación
A pesar de la excelente documentación arqueológica que ofrece el yacimiento de Buniel, el estado de conservación del arca ferrata es deficiente debido al incendio y colapso del espacio en el que se localizaba y al paso del tiempo. Sin embargo, los fragmentos recuperados incluyen una cantidad significativa de restos metálicos, como más de 300 clavos de hierro, fragmentos de láminas de bronce y hierro, así como otros elementos decorativos, entre los que se encuentran un relieve de una gorgona y cabezas de león con argollas, características típicas de este tipo de piezas.
El arca original debía de tener unas dimensiones aproximadas de 55 cm de largo, 40 cm de alto y 30 cm de profundo, y su diseño era portátil, ya que los fragmentos que se han conservado incluyen asas en los laterales. No obstante, gran parte del bronce decorativo se ha perdido a causa del fuego y la corrosión, lo que ha complicado la reconstrucción exacta de su apariencia original.
Un proyecto educativo y divulgativo
El propósito de esta reconstrucción es no solo recuperar la memoria de este bien excepcional, sino también promover su difusión. El video explicativo se puede encontrar en el canal en Youtube del Museo de Burgos y se incorporará en futuros proyectos educativos, como experiencias interactivas y recursos didácticos, para acercar esta pieza al público más joven. Además, la reconstrucción podría integrarse en aplicaciones de realidad virtual que permitirían a los visitantes interactuar con el objeto en entornos más inmersivos.
El proceso de reconstrucción incluyó las siguientes fases:
- Fotogrametría para registrar la geometría 3D de los fragmentos conservados del arca, centrándose especialmente en los elementos más singulares como los relieves de bronce de las cabezas de león y la gorgona.
- Modelado 3D para recrear las piezas que formaban el arca, en especial aquellas no conservadas y, en las conservadas para recuperar su geometría original.
- Texturizado para crear los materiales virtuales para las diferentes superficies del arca, imitando los acabados de madera de roble, hierro y aleaciones de bronce.
- y Animación para simular la apertura de la tapa y el movimiento de las asas para mostrar así su funcionamiento.
- Renderizado y Producción Audiovisual para generar producto final, un video explicativo que incluye pausas informativas que destacan los aspectos más relevantes de la reconstrucción, como las dimensiones, los materiales empleados y las características decorativas.
Publicación en la revista Sarmental
El proceso de reconstrucción virtual ha sido publicado en el último número de Sarmental, la revista de estudios de historia del arte y patrimonio de la Universidad de Burgos. El artículo no solo describe el trabajo técnico llevado a cabo en la reconstrucción, sino que también ofrece reflexiones sobre la aplicación de nuevas tecnologías en la conservación y difusión del patrimonio arqueológico, una tendencia que está en aumento en el ámbito de la arqueología digital.